Una empresa monta en Fighiera un
centro para el aprovechamiento total de los residuos. Ya tiene un
acuerdo con esa localidad y va por más. Detalles del emprendimiento.
La empresa Worms, volcada a
una iniciativa verdaderamente alternativa como es la cría y exportación
de lombrices y a la producción de abono orgánico de la región, está en
la etapa final de un ambicioso proyecto: en un predio de 5 hectáreas
ubicado en jurisdicción de Fighiera inaugurará una planta de reciclado
de residuos que, afirman sus responsables, será modelo en el país y
abrirá una nueva etapa en cuanto a la disposición final de la basura.
Así lo detalla a LaCapital su director,
Gustavo Calamari, y cuenta que cuando las instalaciones estén
trabajando a pleno, "este lugar será fuente de trabajo para más de 100
personas. Las instalaciones tendrán capacidad para reciclar 250
toneladas de residuos por día —unos 30 camiones—, cuando la localidad de
Fighiera produce, en total, sólo seis toneladas por día".
El negocio no es simple, pero su
esquema es más o menos este: la empresa firma convenios con los
municipios para tratar los residuos, por los que les cobra un canon por
tonelada. En la flamante planta se separará lo orgánico de lo
inorgánico. Lo primero se derivará a la producción del compost que sirve
de alimentos a las lombrices que la empresa cría en Soldini, pero que
piensan trasladar a Fighiera. Y al resto de los residuos —inorgánicos,
como plásticos o vidrios—, se les agregará algún valor moliéndolos o
procesándolos para su reutilización en la elaboración de distintos
productos. Asi, según se explicó desde la empresa, tienen proyectado
vender el vidrio a China y el plástico a Brasil, entre otras líneas de
comercialización.
Gas metano. "Donde
otros ven un problema, nosotros vemos recursos", es el eslogan de esta
firma que, según Calamari, también estudia, para otra etapa, la
autoprovisión de gas metano generado por los mismos residuos orgánicos
de la planta. Y no descarta la fabricación, también con el plástico
recuperado, de ladrillos que abaratarían notablemente la construcción de
viviendas.
La empresa quiere ampliar el horizonte
y, sabiendo que están en condiciones de construir más naves de
reciclaje, aseguran que ya están en conversaciones con Acebal, Cañada de
Gómez y Villa Constitución, tal como lo indica el gerente de Recursos
Humanos de la firma, Juan José Flores.
No quema ni entierra.
El emprendimiento tiene como premisa no enterrar ni quemar los residuos.
"El verdadero problema de la basura es lo orgánico, porque es difícil
de separar de los materiales inorgánicos. Por eso, en Fighiera estamos
trabajando en la concientización de los chicos y de la gente para que la
separación de los residuos sea en casa, para que cuando lo reciclable
llegue limpio a las instalaciones se convierta en recurso y no en
basura", explica Calamari.
La intención es trabajar con municipios
y comunas que no posean un servicio. "Por ejemplo, no trabajaríamos con
la basura de Rosario porque esta ciudad ya tiene —mal o bien—, resuelto
su problema, Vamos trabajar, en cambio, con lugares chicos, y todo está
previsto para que la situación no nos sature", explica el directivo.
Lombrices. Worms se
dedica desde el 2001 a la cría de lombrices y a la fabrición de abonos
orgánicos en la planta que posee en cercanías de Soldini. Las lombrices,
de la variedad roja californiana, son criadas para su exportación,
principalmente a Irán, donde a raíz de la aridez y la degradación de los
suelos sirven para engordar con elementos naturales tierras
habitualmente destinadas al cultivo de azafrán y pistacho. "En ese
sentido, el mejor testimonio que tenemos es que gracias a nuestras
lombrices y abonos se recuperaron en ese país una buena cantidad de
hectáreas de tierras de cultivo, algunas de ellas en los alrededores de
Teherán. Nuestros contactos con Irán son permanentes y viajamos muy
seguido a ofrecer capacitación sobre esta especialidad nuestra", cuenta
Calamari.
Las lombrices, que son la base de su
negocio, se importan vivas y en envases especialmente acondicionados y
con ellas se generan también fertilizante líquido y harina de lombriz,
que comercializan, sobre todo, en Irán.
Otros destinos. La
estructura de Fighiera está montada en un predio de 5 hectáreas con
1.200 metros cuadrados cubiertos. "La idea es seguir haciendo naves y
recibir basura de la periferia de Rosario", afirma Flores, aunque aclara
que la intención es que determinadas ciudades hagan en sus propios
territorios plantas de transferencia. "Por ejemplo, San Lorenzo no
necesita una planta de reciclaje, pero podría hacer una de transferencia
para traerlas a Fighiera y reciclarlas aquí", dice el directivo.
Municipios como Las Rosas y Totoras tambien están en la mira de la
empresa.
Mientras tanto, se están haciendo en
Fighiera y Arroyo seco campañas de concientización para el uso de
contenedores diferenciados. Es que Worms tiene previsto instalar
containers para residuos inorgánicos, orgánicos y tóxicos. También se
hizo una encuesta con 120 casos sobre el problema de la basura en el
pueblo. Y tienen un proyecto especial para las pilas generadores, a los
que encapsularán y pondrán bajo el concreto asfáltico.
Cien operarios, tres turnos.
La planta trabajará las 24 horas, con cien operarios en tres turnos, y
la basura se recolecta con camiones propios. Para esto, Worms hizo en
Fighiera una inversión de 3,5 millones de dólares.
Para ellos, la inversión se justifica.
"Los municipios se sacan de encima un problema serio como es la
disposición de los residuos, mejoran el medio ambiente y compensan el
costo de lo que significa encarar con recursos propios este trabajo.
Nosotros cobramos la basura, aunque en el caso de que el municipio con
el que convenimos reciba residuos de otras zonas, también cobra un
porcentaje. Todos ganamos, porque nosotros después hacemos un
aprovechamiento integral. Y cuando tengamos un buen tonelaje de basura
orgánica vamos a darles de comer a nuestras lombrices", explican.
El contrato con Fighiera es por un
plazo de diez años con opción a diez más. Y mientras tanto, busca
convenios con otros municipios.
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