Una mujer de 37 años fue
procesada por el homicidio de su concubino, de 36, quien murió apuñalado
hace cinco meses en su casa de la zona oeste de la ciudad. El asesinato
fue producto de una violenta pelea tras varias horas de compartir
cocaína y alcohol.
La Capital |
Una mujer de 37 años fue procesada por el homicidio de su concubino,
de 36, quien murió apuñalado hace cinco meses en su casa de la zona
oeste de la ciudad. El asesinato fue producto de una violenta pelea tras
varias horas de compartir cocaína y alcohol. Y si bien la sospechosa
primero negó haber matado al hombre, un inesperado testimonio la
incriminó: la hija de ambos, de 9 años, le reveló a su abuelo en plena
escena del crimen: "Mi mamá le clavó un cuchillo a mi papá".
Paula S. y Ariel H. llevaban diez años
de una relación en la que alternaban cotidianamente momentos cariñosos y
tormentosos. Vivían con dos hijos en común, de 9 y 3 años, y tenían
como fruto de parejas anteriores otros dos adolescentes que ya habían
abandonado la casa de Matienzo al 1600 donde residían. Un par de veces
habían estado separados y, como denominador común, desde hacía tiempo
compartían la adicción a la cocaína y el alcohol.
El sábado 21 de enero, minutos antes de
las 3 de la mañana, una de las habituales peleas de la pareja terminó
con Ariel agonizando sobre la calzada de Pellegrini al 5100, a pocos
metros de la vivienda, y Paula intentando reanimarlo con respiración
boca a boca. Al llegar la policía, la mujer dijo que él había sido
apuñalado por un hombre en la puerta de su casa. Pero pronto
trascendería otra versión.
Textual. Cuando el
padre de Ariel llegó a la esquina de Matienzo y Pellegrini, le preguntó a
Paula qué había pasado, con quién se había peleado su hijo. "Me dijo
que no lo conocía, que vivía por (calle) Carriego. Volví a preguntar su
nombre y ella respondió que no sabía. Entonces me metí en la casa y le
pregunté a mi nieta qué pasó", declaró Eduardo H., en la seccional 14ª.
"Me contó, en textuales palabras: «Mi
mamá le clavó un cuchillo a mi papá». Entonces salí otra vez a la calle y
vi un patrullero. Pregunté quién era el jefe y le conté lo que me había
dicho mi nieta", recordó el hombre sobre el momento en que Paula fue
detenida.
Golpes. "Yo estaba
durmiendo. Escuché golpes, salí de la cama y vi a mi papá agarrando del
cuello a mi mamá. Ella me decía que fuera a buscar a la policía y él que
fuera a la casa de mi abuelo. Le hice caso a él porque ahí donde me
dijo mi mamá que fuera a buscar a la policía no estaba". Según refleja
el fallo del juez Gustavo Pérez de Urrechu, así comenzó su relato en
sede judicial la hija de la pareja, tras entrevistarse con un forense
que la halló en condiciones de prestar declaración.
"Volví de lo de mi abuela, entré a mi
casa y en la cocina vi que a mi mamá le había pasado algo acá (se señala
el costado derecho del vientre) y después ella le decía que no le
pegara más. Entonces mi mamá agarró un cuchillo y se lo clavó a mi papá
en el pecho. El le dijo «qué te pasa, loca» y empezó a caminar medio
desmayándose hacia la calle. Abrió la puerta y salió".
"Lo seguí y mi mamá se quedó adentro.
Mi papá se fue hasta Pellegrini y se desmayó. Empezó a juntarse un
montón de gente, vecinos, amigos de mi papá, de mi hermano y gente que
no conozco. Yo lloraba mucho y no sabía qué hacer", contó la niña, y
agregó que no volvió a ver a su madre después de lo ocurrido. "Sólo la
escuché cuando estaba yo en la comisaría. Ella gritaba «yo no lo hice,
yo no lo hice»", recordó, y dijo que las escenas de violencia entre sus
padres eran habituales, que ambos tomaban, que su madre solía comenzar
las discusiones y que también le pegaba a ella.
Hamburguesas. La
pequeña deslizó que los días previos al crimen, las peleas entre sus
padres habían recrudecido. "Se decían malas palabras, gritaban, se
escuchaba desde la calle. La verdad no sé por qué se peleaban", declaró.
También recordó que el día del
homicidio sus padres habían estado con El Turco, "un tío de cariño".
"Cuando él se fue nos metimos en la pileta. Después se hizo de noche.
Comimos con mi hermanito (de 3 años), le hice hamburguesas mientras mi
papá y mi mamá jugaban a las cartas y seguían tomando vino. Venían
tomando desde antes, cuando había llegado mi tío El turco, creo que
desde el almuerzo o la tardecita", contó la nena.
"Bueno, después de comer con mi
hermanito nos pusimos a mirar una película y nos fuimos a dormir. Mis
papás se quedaron en el patio, eso es normal, ya que a veces se quedan
hasta de día. Al rato me desperté porque escuché ruidos y gritos. Pero
mi hermanito no se despertó".
En su relato, la nena volvió al momento
en que regresó de lo de su abuela y entró a su casa. "Estaba todo hecho
un desastre, la moto tirada, la mesa y las sillas tiradas. Bueno, ahí
es que digo que mi mamá le clava el cuchillo a mi papá. Después mi papá,
como ya dije, se fue hacia la calle... y ahí sale mi mamá y lo ve
tirado y trata de reanimarlo haciéndole masajes en el corazón... de eso
me había olvidado", finalizó su testimonio.
En ese marco le preguntaron a la niña
si sus padres, además de alcohol, ingerían pastillas u otros
medicamentos. "Tomaban mucho alcohol, a veces cuando estaban enfermos,
pastillas para el dolor de cabeza, creo. También aspiraban un polvito
blanco que no sé cómo se llama. Ese polvito algunas veces está arriba de
los muebles", respondió.
De la nada. En tanto,
Paula amplió su indagatoria original y admitió haber matado, sin
preverlo, a su pareja. "Las compañeras del penal me habían aconsejado
que negara el hecho y además tenía miedo", porque nunca había estado
presa "por algo tan grave", justificó esas "partes que no son ciertas"
de su declaración anterior.
La mujer narró que cuando ese día llegó
a la casa se quiso ir a acostar pero Ariel y El Turco no la dejaron.
"Me obligaban a consumir droga. No quería llegar a casa porque sabía lo
que me esperaba", dijo sobre situaciones que acontecían "día por medio" y
que ella dijo aguantar "por miedo" y porque "cuando me quería ir él me
golpeaba".
Entre acotaciones sobre actitudes de su
pareja ("le daba porros a su hijo de 3 años, le pegaba a la nena")
contó que el día del homicidio habían estado tomando drogas y vodka
desde las 19. "Cuando Ariel veía que se terminaba (la cocaína) se puso
nervioso. Me quería mandar a lo de sus padres a pedirles plata. Me habló
de un problema que tuvo cuando fue a comprar droga. Y de la nada me
empezó a golpear. Yo me quemaba con el cigarrillo para que él viera que
no me hacían nada sus golpes".
Sobre los minutos previos a la puñalada
fatal, dijo recordar poco y haber estado "muy asustada por las veces
que me ahorcó hasta el punto de desmayarme".
"Le pedí a la nena que fuera a buscar a
la policía y él le pedía que buscara al abuelo. Cuando mi hija fue a
buscar a la policía, salimos todos. Después él gritó que entráramos.
Primero entré yo, tiré la moto en el pasillo y trabé la puerta. El
agarró la puerta a patadas y la rompió en la parte de abajo. Le abrí y
entramos todos, ya que me parecía que se estaba calmando. No sé si la
nena entró, porque Ariel me empezó a pegar de nuevo y me agarró un
ataque de pánico".
"El me quería matar, decía que yo tenía
la maldad en el cuerpo. Yo le decía que dejara de pegarme. Ya me había
tirado sobre la moto, me sacudía, me tiraba al piso, me levantaba y me
volvía a tirar. Luego agarró un cuchillo de la mesada que usaba para
picar hielo y dijo: «A esta hay que matarla». Luego lo soltó porque yo
le pedía por favor que me dejara ir. Por ahí se enfurecía y por ahí
aflojaba. En eso soltó el cuchillo, lo agarré yo y se lo clavé de
frente. No pensé que se le iba a clavar. Yo no quería matarlo".
No hay comentarios:
Publicar un comentario