En tres años se convirtió en
accionista en tres compañías: una dedicada a la producción de bebidas,
otra al alquiler de vehículos y otra a la administración.
Alejandro Paul Vandenbroele, uno de los socios de la ex
imprenta Ciccone Calcográfica, que ganó hace pocos días un contrato por
50 millones de dólares para imprimir billetes de la Casa de la Moneda,
tiene un escaso pasado empresario.
El hombre fue blanco del escándalo esta semana luego de que su esposa,
Laura Muñoz, lo señalara como “testaferro” del vicepresidente Amado
Boudou y lo vinculara al blanqueo de “coimas”.
Lo cierto es que Vandenbroele, un abogado belga de 42 años, no tiene
antecedentes en el negocio de las imprentas y su empresa The Old Fund,
que se quedó con Ciccone Calcográfica, recibió beneficios y
colaboraciones extra del Gobierno para quedarse con la vieja imprenta de
dinero.
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