La visión que tuvo Matías Castro desde el arco tatengue. Para guardameta uruguayo, el partido fue favorable a Unión en el trámite pero no en el resultado. Cree que todavía hay chances.
/Diario UNO |
Se hizo el viernes. Y ya avanzado el viernes. Los jugadores demoraron su salida y lo hicieron prácticamente en forma conjunta. Algunos se pararon, amablemente, para dialogar con la prensa. Fue el caso de Brahian Alemán y de Matías Castro. Los dos con diferentes visiones del partido —más crítico el volante—, pero con la misma sensación de inoperancia e impotencia.
El objetivo era esperar a Leonardo Madelón, quien se quedó un largo rato en el vestuario conversando con sus colaboradores, quizás mascullando bronca y buscando explicaciones para una actuación tan mala y decepcionante.
Esa palabra, decepción, debe ser la que mejor se ajusta para definir el sentimiento que habrá corrido por aquellos jugadores que adentro de la cancha no pudieron hacer nada por cambiar una historia que empezó escribirse negativamente para Unión desde el mismo comienzo del encuentro.
Tanto Marcelo Piazza como Emilio Lamas abandonaron el vestuario y se fueron del estadio en un automóvil. Los jugadores se fueron subiendo al micro, que esta vez tuvo como habitantes casi con exclusividad a los integrantes del plantel y el cuerpo técnico y médico, ya que se eligió una unidad bien cómoda para que los futbolistas pudieran soportar de la mejor manera las largas horas de viaje a esta ciudad del noroeste del país. El viaje tardó en emprenderse, casi de la misma manera que demoró su salida el técnico, seguramente con pocas ganas de hablar después de la derrota.
Uno de los pocos que habló fue Matías Castro, que coincidentemente fue de lo muy escaso para rescatar, en lo individual, dentro de un contexto de bajísimas actuaciones.
—¿Cuál es la sensación que te llevás de Jujuy, Matías?
—Que hicimos cosas para empatar el partido y no pudimos. El fútbol es así y a veces los resultados no se dan por los rendimientos sino por quién hace los goles. Para mí, esa fue la única diferencia entre nosotros y ellos.
—En el primer tiempo jugó mejor Gimnasia. ¿Pensás realmente que Unión hizo lo suficiente para empatar el partido
—Ellos jugaron mejor que nosotros en el primer tiempo, en eso coincido con vos. Incluso, admito que tuvieron algunas situaciones para aumentar el resultado. Pero en el entretiempo hablamos claro de lo que teníamos que hacer para cambiar el trámite y lo cumplimos. Buscamos por todos lados, tanto sea por los costados, por arriba o por abajo, generamos algunos tiros libres de peligro y no hubo caso.
—Se incrementan las obligaciones para el lunes...
—Lo que tenemos que hacer es trabajar. Soy autocrítico y reconozco que pasamos por un mal momento, pero no conozco otra forma de salir adelante que trabajando, poniendo todo de cada uno y con la esperanza de que saldremos adelante.
—¿Cómo inciden las cuestiones extrafutbolísticas?
—De ninguna manera. Nosotros entramos a la cancha olvidándonos de lo que puede pasar durante la semana.
—¿Qué pasó en la jugada del gol?
—Fue un pelotazo largo, quedamos mal parados atrás y yo salí para ver si le podía achicar el arco a Callejo. La pellizcó justa y quedé sin chances de quitársela.
—¿Se desvanecen las chances con esta derrota?
—Tenemos que ganar el lunes, nos tenemos que enfrentar con los equipos que están arriba nuestro y siento que todavía dependemos de nosotros. Claro que para ello tenemos que empezar a ganar seguido, cosa que no podemos concretar.
—¿Sentís que jugando de esta manera se hará difícil?
—Somos conscientes de que no estamos pasando por un buen momento. Hoy hicimos méritos para llevarnos algo porque buscamos de todas formas, pero la pelota no quiso entrar. Repito lo que dije al principio, en fútbol no se gana por merecimientos sino por quién hace los goles. Y está claro que los merecimientos los hicimos nosotros y que al gol lo marcó Gimnasia y por eso ganó.
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