Si bien el porcentaje estará a fin de año, aseguran que el cepo cambiario y los controles de Afip impactaron negativamente. “No hay indicadores de mejoras para lo que resta del año”, expresaron.
Traba. “Hay clientes que no quieren pagar un dólar a seis pesos”, aseguró.
En diálogo con Diario UNO, Walter Govone, socio de Sarricchio Inmobiliaria e integrante de la Cámara de Empresas y Corredores Inmobiliarios, dijo que es difícil hablar de porcentajes. “Pero las ventas se están haciendo en muchísima menor medida. Eso lo vamos a ver reflejado a fin de año porque a cada uno lo afecta de forma diferente. En nuestro caso en particular estamos vendiendo la mitad de lo que vendíamos normalmente, pero eso no significa que el mercado se haya retraído un 50 por ciento. Porque también hay operaciones que vienen de arrastre, pero la rueda no sigue retroalimentándose”.
“Que el cepo cambiario afectó negativamente, no hay dudas”, dijo Govone y agregó: “Estamos buscando la vuelta de cómo llevar esto adelante. Estamos pensando más en cómo concretar la operación que en vender, que es nuestra misión. Algunos pagan en dólares, mientras que los que tienen pesos intentan buscar un valor intermedio entre el dólar oficial y el paralelo”.
“Hay gente que sacó los inmuebles de la venta porque ven todo muy turbulento y si no tienen la necesidad de vender o los retiran del mercado o los ponen en alquiler y en esos dos años, que es lo que dura en general un contrato de alquiler, ve lo que pasa para saber si vende o no”, explicó.
Al ser consultado sobre si mucha gente volcó su inmueble al alquiler, el empresario dijo: “No es la mayoría. Algunos quieren vender para seguir invirtiendo en fideicomiso. Ahí se compra al costo y cuando se terminaba lo vendía en el mercado para volver a entrar en un fideicomiso y quedarse con la diferencia. Porque un inmueble también se puede vender estando alquilado y, si quien lo compra es un inversor que piensa ponerlo en alquiler, que esté alquilado es mejor”.
Respecto de las expectativas para lo que resta del año, Govone fue claro: “El segundo semestre no va a ser mejor que el que pasó. No hay ningún indicador que nos muestre que va a ser mejor el futuro”.
Por otra parte, señaló que ante el contexto que se presenta, donde el Gobierno intenta pesificar la economía, “el trabajo del corredor inmobiliario también es hacer docencia”. En ese sentido, dijo que “si la gente vende y compra en pesos, no hay problemas. Pero si el que vende quiere resguardarse en una moneda más fuerte como el dólar, ahí sí surgen inconvenientes. Porque si no lo consigue, sale del mercado, no vende”.
“Generalmente –continuó– la operación no termina en una compraventa de un inmueble. Sino que el que vende quiere comprar otra propiedad y las operaciones se van encadenando. Mientras todas acepten el peso como moneda de pago, se facilita la operación. Pero si alguna de esas personas la quiere para resguardarse y comprar dólares, empiezan a aparecer las trabas”.
—¿Los santafesinos se niegan a manejarse en pesos?
—Hay clientes que no tienen otra cosa que pesos y que no quieren pagar un dólar a seis pesos. Mientras que los que venden sólo aceptan pesos si lo que quieren comprar es en pesos. Para los que sólo quieren dólares les explicamos que a su inmueble se le va a reducir muchísimo la oferta porque la gran mayoría no tiene los dólares billetes. Pero no sólo el cepo cambiario, sino también los controles de la Afip hacen que el mercado inmobiliario se ponga turbulento y se haya reducido.
En tanto, el empresario señaló que los fideicomisos son “lo único que se está moviendo ahora”, porque la “venta de inmuebles particulares bajó muchísimo”.
“Pero ésa es una solución para una parte del mercado, la que busca invertir. Pero el que quiere comprar para irse a vivir en el fideicomiso no tiene una solución”, advirtió.
Sobre esa operatoria inmobiliaria, Govone remarcó: “Los fideicomisos, al ser al costo, se manejan ciento por ciento en pesos y son parte del negocio inmobiliario. Generalmente están orientados a departamentos, pero también hay otros que tienen que ver con loteos o barrios cerrados. Eso se puede vender en pesos porque los costos de materiales y mano de obra son en pesos. A eso se aplica un índice de variación para ir cubriendo la inflación”.
Qué pasará con los alquileres
“En el tema alquileres hay muchísima demanda. Cuanto más se retrae la venta, más aumenta la parte de los alquileres. Porque el que no puede comprar tiene que seguir alquilando”, aseguró el empresario, quien completó: “Hay una demanda constante de alquileres. En los últimos años hay muy pocas casas en el mercado para alquilar. Hay muchos departamentos, pero pocas casas. Las de dos o tres dormitorios con cochera y patio, si se desocupa alguna, al otro día ya está alquilada.
“Los precios de los alquileres tratan de acompañar la inflación. Pero el techo que tienen es en función a los ingresos que tienen las personas a las que está dirigido el inmueble. Históricamente el valor del alquiler fue el 1% del valor del inmueble”, dijo.
“Pero hoy –añadió– un departamento de un dormitorio se está vendiendo entre 80 y 85 mil dólares. Al valor del dólar oficial eso serían 382 mil pesos. El 1% son 3.800 pesos. Hoy nadie paga eso por un departamento de un dormitorio. El techo que tiene ese inmueble es el poder adquisitivo en el mercado actualmente. Un departamento de una habitación cuesta entre 1.400 y 1.700 pesos dependiendo de la ubicación, el edificio, las comodidades. Está al 0,50 % de la renta histórica que tenían los inmuebles. Los alquileres van aumentando, pero van acompañando el aumento salarial que tiene el trabajador en su convenio colectivo de trabajo, que es entre un 20 y un 25 por ciento, que es lo que salió en las últimas paritarias.
“El inversor que compra un inmueble y que lo ofrece en alquiler, en los últimos años resignó un 50 por ciento de la renta que tenía años atrás. Un inversor analiza cuánto capital pone y cuánto le va a rendir la renta. Si el inmueble antes daba el 12 por ciento anual y hoy le da el 5 o 6 por ciento anual, el negocio es la mitad. De todas formas, sigue siendo una de las pocas inversiones que defienden el capital porque el inmueble no pierde valor”, concluyó.
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