Los manifestantes sospechan que "existe connivencia entre los delincuentes y la policía" y se quejan de la apatía de las autoridades de la localidad del sur del departamento General López.
.La Capital |
Vecinos de Rufino se movilizaron ayer en demanda de mayor seguridad y para pedir por el esclarecimiento de sucesivos hechos delictivos que generan preocupación e intranquilidad en esta ciudad del sur del departamento General López.
Al cierre de esta edición, los manifestantes seguína concentrados en la plaza Sarmiento para hacer oír su voz con la esperanza de encontrar soluciones que permitan "devolverle" a la población "la tranquilidad perdida".
"Es vergonzoso que en una comunidad de menos de 20 mil habitantes no se pueda controlar y revertir esta situación de inseguridad en la que vivimos inmersos", coincidieron en señalar pobladores consultados por La Capital.
La preocupación es tal que una franja importante de la comunidad tiene la sensación de que "existe una suerte de connivencia entre los delincuentes y la policía" además de desconfiar del poder político por "mirar para otro lado".
Y no menos cuestionado parece estar el rol de la Justicia. Al menos así lo manifestó el principal impulsor de la protesta, Maximiliano Marticorena, quien cuestionó la labor de la jueza Lorena Garini al sostener que le "falta idoneidad y coraje para tomar medidas más duras contra los delincuentes, que suelen entrar por una puerta de la comisaría y salir por la otra. Hay una persona que tiene más de 20 causas y está libre".
Marticorena, un contratista rural y empleado en la estación de servicios del Automóvil Club Argentino, dijo que "la gente que trabaja dignamente pretende que el que roba vaya preso en vez de gozar de impunidad". En ese marco aseguró que hace un tiempo una familia fue víctima de robo en su vivienda y el autor del episodio resultó ser un preso.
"Al ir a la comisaría para radicar la denuncia el padre de familia, tras ser alertado por su pequeño hijo, reconoció al sujeto que momentos antes había entrado a su casa a robar además de haber amenazado con quemarle la cara al menor mientras calentaba una cuchara en una estufa a leña" "Todo el pueblo —dijo— sabe que hay presos que salen para robar o conoce a quienes venden drogas, pero no todos se animan a hablar por temor y falta de respaldo".
Compromiso. "Hay que comprometerse y decir lo que pasa", dijo Marticorena, quien días atrás estuvo en una radio para hacer público el robo de un generador eléctrico, y no reparó en comentarios desafortunados como el de advertir que, de no recuperar lo robado, estaba dispuesto a "prender fuego" a la casa de la jueza y la del intendente, además de pedir que "vuelvan los militares", conceptos que podrían derivar en una causa en su contra promovida desde la Fiscalía.
Si bien aclaró a La Capital que sus dichos "nacieron de la calentura del momento" y aseguró "estar arrepentido", no ocultó su malestar al señalar que "por esta situación la Justicia actúa con celeridad, pero no hizo lo mismo cuando hace un par de años me robaron tres veces el galpón donde guardo herramientas". Incluso fue amenazado de muerte por miembros de la propia policía al cuestionar su accionar por no esclarecer los casos, pese a que en uno de los robos una vecina identificó al delincuente".
Tras sus dichos, Marticorena encabezó el sábado una marcha para reclamar seguridad y justicia que reunió a más de 300 vecinos. Los manifestantes expresaron su malestar frente al domicilio de la magistrada, que estaba con custodia policial, aunque no se registraron incidentes.
"La gente respondió espontáneamente y hasta pedimos la presencia del intendente, a quien se le planteó que con este nivel de inseguridad no se puede seguir viviendo", recordó Marticorena
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