Tiene 12 años, iba con su abuelo
en un auto y una bala le atravesó el cuerpo. Está fuera de peligro. Fue
en el parque Alem, cuando agentes de la 9ª perseguían y enfrentaban a
cuatro hombres en motos.
La Capital |
Una nena de 12 años resultó herida de gravedad el miércoles a la noche
cuando el auto en la que viajaba junto a su abuelo quedó en medio de una
balacera entre ladrones y policías en el parque Alem, a metros del
Hospital de Niños Zona Norte. Ocurrió cuando un móvil de la comisaría 9ª
perseguía a dos motos y en el enfrentamiento, según la versión oficial,
un tiro disparado por un arma policial calibre 9 milímetros impactó en
la parte trasera del vehículo. Tras perforar la chapa el proyectil
alcanzó a la menor. "Le ingresó por la región dorsal, atravesó el
abdomen y salió por la zona periumbilical", dijo la doctora Velia
Peralta, subdirectora del Hospital de Niños Víctor J. Vilela, donde la
niña fue operada y anoche permanecía internada fuera de peligro.
"Fue muy duro. De la nada pasamos de ir
conversando a escuchar los gritos de mi nieta pidiendo ayuda. Ver
sangre y no saber qué era lo que había ocurrido. Verla herida y tratar
de manejar lo más rápido que se pudiera para llegar al Pami II. Todo fue
muy feo", rememoró ayer Juan Carlos, el abuelo de Aldana, la nena
baleada. "Gracias a Dios la bala no tocó ningún órgano vital y los
médicos dicen que se va a poner mejor", comentó el angustiado abuelo.
Recorrido habitual.
Aldana y su familia vive en inmediaciones de Gorriti y Monteagudo, en
barrio Refinería y a la sombra de las modernas torres de Puerto Norte.
Como la mayoría de las noches, el miércoles a las 20, el abuelo Juan
Carlos y Aldana se subieron a la flamante Ford EcoSport de la familia y
se dirigieron hacia el Pami II para buscar a Marcela, la tía de la niña
que es enfermera en la sala de terapia intensiva del hospital. A esa
excursión, además de Aldana solían sumarse una de sus amigas de la misma
edad y una pequeña de un año, bisnieta de Juan Carlos. Algo que el
miércoles no sucedió. "No quiero pensar lo que podría haber pasado si
las nenas iban sentadas atrás", esgrimió Juan Carlos.
Al volante de su auto, el hombre
transitó por avenida Candido Carballo, Avellaneda hacia el norte y
después se internó al parque Alem por la avenida de los Trabajadores.
"Ese trayecto lo hacemos día por medio, cuando vamos a buscar a Marcela
al hospital. Es una zona que no está muy bien iluminada", recordó Juan
Carlos. "Ibamos por la avenida cuando empezamos sa escuchar disparos.
Entonces miré por el retrovisor y ví como dos motos doblaron como venían
desde calle Drago. Entonces le dije a mi nieta: «Los de la moto son
choros»", recordó.
"Cuando estábamos a la altura de calle
Leguizamón una de las motos, color roja, intentó subir a la vereda para
escapar por el parque, pero se cayeron. Al patrullero ya lo había visto
por el retrovisor. Entonces aceleré y antes de llegar a calle Silva
escuché el lamento de mi nieta: «Hay, abuelo». Se recostó sobre mi
hombro y empezó a los gritos. Entonces aceleré más, doblé en Silva y fue
al Pami II", contó el hombre con los ojos enrojecidos. La secuencia
relatada, dijo, no duró más de 15 segundos.
Bala policial. Fuentes
de la investigación, en manos del juez de Instrucción Hernán Postma,
contaron que el patrullero de la comisaría 9ª comenzó a perseguir a dos
motos con cuatro muchachos a raíz de un llamado al 911 que alertó sobre
distintos arrebatos en la zona del Pami. "Desde una de las motos
empezaron a disparar y los efectivos repelieron la agresión. Cuando
doblaron por avenida de los Trabajadores, el auto de las víctimas quedó
por delante de las motos y el móvil policial. Ese era el contexto cuando
la menor fue baleada", explicó el vocero.
La fuente calificó el accionar policial
como "de falta de idoneidad, aunque hay que esperar las declaraciones y
las pericias para determinar si la actuación fue correcta o temeraria",
explicó. A la dotación del patrullero se les retiraron las armas para
ser peritadas, se les tomó declaración y fueron separados
preventivamente del servicio.
En la vereda de avenida de los
Trabajadores y Leguizamón, sobre el parque, quedaron tiradas una moto
roja y un revólver calibre 22 con cinco cartuchos en su tambor, tres de
ellos percutados. Una mancha de sangre alertó sobre la posibilidad de
que uno de los maleantes hubiera sido herido (ver aparte).
El balazo que hirió a Aldana, en tanto,
impactó en el baúl de la EcoSport, perforó la chapa, los asientos y
atravesó el cuerpo de la nena. "Tuvo suerte porque el proyectil no tocó
ningún órgano vital, sólo lesionó levemente el hígado. Pero los médicos
dicen que todo va a estar bien", explicó otro familiar de la nena.
Aldana fue llevada por su abuelo al
Pami donde trabaja su tía. Allí se improvisó un operativo de auxilio a
la nena. "La gente del hospital se portó mil puntos. Lograron
estabilizarla hasta que la ambulancia la trasladó al Vilela", recordó
Juan Carlos.
"Al ingresar se la derivó al quirófano
para una laparoscopía exploratoria. Estaba compensada y se comprobó que
no había lesión graves, sólo en la zona inferior hepática. La niña
reaccionó bien y tras la operación fue derivada a terapia intensiva.
Está compensada, lúcida y con buen estado general", explicó la
subdirectora del Vilela.
Finalmente, los familiares de Aldana
comentaron que altos jefes policiales que se les acercaron, reconocieron
que las pericias indicaban que el balazo que hirió a Aldana habría
partido de un arma oficial.
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