Al menos 1.520 establecimientos -entre bares, bancos y casas de comida- producen grandes volúmenes de residuos. Ya no podrán sacarlos a la calle, sino que deberán contratar una empresa para retirarlos. Cómo repercute este nuevo sistema en los carreros.
A partir del 7 de enero de 2013, se aplicará la nueva reglamentación municipal sobre grandes generadores de residuos. Se trata de la basura de gran volumen que no es peligrosa ni tóxica, pero que tampoco puede ser considerada como residuo domiciliario. Recientemente el Ejecutivo local reglamentó la ordenanza 11.917, que regula su manipulación, transporte y disposición final.
Los grandes generadores -bares, bancos, entre otros- ya no estarán incluidos en el servicio público de recolección que realizan las empresas Cliba y Urbafe. Por lo que deberán retirar los residuos con vehículos propios o contratar empresas de terceros. “Esto implica una nueva actividad en la ciudad, que ya está funcionando, pero se va a intensificar”, explicó el subsecretario de Ambiente, Roberto Celano.
Según la Municipalidad, unos 1.520 establecimientos son grandes generadores, desde gastronómicos hasta entidades financieras, pasando por supermercados, mayoristas, construcción y servicios. Hasta el momento, 160 grandes generadores ya contrataron un servicio de recolección y generan -mensualmente- 1.200 toneladas de residuos.
Para regular el nuevo sistema, la Municipalidad creó el Registro de Operadores de Residuos de Manejo Especial, donde deberán inscribirse todas las personas físicas o jurídicas que generen, manipulen, retiren, transporten o realicen disposición final de estos residuos. Los operadores deberán cumplir estrictas exigencias según la categoría que le corresponda.
Para un mayor control de la nueva actividad, el gran generador debe informar -en una declaración jurada- qué empresa le brinda el servicio de recolección, cuántos residuos produce y de qué tipo. Las frecuencias y horarios de recolección, y los costos del servicio son acordados entre cada generador y la empresa contratada.
Carreros y cartoneros
Muchos de los negocios que ahora son considerados grandes generadores entregan sus residuos a los recolectores informales. Al ordenar la recolección de basura, esta ordenanza afecta la tarea de cientos de cartoneros y carreros.
En la ciudad no existe un registro obligatorio de carreros -algo que los proteccionistas reclaman hace tiempo-, pero según un relevamiento informal de la Municipalidad hay más de 500 carros. Unos 300 recogen la basura de grandes generadores, según estimó la Mesa de Diálogo que nuclea a proteccionistas y carreros.
50 pesos diarios
obtiene un carrero que junta la basura de los grandes comercios. Según la Mesa de Diálogo, estos grandes establecimientos representan el sustento económico de unas 300 familias que realizan la recolección en toda la ciudad.
¿Cómo se hace para que esta gente no quede fuera del nuevo sistema y sin un sustento diario? “Tendrán que acercarse a la Subsecretaría de Empleo, donde se le dan los requisitos que deben cumplir y van a poder participar como un emprendedor más”, respondió Celano.
Las inscripciones al Registro de Emprendedores están abiertas para integrar a los carreros y cartoneros al nuevo ordenamiento. “Los estamos notificando para que se inscriban, así pueden hacer los trámites para convertirse en operadores del servicio”, explicó Javier Fernández, subsecretario municipal de empleo.
Una vez inscriptos, los carreros y cartoneros podrían incorporarse dentro de la categoría B de transportistas que establece la nueva reglamentación. Para ello deben contar con un vehículo o moto, licencia de conducir, libre multa, seguro y monotributo social. La Municipalidad los asesorará para concretar los trámites. Como beneficios, van a estar exentos del pago de API y de Drei.
“Este nuevo emprendimiento les va a permitir pasar de la informalidad a tener un trabajo formal, con todas las reglas de juego de las empresas que están funcionando en la ciudad. Es el empuje para que puedan tener su propia empresa”, explicó Celano.
Se trata de un proyecto ambicioso, en el que el Estado debe asumir un papel clave. “Acompañamos a los carreros, que hoy están recolectando los residuos en bares y restaurantes, para que puedan reconvertirse en empresas transportadoras de esos residuos. El objetivo es sacar los carros del tránsito sin generar un conflicto social y sin que esta gente quede fuera del circuito económico”, declaró Fernández.
Un obstáculo a sortear
Esto implica un cambio social y cultural profundo, que exige un complejo proceso de negociación, decisiones políticas y fondos para concretarlo. En este sentido, uno de los principales obstáculos a sortear es que el carrero consiga el vehículo para reemplazar el caballo. Consultado al respecto, Fernández indicó que se están analizando “alternativas de financiamiento a través de las mismas empresas a las que se les va a brindar el servicio”, es decir los bares y restaurantes. Otra opción es entregar una ayuda económica a cambio de la entrega del carro y el animal.
Desde la Mesa de Diálogo, donde carreros y proteccionistas intentan mejorar las condiciones de los primeros y terminar con la tracción a sangre, reiteran que debe ser la Municipalidad quien se encargue de conseguirle el vehículo a los carreros. “Un vehículo cuesta $ 17.000. ¿De dónde van a sacar ese dinero los carreros? Es la Municipalidad la que tiene que hacerse cargo de la reconversión de los carreros. Dudo que los comerciantes quieran hacerlo”, cuestionó Corina Giardonino, integrante de la Mesa y titular de la Brigada Equina.
Indiana Grilli, otra integrante de la Mesa y representante de SOS Caballos, coincidió en que “lo que más va a costar es incorporar el móvil adecuado para el trabajo”. Desde la Mesa de Diálogo temen que lo único que se logre con esta normativa es “hacer desaparecer a los carros del centro, pero no reconvertir a los carreros”.
El desafío está planteado; el tiempo apremia: para el 7 de enero los grandes generadores deberán contratar una empresa para la recolección de residuos y ya no podrán entregárselos a los carreros. A menos que éstos hayan comprado un vehículo, obtenido su licencia de conducir, contratado un seguro y realizado todos los trámites para no quedar fuera del nuevo sistema.
Los grandes generadores -bares, bancos, entre otros- ya no estarán incluidos en el servicio público de recolección que realizan las empresas Cliba y Urbafe. Por lo que deberán retirar los residuos con vehículos propios o contratar empresas de terceros. “Esto implica una nueva actividad en la ciudad, que ya está funcionando, pero se va a intensificar”, explicó el subsecretario de Ambiente, Roberto Celano.
Según la Municipalidad, unos 1.520 establecimientos son grandes generadores, desde gastronómicos hasta entidades financieras, pasando por supermercados, mayoristas, construcción y servicios. Hasta el momento, 160 grandes generadores ya contrataron un servicio de recolección y generan -mensualmente- 1.200 toneladas de residuos.
Para regular el nuevo sistema, la Municipalidad creó el Registro de Operadores de Residuos de Manejo Especial, donde deberán inscribirse todas las personas físicas o jurídicas que generen, manipulen, retiren, transporten o realicen disposición final de estos residuos. Los operadores deberán cumplir estrictas exigencias según la categoría que le corresponda.
Para un mayor control de la nueva actividad, el gran generador debe informar -en una declaración jurada- qué empresa le brinda el servicio de recolección, cuántos residuos produce y de qué tipo. Las frecuencias y horarios de recolección, y los costos del servicio son acordados entre cada generador y la empresa contratada.
Carreros y cartoneros
Muchos de los negocios que ahora son considerados grandes generadores entregan sus residuos a los recolectores informales. Al ordenar la recolección de basura, esta ordenanza afecta la tarea de cientos de cartoneros y carreros.
En la ciudad no existe un registro obligatorio de carreros -algo que los proteccionistas reclaman hace tiempo-, pero según un relevamiento informal de la Municipalidad hay más de 500 carros. Unos 300 recogen la basura de grandes generadores, según estimó la Mesa de Diálogo que nuclea a proteccionistas y carreros.
50 pesos diarios
obtiene un carrero que junta la basura de los grandes comercios. Según la Mesa de Diálogo, estos grandes establecimientos representan el sustento económico de unas 300 familias que realizan la recolección en toda la ciudad.
¿Cómo se hace para que esta gente no quede fuera del nuevo sistema y sin un sustento diario? “Tendrán que acercarse a la Subsecretaría de Empleo, donde se le dan los requisitos que deben cumplir y van a poder participar como un emprendedor más”, respondió Celano.
Las inscripciones al Registro de Emprendedores están abiertas para integrar a los carreros y cartoneros al nuevo ordenamiento. “Los estamos notificando para que se inscriban, así pueden hacer los trámites para convertirse en operadores del servicio”, explicó Javier Fernández, subsecretario municipal de empleo.
Una vez inscriptos, los carreros y cartoneros podrían incorporarse dentro de la categoría B de transportistas que establece la nueva reglamentación. Para ello deben contar con un vehículo o moto, licencia de conducir, libre multa, seguro y monotributo social. La Municipalidad los asesorará para concretar los trámites. Como beneficios, van a estar exentos del pago de API y de Drei.
“Este nuevo emprendimiento les va a permitir pasar de la informalidad a tener un trabajo formal, con todas las reglas de juego de las empresas que están funcionando en la ciudad. Es el empuje para que puedan tener su propia empresa”, explicó Celano.
Se trata de un proyecto ambicioso, en el que el Estado debe asumir un papel clave. “Acompañamos a los carreros, que hoy están recolectando los residuos en bares y restaurantes, para que puedan reconvertirse en empresas transportadoras de esos residuos. El objetivo es sacar los carros del tránsito sin generar un conflicto social y sin que esta gente quede fuera del circuito económico”, declaró Fernández.
Un obstáculo a sortear
Esto implica un cambio social y cultural profundo, que exige un complejo proceso de negociación, decisiones políticas y fondos para concretarlo. En este sentido, uno de los principales obstáculos a sortear es que el carrero consiga el vehículo para reemplazar el caballo. Consultado al respecto, Fernández indicó que se están analizando “alternativas de financiamiento a través de las mismas empresas a las que se les va a brindar el servicio”, es decir los bares y restaurantes. Otra opción es entregar una ayuda económica a cambio de la entrega del carro y el animal.
Desde la Mesa de Diálogo, donde carreros y proteccionistas intentan mejorar las condiciones de los primeros y terminar con la tracción a sangre, reiteran que debe ser la Municipalidad quien se encargue de conseguirle el vehículo a los carreros. “Un vehículo cuesta $ 17.000. ¿De dónde van a sacar ese dinero los carreros? Es la Municipalidad la que tiene que hacerse cargo de la reconversión de los carreros. Dudo que los comerciantes quieran hacerlo”, cuestionó Corina Giardonino, integrante de la Mesa y titular de la Brigada Equina.
Indiana Grilli, otra integrante de la Mesa y representante de SOS Caballos, coincidió en que “lo que más va a costar es incorporar el móvil adecuado para el trabajo”. Desde la Mesa de Diálogo temen que lo único que se logre con esta normativa es “hacer desaparecer a los carros del centro, pero no reconvertir a los carreros”.
El desafío está planteado; el tiempo apremia: para el 7 de enero los grandes generadores deberán contratar una empresa para la recolección de residuos y ya no podrán entregárselos a los carreros. A menos que éstos hayan comprado un vehículo, obtenido su licencia de conducir, contratado un seguro y realizado todos los trámites para no quedar fuera del nuevo sistema.
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