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sábado, 1 de diciembre de 2012

Baltasar Garzón se suma a una Comisión de Derechos Humanos inactiva


El destituido juez obtuvo su residencia argentina. También consiguió un puesto en el Congreso como "asesor". Quién es el ex político y magistrado que deslumbra a un sector de la clase gobernante nacional.
Baltasar Garzón se suma a una Comisión de Derechos Humanos inactiva
El Gobierno resolvió darle residencia temporal y trabajo al destituido juez español Baltasar Garzón, quien el próximo año se desempeñará como asesor de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados de la Nación. El beneficio entró en vigencia hace pocos días y regirá -en principio- hasta finales de 2013.
Garzón, quien suele mostrarse en actos públicos en la Casa Rosada y hasta con dirigentes procesados como Milagro Sala, desde hace tiempo frecuenta los espacios de poder. El jueves, por cadena nacional, fue beneficiario de su DNI y se le confirmó un "lugarcito" en el Congreso.
Si bien su participación sería ad honorem, varios diputados no fueron informados sobre los haberes que podría percibir el ex juez destituido por prevaricato en febrero último.
Sin embargo, quizás no sea mucha la carga horaria y las responsabilidades que vaya a tenerGarzón como "asesor estrella" del Palacio.
Es que en 2012 la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados de la Nación sólo se reunió cuatro veces, según confirmó a Infobae uno de sus miembros. Además, reveló que no se debaten temas de la actualidad.
"¿Para qué juntarse? ¿Usted cree que vamos a hablar de la represión en Jujuy? Sólo nos convocaron a cuatro reuniones este año", respondió una legisladora al ser consultada por la actividad y el papel que desempeñaría el magistrado español en ese despacho parlamentario. Otro de sus miembros comentó que Garzón fue "contratado" sólo para generar el grito de aprobación de la tribuna kirchnerista. "Pour la galerie", ironizó.
Quién es Baltasar Garzón
Siempre polémico, el ex magistrado adquirió notoriedad en los 80 cuando se mostró activo en la lucha contra el narcotráfico. También, en ese tiempo, investigaba a la banda terrorista ETA, que se encontraba en pleno apogeo violento. Fueron sus primeros pasos como juez.
Pero en 1993 -tras casi 10 años como magistrado- se volcó a la vida política, presentándose como candidato a diputado por el Partido Socialista de Felipe González.
El juez ganó su banca por Madrid y comenzó lo que parecía una promisoria carrera al calor del gobierno español.
Su experiencia en la lucha contra el narcotráfico lo elevó al gabinete "felipista". Fue nombrado Delegado por el Plan Nacional sobre Drogas y al poco tiempo pasó a depender del Ministerio del Interior con derecho a representar a España ante fueros internacionales.
Sin embargo, Garzón necesitaba algo más. Sentía que Felipe González le debía mayores títulos. A los pocos meses dio el portazo: renunció a la administración y a la banca lanzando acusaciones de corrupción contra su jefe políticoLos rumores en Madrid decían que el magistrado quería un ministerio y que, ante la negativa de González, se alejó en medio de un escándalo.
Entonces, decidió retomar su carrera judicial. Las críticas le llegaron desde su antiguo partido hasta de los sectores más conservadores. ¿Cómo alguien que había pasado por los tres poderes podía regresar a la Audiencia Nacional? Era, por lo menos, poco ético, argumentaban sus detractores.
Para muchos, Garzón comenzaba allí lo que sería su venganza contra Felipe bajo la forma de una dura investigación que fue conocida como "caso GAL". GAL respondía a la sigla "Grupos Antiterroristas de Liberación" y fue el brazo paramilitar que utilizaron los socialistas para enfrentar a los terroristas y separatistas vascos.
Para muchos analistas de la época, esta investigación llevó a la derrota al PSOE en las elecciones de 1996 a manos del Partido Popular de José María Aznar.
A partir de allí, su fama mediática se multiplicaríaEn 1998 fue quien ordenó la detención del ex dictador chileno Augusto Pinochet mientras éste se encontraba en Londres por una cirugía, acusándolo de cometer delitos de lesa humanidad.
El proceso de extradición hacia España fue interminable. Finalmente, el anciano general volvería a Chile y eludiría al magistrado ibérico.
También tuvo tiempo de pedir el desafuero del ex premier italiano Silvio Berlusconi en 2001 o de denunciar internacionalmente al gobierno norteamericano por los terroristas de Al Qaeda presos en Guantánamo.
Los casos que investigaba lo trascendían y cada uno de ellos era objeto de los titulares de diarios de todo el mundo.
Sin embargo, su luz comenzó a apagarse cuando las denuncias se le fueron encima. En 2009 varias querellas en su contra se hicieron públicas y a algunas de ellas el Tribunal Supremoespañol dio curso. La acusación por prevaricato se repetiría en la vida de Garzón un año después y sería la que terminaría con su vida en los estrados.
Una causa de coimas también lo salpicó en 2010. Fue la que se le inició luego de favorecer al Banco Santander en un juicio contra el dueño de esa entidad (Emilio Botín), quien financió -a pedido de Garzón- unos cursos que el magistrado había dictado en Nueva York. El monto entregado al juez entre 2005 y 2006 fue de 300 mil dólares.
En paralelo, otro caso terminó por sepultarlo. Fue por su actuación en el renombrado "caso Gürtel" que fue inhabilitado 11 años a ejercer su magistratura.
La decisión fue adoptada por la máxima instancia judicial de España en forma unánime luego de comprobar que el "paladín" -para muchos- había violado nada menos que la privacidad de detenidos, al ordenar realizar escuchas ilegales y utilizarlas como prueba en su contra.
En la Argentina en 2013 dará cátedra a los diputados de la Comisión de Derechos Humanos. Una comisión que se movió poco en 2012.

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