Lentamente la pelea para
concientizar a los motociclistas rosarinos en el uso del casco empezó a
mostrar algunos resultados positivos, al menos en el centro de ciudad.
Lentamente la pelea para concientizar a
los motociclistas rosarinos en el uso del casco empezó a mostrar
algunos resultados positivos, al menos en el centro de ciudad. Así lo
confirmó el director de Tránsito de la Municipalidad, Henry Fabro, quien
señaló que el nivel de adherencia al uso de la medida de seguridad
aumentó en los últimos meses. Las cifras indican que mientras antes
apenas cuatro de diez motociclistas la utilizaban, ahora ese número
aumentó a siete. Sin embargo, ese cambio no se repite en distritos como
el sur y el oeste, donde ahora se están ajustando los operativos de
control.
Los datos surgieron en el marco de las
tareas de concientización que ayer tuvieron como escenario la puerta del
Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca). Para celebrar su
cuarto aniversario, en el nuevo edificio de Pellegrini al 3200 el
personal del centro de salud e inspectores municipales salieron a la
calle y repartieron cascos a los conductores que circulaban sin
protección.
El hospital atiende a la mayoría de los
lesionados en accidentes de tránsito de la ciudad, de los cuales casi
todos son producto de colisiones en las que participan motocicletas. En
eso hizo hincapié el director técnico de la Dirección de Servicios de
Salud del municipio, Juan Becerra, al indicar que "de los ingresos por
accidentes de tránsito que el Heca tuvo en 2011, unas 4 mil personas, el
70 por ciento correspondía a hechos donde había participado una moto".
Además, el especialista insistió en el
"altísimo grado de siniestralidad" que tienen los vehículos de dos
ruedas y lo graficó al explicar que "en los accidentes sin lesionados el
vehículo más común que interviene es el auto, en un 65 por ciento;
mientras que en las colisiones con lesionados, en el 80 por ciento de
los casos están involucradas motos".
Reparto. Ante esos
números la mejor manera de festejar que encontraron las autoridades del
Heca fue la de repartir cascos —donados por la empresa rosarina Vértigo—
a los motociclistas que circulaban sin esa protección, además de
entregarles un folleto y darles una pequeña charla explicativa sobre la
importancia de su uso.
Estas acciones se suman a los controles
preventivos que viene llevando adelante el municipio y que, en el
primer trimestre de este año, significaron la remoción al corralón de
unas dos mil motos. Sin embargo, en este punto, el director de Tránsito
señaló que "se está viendo que ahora la cantidad de infracciones por no
uso del casco disminuyó y la mayoría de los vehículos ingresaron por
falta de documentación".
Es que en el centro de la ciudad la
llamada adherencia a la utilización de este elemento aumentó y se ubica
actualmente en el 75 por ciento. Eso significa que mientras que antes
apenas cuatro de diez motociclistas lo utilizaban, ahora ese número
aumentó a siete
Pero esa situación, al menos por ahora,
no se da en los distritos donde esta adherencia apenas alcanza el 40
por ciento. "En los barrios, como los del sur y el oeste, la
problemática se presenta más fuerte y todavía la gente no ha tomado
conciencia de la necesidad de protegerse", indicó Fabro.
Controles. El director
de Tránsito indicó que esa es la razón por la cual la fiscalización se
lleva adelante con más severidad en estos sectores de la ciudad, y
explicó que "se trata de controles preventivos, tanto de autos como de
motos, donde lo que se exige es justamente la utilización del casco, el
cinturón de seguridad y las medidas de sujeción para los menores".
Además, Fabro destacó que esos
controles "acompañan las tareas de concientización" y recordó que
quienes ven remitidas sus motos al corralón deben certificar la
realización de un curso de seguridad vial de una jornada para poder
retirar sus vehículos. "Llegamos a tener unas 200 personas por semana",
detalló.
En materia de concientización, el
especialista de la Dirección de Servicios de Salud del municipio explicó
que "se está trabajando fundamentalmente en los ejes principales que
marca la Organización Mundial de la Salud (OMS) que son la alta
velocidad, el control del consumo de alcohol y el uso del casco y el
cinturón como elementos fundamentales". Y si bien reconoció algunos
avances, admitió que "es mucho lo que queda por hacer".
Alcoholizados y a toda velocidad
La Guardia Urbana Municipal (GUM)
detuvo ayer la alocada carrera de una camioneta conducida por un joven
alcoholizado que huyó de los controles a toda velocidad por buena parte
del microcentro cruzando varias arterias con semáforos en rojo. “Pudo
ser una catástrofe”, describió el director de la GUM, Gustavo Franco,
sobre las posibles consecuencias de la temeraria actitud.
El andar peligroso y a excesiva
velocidad de la pick up Fiat Strada encendió la luz de alerta de un
móvil de la GUM que transitaba por Corrientes y Rioja, a las 6.30.
En esa esquina los agentes observaron
pasar el rodado a toda velocidad hacia el oeste, y percibieron que,
además del conductor y su acompañante, eran transportadas otras seis
personas en la caja.
“Pasaron el primer semáforo en rojo,
por lo que se emprendió el seguimiento”, contó Franco. Además, relató
que, al verse perseguido, el chofer del Fiat Strada imprimió mayor
velocidad. “Se convocó a otros móviles y recién se lo pudo interceptar
en Rioja y Pueyrredón. Durante el trayecto pasaron los semáforos en
rojo”, recordó Franco.
Una vez que se logró la detención del
vehículo, se comprobó que en el sector de carga estaban los otros seis
muchachos, todos con signos de haber ingerido bebidas alcohólicas. “Esto
pudo haber generado una catástrofe”, expresó el director de la GUM.
Finalmente, se determinó que el dosaje de alcohol en sangre del conductor era tres veces superior al permitido.
El vehículo fue trasladado al corralón
municipal, los jóvenes regresaron a Zavalla (de donde son oriundos) y
quien estaba al mando de la camioneta quedó a cargo del Tribunal de
Faltas.
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