Rosarinos de pie pidió una
audiencia con el ministro de Seguridad y envió una carta a la Corte
Suprema. Marcos Rivero, Leandro Zini, Juan Pablo Fadus, Ezequiel
Peñaloza, Martín Almada y Vanesa Celma son algunas de las víctimas.
Marcos Rivero tenía 21 años cuando lo mataron el 7 de septiembre de
2011, en Forrest y Alvarado, de un disparo en la espalda. Iba, como
todas las mañanas, a trabajar en su moto a una empresa de helados. "No
tenemos culpables por el asesinato de mi hijo. Que el ministro de
Seguridad, (Raúl) Lamberto, nos diga cuántos de los homicidios entre
2011 y 2012 están esclarecidos", protestó ayer Mario, el padre de la
víctima, en las puertas de los Tribunales Provinciales. Mario no estuvo
solo: padres, hermanos, tíos y amigos de víctimas de casos fatales sin
imputados en la Justicia levantaron banderas con los nombres de esos
pibes que ya no están: Leandro Zini, Juan Pablo Fadus, Ezequiel
Peñalosa, Martín Almada, Emiliano Killer y también por Vanesa Celma,
cuyo caso de femicidio está caratulado como "incendio" en la Justicia.
La organización Rosarinos de Pie entregó un petitorio a la Corte Suprema
Provincial. También reclaman una audiencia con Lamberto.
Pese a la llovizna que todavía molestaba poco antes del mediodía de ayer, los manifestantes se fueron sumando con carteles, globos y remeras con los rostros de las víctimas, en las escalinatas del edificio de calle Balcarce al 1600. "Quienes mataron a nuestros hijos están sueltos en la calle y en cualquier momento van a matar a otro. La provincia tira cifras: dicen que los homicidios bajaron con respecto al año pasado, pero entre 180 y 150 casos, no hay diferencia", se quejaron cansados de buscar respuestas. "No puede ser una moneda al aire la vida de un trabajador. Con mi hijo siempre hablamos sobre la inseguridad. Cuando pasó lo de Leandro Zini todos pensamos que era una barbaridad, pero uno lo ve de afuera, hasta que le pasa a tu hijo", lamentó Mario. En ese sentido, adelantó que con las otras familias planean poner un cartel con la foto de las víctimas en los lugares donde fueron asesinadas, "para que la gente no se olvide de ellas".
Las muertes en la calle no fueron las únicas que sobrevolaron la convocatoria triste y silenciosa. La causa de Vanesa Celma, quien murió el 22 de octubre de 2010, figura caratulada como "incendio", en el juzgado de Instrucción Nº 12. La joven, madre de dos hijos, murió tras agonizar cuatro meses producto de las quemaduras que sufrió como resultado de una relación violenta. La inseguridad la acosaba en su propia casa.
"Una casa se incendia; un auto, pero no una persona", reclamó Eva, la madre de la chica. La noche del 29 de junio de 2010, embarazada de ocho meses, la joven de 27 años discutió con su pareja en presencia de su nene de cinco años. "El concubino le tiró alcohol y le dijo `si te queres quemar, quemate\', y le tiró el encendedor prendido", contó la enfermera que la cuidó durante su agonía.
Impotente ante ese hombre que no auxiliaba a su mamá, el nene salió corriendo a llamar a los vecinos: "Mamá se quema", les gritaba. Eva dijo que él la visitó algunas veces mientras estaba internada en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez --donde nació la beba, que hoy cumple dos años--. "Mirá lo que te hiciste", le decía. El acusado nunca estuvo detenido.
La familia de Vanesa puso a disposición de la Justicia el relato de la enfermera, pero a Eva le dijeron que "es prueba insuficiente: no es válido su testimonio porque es una testigo de oídas". La enfermera señaló ayer que Vanesa le contó cómo "él inventaba historias después de golpearla: le decía qué tenía que contarle a la familia sobre las marcas en su cuerpo. La tenía aterrorizada. La dejó que se queme".
Otra de las víctimas por las que se convocó a la marcha de ayer fuer Martín Almada, de 18 años. Samanta, su tía, contó que el chico fue ultimado el 13 de abril de 2011, en barrio Tío Rolo. Circulaba como acompañante en la moto, con un amigo, cuando aparecieron más motos, con cuatro personas que le dispararon en Avellaneda y Camino Soldini. No tenía antecedentes y trabajaba de albañil con su padrastro.
Los relatos se cruzaron con los de familiares de Leandro Zini, a quien asesinaron por defender a su novia de un intento de robo, en barrio Industrial. Por el caso, un chico de 15 años, inimputable, se adjudicó el crimen. A Juan Pablo Fadus lo balearon en la puerta de su casa, a una cuadra y media de la seccional policial de barrio Bella Vista. Tampoco hay imputados.
En el petitorio que entregaron a la Corte las familias expresan: "El sistema judicial presenta múltiples fallas" y apuntaron a la "falta de investigación". También se quejaron por la "falta de instituciones para alojar a menores de edad en conflicto con la ley penal, para que sean rehabilitados y reinsertados a la sociedad". Más adelante en el texto, señalaron: "Sabemos que la seguridad está integrada por tres puntos significativos: las políticas sociales, el cuerpo policial y el poder judicial; por eso rogamos que como Poder Judicial soliciten al Legislativo y al Ejecutivo la implementación de medidas de prevención para combatir la inseguridad y de esta manera integrar al poder político".
Pese a la llovizna que todavía molestaba poco antes del mediodía de ayer, los manifestantes se fueron sumando con carteles, globos y remeras con los rostros de las víctimas, en las escalinatas del edificio de calle Balcarce al 1600. "Quienes mataron a nuestros hijos están sueltos en la calle y en cualquier momento van a matar a otro. La provincia tira cifras: dicen que los homicidios bajaron con respecto al año pasado, pero entre 180 y 150 casos, no hay diferencia", se quejaron cansados de buscar respuestas. "No puede ser una moneda al aire la vida de un trabajador. Con mi hijo siempre hablamos sobre la inseguridad. Cuando pasó lo de Leandro Zini todos pensamos que era una barbaridad, pero uno lo ve de afuera, hasta que le pasa a tu hijo", lamentó Mario. En ese sentido, adelantó que con las otras familias planean poner un cartel con la foto de las víctimas en los lugares donde fueron asesinadas, "para que la gente no se olvide de ellas".
Las muertes en la calle no fueron las únicas que sobrevolaron la convocatoria triste y silenciosa. La causa de Vanesa Celma, quien murió el 22 de octubre de 2010, figura caratulada como "incendio", en el juzgado de Instrucción Nº 12. La joven, madre de dos hijos, murió tras agonizar cuatro meses producto de las quemaduras que sufrió como resultado de una relación violenta. La inseguridad la acosaba en su propia casa.
"Una casa se incendia; un auto, pero no una persona", reclamó Eva, la madre de la chica. La noche del 29 de junio de 2010, embarazada de ocho meses, la joven de 27 años discutió con su pareja en presencia de su nene de cinco años. "El concubino le tiró alcohol y le dijo `si te queres quemar, quemate\', y le tiró el encendedor prendido", contó la enfermera que la cuidó durante su agonía.
Impotente ante ese hombre que no auxiliaba a su mamá, el nene salió corriendo a llamar a los vecinos: "Mamá se quema", les gritaba. Eva dijo que él la visitó algunas veces mientras estaba internada en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez --donde nació la beba, que hoy cumple dos años--. "Mirá lo que te hiciste", le decía. El acusado nunca estuvo detenido.
La familia de Vanesa puso a disposición de la Justicia el relato de la enfermera, pero a Eva le dijeron que "es prueba insuficiente: no es válido su testimonio porque es una testigo de oídas". La enfermera señaló ayer que Vanesa le contó cómo "él inventaba historias después de golpearla: le decía qué tenía que contarle a la familia sobre las marcas en su cuerpo. La tenía aterrorizada. La dejó que se queme".
Otra de las víctimas por las que se convocó a la marcha de ayer fuer Martín Almada, de 18 años. Samanta, su tía, contó que el chico fue ultimado el 13 de abril de 2011, en barrio Tío Rolo. Circulaba como acompañante en la moto, con un amigo, cuando aparecieron más motos, con cuatro personas que le dispararon en Avellaneda y Camino Soldini. No tenía antecedentes y trabajaba de albañil con su padrastro.
Los relatos se cruzaron con los de familiares de Leandro Zini, a quien asesinaron por defender a su novia de un intento de robo, en barrio Industrial. Por el caso, un chico de 15 años, inimputable, se adjudicó el crimen. A Juan Pablo Fadus lo balearon en la puerta de su casa, a una cuadra y media de la seccional policial de barrio Bella Vista. Tampoco hay imputados.
En el petitorio que entregaron a la Corte las familias expresan: "El sistema judicial presenta múltiples fallas" y apuntaron a la "falta de investigación". También se quejaron por la "falta de instituciones para alojar a menores de edad en conflicto con la ley penal, para que sean rehabilitados y reinsertados a la sociedad". Más adelante en el texto, señalaron: "Sabemos que la seguridad está integrada por tres puntos significativos: las políticas sociales, el cuerpo policial y el poder judicial; por eso rogamos que como Poder Judicial soliciten al Legislativo y al Ejecutivo la implementación de medidas de prevención para combatir la inseguridad y de esta manera integrar al poder político".
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