Es el San Antonio, donde los alumnos lanzaron fuertes reclamos contra el accionar de la dirección, que fue intervenida. Los alumnos del colegio habían protestado frente a la Iglesia San Antonio y cuestionaron al sacerdote.
La Capital |
El presidente de la Junta Arquidiocesana de Educación Católica (Jaec), Walter Van Meegroot, manifestó que “es prioridad el nombramiento de una nueva dirección” para el secundario del Colegio San Antonio. Desde hace más de una semana y por indicación del Arzobispado de Rosario, dos interventores trabajan en el reordenamiento institucional y administrativo. La intervención llegó luego de que el centro de estudiantes denunciara una serie de discriminaciones y pidiera recuperar “la educación inclusiva, de diálogo y cristiana”.
Luego de los reclamos públicos de los alumnos, La Capital difundió otros pedidos de docentes y directivos también orientados al Arzobispado. Puntualmente sobre el avasallamiento de funciones en la tarea pedagógica y del personal de la escuela, por parte de párroco de la iglesia San Antonio y capellán de la Unidad Regional II de Policía, Angel Di Benedetto, y dos de sus colaboradoras.
El representante de las escuelas que dependen del Arzobispado recordó que el obispo Eduardo Martín dispuso la intervención del colegio de Maipú 3356, apenas conoció el reclamo de los alumnos. Designó así dos abogados que, desde el miércoles17 de junio pasado, ofician de interventores tanto en la primaria como en la secundaria.
“El obispo los nombró para interactuar con la comunidad educativa, analizar en detalle, con una actitud de encuentro, de diálogo y de escucha y tomar en las próximas semanas las medidas necesarias que clarifiquen los roles”, detalló Van Meegroot a La Capital. Habló de una “situación de conflicto” originada por “la superposición de funciones” y dijo que la indicación del obispo Martín fue bien clara: “Alentar a seguir educando, tarea diaria de la escuela y siguiendo el camino que marca el evangelio”.
Reordenamiento. Según el presidente de la Jaec, los interventores mantuvieron encuentros con los padres, alumnos, asistentes escolares, autoridades y párroco, además de los docentes. “Se busca un reordenamiento administrativo y de los recursos humanos en un clima de convivencia”, explicó sobre la misión que tienen los enviados del obispo.
Consultado sobre algunos reclamos puntuales de los estudiantes, contó que ya se habían tomado medidas “razonando entre las partes”. Citó el ejemplo de las cámaras de seguridad denunciadas por estar en lugares prohibidos (en el interior de la escuela), a las que se resolvió “tapar en el horario de clases y destapar cuando no hay alumnos para que cumplan con la función de seguridad institucional”.
Otro cuestionamiento radicó en la dirección de la escuela secundaria, calificada de autoritaria y poca abierta al diálogo.
Van Meegroot explicó que actualmente “se está rotando la dirección de la escuela”, es decir “cada día la ocupa alguien diferente” hasta que termine el proceso abierto para elegir nuevos directores para el secundario.
Esa decisión será siguiendo los parámetros de la Jaec, donde se contempla la antigüedad de los postulantes, además de la capacitación y la adhesión al ideario.
Los aspirantes deberán presentar un proyecto y luego pasar por una evaluación del colegio, además de una entrevista diocesana.
“Aquí representa un desafío particular por la situación de la escuela, pero lo hacemos atendiendo a cuestiones de respeto, para favorecer un clima de escucha en este tiempo de conflicto y la necesidad de recomponer relaciones”, compartió Van Meegroot.
En su opinión es clave “recuperar el ideario, la identidad de escuela inclusiva, cristiana, parroquial, donde el chico pueda descubrir su proyecto de vida a partir de los valores que marca el evangelio”.
Justamente el mismo pedido que desde el inicio los estudiantes del Colegio San Antonio le expresaron al obispo Martín en un documento.
Luego de los reclamos públicos de los alumnos, La Capital difundió otros pedidos de docentes y directivos también orientados al Arzobispado. Puntualmente sobre el avasallamiento de funciones en la tarea pedagógica y del personal de la escuela, por parte de párroco de la iglesia San Antonio y capellán de la Unidad Regional II de Policía, Angel Di Benedetto, y dos de sus colaboradoras.
El representante de las escuelas que dependen del Arzobispado recordó que el obispo Eduardo Martín dispuso la intervención del colegio de Maipú 3356, apenas conoció el reclamo de los alumnos. Designó así dos abogados que, desde el miércoles17 de junio pasado, ofician de interventores tanto en la primaria como en la secundaria.
“El obispo los nombró para interactuar con la comunidad educativa, analizar en detalle, con una actitud de encuentro, de diálogo y de escucha y tomar en las próximas semanas las medidas necesarias que clarifiquen los roles”, detalló Van Meegroot a La Capital. Habló de una “situación de conflicto” originada por “la superposición de funciones” y dijo que la indicación del obispo Martín fue bien clara: “Alentar a seguir educando, tarea diaria de la escuela y siguiendo el camino que marca el evangelio”.
Reordenamiento. Según el presidente de la Jaec, los interventores mantuvieron encuentros con los padres, alumnos, asistentes escolares, autoridades y párroco, además de los docentes. “Se busca un reordenamiento administrativo y de los recursos humanos en un clima de convivencia”, explicó sobre la misión que tienen los enviados del obispo.
Consultado sobre algunos reclamos puntuales de los estudiantes, contó que ya se habían tomado medidas “razonando entre las partes”. Citó el ejemplo de las cámaras de seguridad denunciadas por estar en lugares prohibidos (en el interior de la escuela), a las que se resolvió “tapar en el horario de clases y destapar cuando no hay alumnos para que cumplan con la función de seguridad institucional”.
Otro cuestionamiento radicó en la dirección de la escuela secundaria, calificada de autoritaria y poca abierta al diálogo.
Van Meegroot explicó que actualmente “se está rotando la dirección de la escuela”, es decir “cada día la ocupa alguien diferente” hasta que termine el proceso abierto para elegir nuevos directores para el secundario.
Esa decisión será siguiendo los parámetros de la Jaec, donde se contempla la antigüedad de los postulantes, además de la capacitación y la adhesión al ideario.
Los aspirantes deberán presentar un proyecto y luego pasar por una evaluación del colegio, además de una entrevista diocesana.
“Aquí representa un desafío particular por la situación de la escuela, pero lo hacemos atendiendo a cuestiones de respeto, para favorecer un clima de escucha en este tiempo de conflicto y la necesidad de recomponer relaciones”, compartió Van Meegroot.
En su opinión es clave “recuperar el ideario, la identidad de escuela inclusiva, cristiana, parroquial, donde el chico pueda descubrir su proyecto de vida a partir de los valores que marca el evangelio”.
Justamente el mismo pedido que desde el inicio los estudiantes del Colegio San Antonio le expresaron al obispo Martín en un documento.
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