Al momento de desenterrar el cajón donde estaban los restos de Miriam de los Santos, los empleados del cementerio encontraron una tumba vacía. La denuncia ya está en la Justicia. También advierten sobre el robo de lápidas.
Un episodio desagradable vivió la familia de Alfredo Pages el día que, con dolor, resolvieron cremar los restos de su madre. Es que, cuando concurrieron al cementerio municipal para asistir al desenterramiento del ataúd no hallaron absolutamente nada en la fosa donde habían colocado el cajón el 1º de julio de 2006.Visiblemente conmocionado, Pages le contó a El Litoral que al cumplirse el quinto aniversario del fallecimiento de Miriam de los Santos, su madre, recibió un llamado de la administración del cementerio para informarle que debían renovar el contrato del servicio o proceder a la cremación de los restos, que fue lo que decidieron. El 21 de septiembre de 2011 a las 13, Alfredo y sus hermanas María Eugenia y Ana María junto al padre de los tres se reunieron frente a la tumba de Miriam, ubicada en la fosa Nº 431 del cuadro primero. Era un día de sol, templado, que daba comienzo a la primavera. Y muy sentido para los integrantes de la familia.
Tres empleados comenzaron a cavar. Pero no hallaron nada. Esto motivó miradas y comentarios en voz baja. “Cuando nos dimos cuenta de lo que pasaba, les pedí que siguieran más abajo hasta que se empezó a ver tierra colorada y nada más”, detalló Alfredo. En lugar del cajón encontraron huesos y ropa de otra persona que había ocupado la fosa antes que los Pages.
“Nos dirigimos a la Dirección del cementerio y nos explicaron que antes que exista un depósito en el cementerio, las personas que no eran reclamadas por nadie se dejaban en la tierra y se colocaba un nuevo cajón arriba. En este caso fue el de mi madre”, precisó el hombre.
En representación de la administración atendió a la familia Stella Maris Corletti, quien firmó el acta donde consta la denuncia del hecho. Corletti no logró explicar el episodio y sólo les aseguró que era la primera vez que ocurría una cosa así.
En cambio, los empleados que cavaron la fosa hicieron algunos comentarios por los que Alfredo Pages infiere que la profanación de la tumba de su madre se debió a un liso y llano robo.
“Me dijeron que no hay margen de error, que cuando se da de alta una fosa se ocupa inmediatamente con otro entierro. Además, el lugar estaba cuidado y en cinco años no vimos alteraciones, por lo que suponemos que tuvieron que sacarla ni bien la enterramos”, agregó el hombre. Además, desde la administración del cementerio cobraron regularmente el servicio hasta que denunciaron el faltante del ataúd.
Otro detalle que conduce a Pages a sospechar que alguien robó el cajón de su madre es que en el certificado que emite la funeraria se detalla la calidad del ataúd. “Era caro y las personas que trabajan en esto sabían que así era. Suponemos que alguien lo marcó y lo robaron”, dijo.
Si bien desde la administración del cementerio les aseguraron a los Pages que nunca había ocurrido un caso así, “hay comentarios y rumores que apuntan lo contrario”, deslizó Alfredo.
Sin respuesta
La familia Pages radicó la denuncia del hecho en la Unidad de Información y Atención de Víctimas y Denunciantes del Ministerio Público Fiscal en diciembre de 2011 al no recibir ninguna explicación por parte de las autoridades del cementerio. Hasta hoy, tampoco fueron citados por la Justicia.
“Vine hoy a dar a conocer el caso porque no tengo respuestas y porque trato de tomármelo con calma por mi salud”, lamentó Alfredo y agregó que “hasta esta mañana no sabemos ni dónde está mi mamá ni qué destino le dieron”.
A la familia Pages, la situación les genera un serio malestar y preocupación. “Es muy raro porque hasta hace un tiempo iba a visitar la tumba de mi madre. Ahora voy y todo es una incógnita, no sé quién la sacó y para qué, me parece inhumano”, lamentó Alfredo.
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