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sábado, 30 de junio de 2012

NAC. "Los Kirchner tienen una memoria parcial"

El intelectual estadounidense que más investigó a la Argentina habló de varios temas. Política de derechos humanos, guerra Clarín-Gobierno y el paro de Moyano.

Potash Robert
A sus 92 años, el historiador norteamericano Robert Potash aún lee todas las mañanas los diarios argentinos y sigue de cerca los acontecimientos políticos del país. Vive en una apacible comunidad de ancianos llamada Applewood, en Amherst, Massachusetts. En una zona retirada, junto a otros matrimonios de su misma edad, el autor de los tres tomos de El Ejército y la política en Argentina expresó su preocupación por la marcha de la economía argentina, criticó la política de derechos humanos del kirchnerismo y, también, embistió contra Hugo Moyano.
–¿Cómo evalúa al Gobierno de Cristina Kirchner?
–Estoy inquieto con el gobierno argentino, particularmente por su actitud ante la ley y las regulaciones. Uno de los ejemplos es cómo actuó con Repsol en la nacionalización de YPF. Parece haber un gran énfasis en las apariencias y en el corto plazo. Esto es lo que me preocupa. Hace unos años Néstor consiguió reputación por haber revivido la economía. Pero incluso en ese momento era claro que iba a haber una crisis energética. ¿Por qué no invertir dinero para aumentar la producción de petróleo y lo que era necesario para sustentar el crecimiento del país? La expansión industrial tiene que ser balanceada con la generación de recursos, que si se ignoran generan problemas. Eso fue lo que pasó. La crisis energética pudo haber sido evitada. No estoy contento con la marcha del país.
—Uno de los aspectos más reconocidos de este Gobierno es la política de derechos humanos. ¿Cuál es su opinión sobre ella?
—No estoy contento con cómo lidiaron con el asunto de la memoria, hicieron un énfasis en la memoria del pasado, pero los Kirchner tienen una memoria parcial. Pienso que la memoria es más complicada que una lógica en blanco y negro. Porque no sólo hubo militares matando civiles, sino también civiles asesinados por las guerrillas. Pienso que es parcial porque no hubo esfuerzos por recordar a muertos civiles inocentes o a muertos uniformados. Si se recuerdan esos años, hay que recordar qué complicados eran. No se pueden simplificar. Ahora, pasaron 30 años desde la última persona afectada por la represión. Hay algunas ironías. Las autoridades erigieron un monumento conmemorando a los muertos por la represión y homenajearon a gente que atacó a militares en el gobierno de Isabel Perón. Atacaron soldados que defendían a un gobierno legítimo. Esos soldados no recibieron un resarcimiento.
—¿Qué piensa de la guerra entre el Gobierno y Clarín?
—Podrán decir que si sólo leo La Nación es una lectura parcial de lo que sucede. Pero también leo The Buenos Aires Herald, Infobae, leo PERFIL. No leo Página/12. Pero creo que tengo un cuadro exacto de lo que está sucediendo. En una democracia tiene que haber prensa libre, tiene que haber un Gobierno que, le guste o no, haga conferencias de prensa y responda preguntas. Cristina nunca ha respondido una pregunta de alguien que no sea su seguidor. Ella se sube al estrado y alecciona, y eso no es bueno para los que quieren formular preguntas. No es inusual que a los gobiernos populistas, que tienen un sentido de legitimidad por un enorme caudal de votos, no les gusta la prensa. Lo vemos en Nicaragua, Ecuador y ni hablar de Venezuela. En cierto modo, el trato de la prensa de Cristina no es distinto al de esos otros gobiernos, que son democráticos en su nombre. Pero la democracia es mucho más que ganar una elección. Hay que respetar a las minorías. La política no es un partido de fútbol. Si ganás en Argentina, podés imponer a los otros lo que quieras.
—¿Por qué Cristina obtuvo el 54% de los votos?
—Porque la oposición no está funcionando bien. No tiene capacidad para organizarse, unirse, adoptar un programa común y perseguir metas comunes. Ellos simplemente tiraron la toalla. Es desafortunado que la oposición argentina no haya presentado una alternativa en las últimas elecciones que movilizara a la gente.
—El líder de la CGT y de Camioneros Hugo Moyano, un antiguo aliado del Gobierno, se enfrentó a Cristina Kirchner y llamó a una huelga general. ¿Cómo evalúa la relación entre el Ejecutivo y el sindicalismo?
—No voy a elegir un bando en esa cuestión. Es desafortunado que los gremios tengan la habilidad para tomar a todo un país de rehén. Eso no debería existir. Pero, más allá de sus limitaciones, éste no es un gobierno tiránico. No obstante, es desafortunado que los ciudadanos no puedan sacar dinero de los cajeros automáticos, o cargar nafta en las estaciones de servicio. Es como tomar a la ciudadanía de rehén por un fin político.
—Las encuestas muestran paridad entre Barack Obama y el republicano Mitt Romney. ¿Quién ganará el 6 de noviembre?
—Espero que gane Obama. Esa es mi preferencia. Tengo esperanzas de que gane la reelección.

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