Familiares y amigos de Mirian Serrano, la chica de 15 años asesinada la madrugada del domingo cuando volvía de bailar, reclamaron justicia.
La Capital |
Ayer a la tarde unos 300 vecinos del barrio Las Flores se juntaron bajo una sola consigna: "Basta de chicos muertos. Basta de muerte". Eran madres con niños pequeños, hombres con la cara curtida por el sol, albañiles con manos duras, mozos, obreros, todos reunidos por Mirian Stefanía Serrano, una adolescente de 15 años asesinada de un tiro en la nuca la madrugada del domingo 16 de marzo debajo del puente de España y avenida de Circunvalación, en el ingreso al barrio que se erige en el sur de la ciudad.
La joven volvía de bailar junto a un grupo de amigos cuando desde una moto les dispararon y ella, que iba atrás de todo, fue herida mortalmente. Desde entonces dos hipótesis circularon en el barrio: que la habrían matado por "una cuestión personal" y que fueron confundidos con otro grupo que suele reunirse en la plaza Itatí, ubicada en Flor de Nácar y Rosa Silvestre. De los matadores se sospecha que serían integrantes de la pandilla denominada "Los Cambichos" y apuntan a una joven de esa banda.
En silencio. El numeroso grupo de vecinos se concentró pasadas las 18.30 de ayer y marchó por la calles de Las Flores en silencio, mirando con desconfianza algunos, muy consternados otros. Al frente de la marcha iban los familiares de Mirian sosteniendo una pancarta que pedía justicia. Recorrieron cuatro cuadras y atravesaron el puente debajo del cual mataron a la adolescente. Allí se pararon como esperando, y sin molestar, hasta que una mujer se atrevió a aplaudir, a protestar. Entonces exhibieron una enorme pancarta y a las 19 cerraron el paso a los colectivos y los autos que pretendían atravesar esa vital vía de acceso a Las Flores.
"Era una piba rebuenita, siempre nos sacaba una sonrisa", contó una de sus amigas. Mirian tenía 11 hermanos y era hija de Sergio y Daniela. Su padre ayer sólo confiaba en la "Justicia de Dios" y en medio de la manifestación contó que a sus otros hijos les dice: "Esperemos, que Dios sabe y todavía puede contenernos". Mientras tanto, sus vecinas vociferaban al pedir "que no nos maten. No somos estadística ni queremos ser un número. Somos seres humanos", y los aplausos sonaban para asegurar cada frase.
Atemorizados. La marcha fue organizada por vecinos y familiares de Mirian. "Lo hicimos entre todos, las vecinas nos comunicamos entre todas y es más, los carteles lo hicieron los chicos. El más grande tiene 12 años y ellos saben que pueden morirse en una esquina. Ya no salen, no se divierten, ni a cumpleaños pueden ir", dijo una mujer que vive a pasos de la familia Serrano, en Estrella Federal y Clavel.
¿Qué hubiera sido Mirian? ¿Qué sueños tenía? Estas preguntas huérfanas las contestaron sus amigas: "Estaba estudiando, no tenía novio y era una persona hermosa. No tenía problemas con nadie. Sólo queremos justicia y que aparezca el que la mató". Y sobre el supuesto homicida todos dicen conocer su apodo, pero no lo dicen.
Mirian asistía a la escuela número 756 "José Serrano", de calle Caña de Ambar. El mismo establecimiento en el cual durante el diciembre trágico de 2001 mataron al dirigente social "Pocho" Leprati. En ese tiempo Mirian tenía sólo 2 años y en alguna clase le hablaron de él, eso es seguro, tan concreto como el tiro que ahora la mató a ella.
De los hermanos de Mirian, el más cercano era Elías. El chico tenía ayer una gorrita azul que ocultaba su mirada. Hablaba muy bajo: "Me siento mal, ella era mi hermana". Y así, al decirlo una y otra vez, le robaba una estadística a la muerte.
Una versión sobre la muerte de Mirian tiene que ver con las voces ocultas del barrio que apuntan como autora del homicidio a una chica apodada "Cambicha". Según esa versión, la joven está identificada, es menor de edad e integrante de "Los cambichos", un grupo de adolescentes que en los últimos dos años fue insistentemente mencionado por vecinos de los barrios Las Flores y La Granada a raíz de la violencia de sus atropellos y tropelías.
"Desde que Los cambichos vinieron acá no se puede vivir. Además, la policía no investiga nada", cuentan. Y a su vez detallan el accionar policial en el caso de la muerte de Mirian. "Vino la policía cinco o seis horas después, no levantaron las balas, no preguntaron nada. El fiscal ni pasó y lo peor, es que cuando pasa esto todo el mundo dice que son ajustes de cuentas. Mirian no tenía ajustes con nadie y no todos los chicos son iguales", se lamentó una mujer.
Ante ese reclamo un vocero de la investigación, a cargo de la Unidad Fiscal Especializada en Homicidios Dolosos y la subcomisaría 19ª, comentó en su momento que mientras los peritos trabajaban en el lugar tuvieron que retirarse rápidamente por la animosidad de los familiares de la víctima y debieron retornar a completar su tarea la mañana siguiente.
Sin embargo, la queja permanente de los vecinos es que ni la policía ni las ambulancias entran al barrio y que la nueva policía de proximidad "no vino por Las Flores ¿Qué somos nosotros, los olvidados de todo el mundo?" se preguntó una mujer.
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