Sólo en ciertos lugares, como las guardias de los hospitales, siguen siendo de primera necesidad. Pero en general se convirtieron casi en una reliquia urbana al ser desplazados por los celulares.
De la misma manera implacable con la que el CD desplazó a los cassettes y a los discos de vinilo, y las redes sociales mataron a las salas de chat, en los últimos cinco años, los teléfonos públicos dejaron de ser utilizados. La razón fue el crecimiento del uso de celulares. Es que desde 1998, cuando la cantidad de aparatos móviles en Argentina era de 3,5 millones, hasta hoy, el número trepó de manera exorbitante: actualmente, hay 50 millones de celulares en el país. Así, según datos proporcionados por Telefónica de Argentina, en los últimos cinco años se ha reducido el 80 por ciento el uso de estos aparatos públicos, aunque no se han quitado de las calles, hospitales, ni de la terminal de ómnibus –los lugares en los que siguen siendo requeridos de alguna manera. Sin embargo, en general, introducir una moneda en un público, es ya una actividad del pasado, casi tanto como utilizar un walkman o enviar un fax. Inconvenientes En 2008, Telefónica dio la orden de retirar 470 teléfonos públicos. Los motivos que se proporcionaron desde la empresa en aquella oportunidad, no sólo tenían que ver con la escasa utilización de los aparatos, sino también con las dificultades de la reparación. Si bien los aparatos finalmente no fueron quitados, los motivos de aquella decisión siguen siendo los mismos: la desproporción entre el costo de mantenimiento y el uso que se les da. Según se indicó desde la empresa, el principal inconveniente es que los repuestos son caros y no se consiguen en el país. Otro aspecto que provocó que los teléfonos públicos se convirtieran casi en una reliquia urbana fue la falta de monedas en circulación. Hoy, en muchos casos, se prioriza su uso para las máquinas expendedoras de boletos de colectivos, antes que para realizar una llamada. Cuando se decidió el retiro de los teléfonos, que luego quedó en la nada, otro de los aspectos que se tuvo en cuenta fue el índice de vandalismo. Sin embargo, los últimos datos proporcionados por la empresa dan cuenta de que los daños intencionales no superan el 3 por ciento. En cuanto a su utilización, si bien desde Telefónica aseguran que es casi nula, sobre todo por la noche, todavía hay quienes los necesitan. Sucede sobre todo en los hospitales, y más aún cerca de áreas muy sensibles, como los quirófanos o terapia intensiva, donde es más difícil para los familiares moverse para poder hablar, más que nada si se trata de ancianos. Transformación No desaparecieron del todo, pero sí se transformaron. Esto ocurrió con los locutorios, negocios que con el correr del tiempo debieron sumar servicios para no ser condenados a cerrar sus puertas para siempre por la falta de uso de los teléfonos fijos. Hoy mandar un mensaje de texto por el celular es hasta más barato que hacer una llamada. Por estas razones, muchos locutorios de la ciudad y el país se fueron convirtiendo poco a poco en centros de servicios. Esto implicó sumar a las cabinas y computadoras otras funciones, como pago de facturas, correo, kiosco, café y carga virtual de celulares. Otros locales de este rubro decidieron sumar play station y televisores para juegos en red. Lo cierto es que ninguno se quedó apenas con las PC que cada vez se utilizan menos, ya que son más los usuarios que poseen banda ancha en sus casas.
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