El abogado constitucionalista Daniel Sabsay tiene sentimientos encontrados por las novedades que se produjeron en torno a la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
El abogado constitucionalista Daniel Sabsay tiene sentimientos encontrados por las novedades que se produjeron en torno a la Corte Suprema de Justicia de la Nación: por un lado, siente pena y tristeza por la muerte del ministro Enrique Petracchi; por otro, mucha alegría ante la inminente salida de Eugenio Zaffaroni del máximo tribunal. “Es el peor juez que tiene esta Corte, así que es una gran cosa que se vaya”, afirmó.
Desde su oficina en Buenos Aires, Sabsay atiende el teléfono a La Capital y accede a la entrevista. Se lo nota un poco molesto en la voz y aclara que fue un día agitado para él, que lo llamaron de varios medios y que se transformó en el centro de consulta sobre el debate que envuelve a la Corte Suprema a raíz de la vacante que se producirá en enero por la jubilación de Zaffaroni, situación que llevará al máximo tribunal de Justicia a quedarse con cuatro miembros cuando la ley establece que deben ser cinco los ministros.
—¿Cómo analiza los movimientos que se están dando en la Corte Suprema?
—Primero, me apena muchísimo el fallecimiento del doctor Petracchi y me alegra mucho la partida de Zaffaroni, porque me desilusionó mucho. Es un muy mal juez de la Corte, muy dependiente del Poder Ejecutivo. Además, nunca está, se la pasa dando cursos y viajando al exterior. Así que es una gran cosa que se vaya Zaffaroni.
—¿En qué fallos puntuales lo decepcionó Zaffaroni?
—Me decepcionó por lo que le acabo de decir. Es una persona que es dependiente del Ejecutivo y nunca está. Y además tuvo una situación absolutamente poco clara que ni siquiera fue investigada y espero que lo hagan ahora que se va de la Corte, que fueron los prostíbulos que funcionaban en departamentos de su propiedad. Por esos tres motivos fue un mal juez de la Corte. No hace falta ir a casos concretos. Hacía declaraciones a favor del gobierno, nunca se vio un juez así. Aparecía del brazo con (el vicepresidente Amado) Boudou. Fue uno de los peores jueces de la Corte.
—Hubo declaraciones de funcionarios del gobierno que van en sentido de modificar nuevamente la composición de la Corte.
—Me parece bien que la Corte tenga cinco miembros. Esa fue una buena decisión del ex presidente Néstor Kirchner a instancia de su esposa cuando era presidenta de la comisión de Asuntos Constitucionales, en 2006. En ese entonces se pudo reparar un serio error o la mala fe del ex presidente Carlos Menem cuando amplió la Corte para hacer un tribunal a su medida. Sería una contradicción absoluta que la misma persona (por Cristina) que prohijó la enmienda vuelva a ampliar el número de jueces. No lo puedo creer.
—Cuando se jubile Zaffaroni va a quedar una Corte con cuatro miembros. ¿Puede funcionar igual?
—Sí, puede funcionar igual. Porque mientras haya una mayoría de tres es suficiente, y cuando no se alcance la mayoría, se puede integrar con un conjuez.
—¿Con los presidentes de las Cámaras Federales o con los que promovió recientemente el gobierno?
—Hay que empezar agotando los presidentes de los miembros se las Cámaras Federales de Apelaciones. Se sortea y hasta que no se agota hasta el último no se va a los conjueces de abogados. Para mí lo fundamental es que no se elijan miembros de la Corte en una transición electoral. Falta un año para que se conforme el nuevo Senado, que se renueva un tercio, y con nuevas autoridades y con un consenso refrescado, no con forceps muy poco antes de que las autoridades actuales se vayan.
—¿Usted cree que el gobierno va a intentar ampliar el número integrantes de la Corte, como lo deslizó el secretario de Justicia, Julián Alvarez?
—No creo. Sí creo que van a tratar de designar un nuevo juez. De eso no tengo dudas.
—¿Puede prosperar ese intento?
—No creo que lo logren. El mayor escollo son los dos tercios de los miembros presentes del Senado como necesidad para prestar el acuerdo. Ahí el radicalismo cumple un rol fundamental porque al oficialismo le faltan diez senadores, que es muchísimo, y el radicalismo tiene los números para darle acuerdo. Pero yo espero que no lo haga. Ya el doctor (Ernesto) Sanz dijo que no lo van a hacer. Además, en un período electoral es quemarse como Juana de Arco.
—También está el escenario posible de la jubilación de Carlos Fayt, quien tiene 96 años...
—Eso está siendo forzado por el Ejecutivo y lo hacen hablar a (Carlos) Kunkel, que es una bocota. Lo de Kunkel es de una grosería total, que viola la división de poderes. Dónde se ha visto que un diputado trate de forzar a un ministro de la Corte para que se vaya. Es una vergüenza.
—En caso de que se jubile también Fayt se producirían dos vacantes. Puede ser también que el radicalismo acuerde con el gobierno y propongan un juez cada partido. Hay tradición en ese sentido.
—Como poder ser, puede ser, pero no lo considero posible. Primero por la opinión de Sanz, que es el presidente de la UCR. Pero además de eso, nadie del radicalismo lo contradijo, así que claramente fue el vocero de todo el partido. Pero le insisto: hay una necesidad política para no hacer ese acuerdo. La UCR no se puede quemar en una etapa electoral. Además, para qué hacerlo, si después de las elecciones van a tener más senadores y van a poder negociar con más peso.
—Hacía desde el inicio del gobierno de Kirchner, cuando promovió los juicios políticos y renovó el tribunal, que no se daba una discusión en torno a la composición de la Corte. ¿Cómo evalúa usted el debate?
—Es un debate lógico de la democracia, es la cabeza del Poder Judicial, además en un sistema donde el Poder Judicial está siendo tan vapuleado y ha perdido gran parte de su independencia. Hay cantidades de jueces que son manejados por el Poder Ejecutivo. Así que es lógico que genere expectativa.
—Si bien el oficialismo aún no hizo nombres propios, surgieron rumores de que la presidenta, en caso de cubrir una vacante, podría proponer para la Corte al actual secretario Legal y Técnico Carlos Zannini o a la procurado Alejandra Gils Carbó.
—Esos nombres no tienen la menor posibilidad de conseguir cualquier consenso. Son dos figuras que son militantes del oficialismo.
—¿Y si el oficialismo llega a los dos tercios en el Senado?
—No veo cómo pueda llegar a ese número.
—Puede ser por consenso o por otras formas....
—Pero ya le dije que para mí no existe esa posibilidad. No sé por qué insiste con esa pregunta.
—Bueno, han sucedido muchas sorpresas en las votaciones en el Senado...
—Pero para mí no pueden llegar a los dos tercios para un acuerdo, porque son muchos los senadores que tienen que comprar o embaucar. Usted quiere a toda costa que yo le diga lo que usted quiere escuchar. Ya estoy cansado, di como cincuenta entrevistas y me preguntan cien veces lo mismo.
—Más allá del caso puntual de Zaffaroni, ¿cuál es su opinión de los otros jueces y de la actuación de la Corte en estos años?
—Después de la de Alfonsín, que fue la mejor, esta Corte ha sido buena, con algunos jueces que admiro, como el caso de la doctora (Carmen) Argibay, que me parece que es el modelo a tener en cuenta toda vez que se tenga que designar un nuevo miembro.
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