Dos jóvenes fueron heridos de bala anoche y terminaron en el Hospital Cullen, donde luego se vivieron momentos de tensión entre conocidos de las víctimas, algunos de los cuales estaban armados.
El Litoral
Una serie de graves incidentes encadenados ocurrió en nuestra ciudad ayer, en horas de la noche. Todo comenzó en Barranquitas, siguió en el Hospital Cullen y terminó en el mismo barrio donde todo se había iniciado, en la zona oeste.
Eran aproximadamente las 21 cuando los operadores de la Central de Emergencia 911 recibieron los primeros llamados de alerta. Vecinos daban cuenta de que se había registrado un tiroteo en inmediaciones del cruce de calles Gaboto y Pedro Zenteno.
Rápidamente, un móvil del Comando Radioeléctrico se dirigió a la escena, pero allí fueron recibidos por violentos sujetos que arrojaron piedras y palos contra el patrullero. “Reventaron el vidrio trasero del auto. Había gente armada y los uniformados decidieron replegarse, para no ocasionar problemas mayores”, señalaron esta mañana desde la fuerza.
Casi en ese mismo momento, se encendieron las luces de alarma en el mencionado centro público de salud de avenida Freyre. Hasta allí, en vehículos particulares, habían sido trasladados dos jóvenes que resultaron heridos durante la balacera.
Juan Gabriel Olivera, de 21 años, recibió un disparo que le fracturó el fémur de una de sus piernas. Nicolás Cáseres, de 19, fue alcanzado por un proyectil en el cuello y su estado era crítico.
Los médicos estaban atendiendo a los pacientes cuando se produjo un altercado entre los familiares y conocidos, que se amontonaron en los ingresos. Hubo nervios, empujones y salieron a la vista algunas armas de fuego, por lo que se solicitó apoyo.
Un arrestado
Cuando refuerzos policiales arribaron al Cullen, los agresivos sujetos ya se habían marchado. Se montó entonces un operativo en Barranquitas para tratar de ubicar a los sospechosos y una patrulla los interceptó en la cuadra de calle Brasil al 4500.
Se trataba de tres muchachos que intentaban ingresar a un domicilio. Los uniformados lograron reducir a uno de ellos, de 22 años, antes de que entrara a la casa y a su lado hallaron un revólver de grueso calibre (38), con cinco proyectiles intactos en el tambor.
Los otros dos individuos lograron darse a la fuga por la parte trasera del inmueble. Los policías hallaron tirado en el patio otro revólver calibre 22.
Ahora los investigadores tratan de determinar en qué circunstancias fueron heridos de bala Cáseres y Olivera
Una serie de graves incidentes encadenados ocurrió en nuestra ciudad ayer, en horas de la noche. Todo comenzó en Barranquitas, siguió en el Hospital Cullen y terminó en el mismo barrio donde todo se había iniciado, en la zona oeste.
Eran aproximadamente las 21 cuando los operadores de la Central de Emergencia 911 recibieron los primeros llamados de alerta. Vecinos daban cuenta de que se había registrado un tiroteo en inmediaciones del cruce de calles Gaboto y Pedro Zenteno.
Rápidamente, un móvil del Comando Radioeléctrico se dirigió a la escena, pero allí fueron recibidos por violentos sujetos que arrojaron piedras y palos contra el patrullero. “Reventaron el vidrio trasero del auto. Había gente armada y los uniformados decidieron replegarse, para no ocasionar problemas mayores”, señalaron esta mañana desde la fuerza.
Casi en ese mismo momento, se encendieron las luces de alarma en el mencionado centro público de salud de avenida Freyre. Hasta allí, en vehículos particulares, habían sido trasladados dos jóvenes que resultaron heridos durante la balacera.
Juan Gabriel Olivera, de 21 años, recibió un disparo que le fracturó el fémur de una de sus piernas. Nicolás Cáseres, de 19, fue alcanzado por un proyectil en el cuello y su estado era crítico.
Los médicos estaban atendiendo a los pacientes cuando se produjo un altercado entre los familiares y conocidos, que se amontonaron en los ingresos. Hubo nervios, empujones y salieron a la vista algunas armas de fuego, por lo que se solicitó apoyo.
Un arrestado
Cuando refuerzos policiales arribaron al Cullen, los agresivos sujetos ya se habían marchado. Se montó entonces un operativo en Barranquitas para tratar de ubicar a los sospechosos y una patrulla los interceptó en la cuadra de calle Brasil al 4500.
Se trataba de tres muchachos que intentaban ingresar a un domicilio. Los uniformados lograron reducir a uno de ellos, de 22 años, antes de que entrara a la casa y a su lado hallaron un revólver de grueso calibre (38), con cinco proyectiles intactos en el tambor.
Los otros dos individuos lograron darse a la fuga por la parte trasera del inmueble. Los policías hallaron tirado en el patio otro revólver calibre 22.
Ahora los investigadores tratan de determinar en qué circunstancias fueron heridos de bala Cáseres y Olivera
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