Una consultora francesa emitirá a fin de mes un dictamen sobre la factibilidad del plan. El municipio podría convocar en agosto a empresas interesadas en el emprendimiento.
Lento pero seguro, así parece avanzar el proyecto para incorporar una línea de tranvía al sistema de transporte público rosarino. Dos expertos en el desarrollo de este tipo de iniciativas llegaron a la ciudad para analizar en detalle los estudios de factibilidad desarrollados por el municipio, paso previo para poder licitar el proyecto ejecutivo. El dictamen de los profesionales estará listo a fin de mes y, si todo marcha bien, en agosto próximo se podría convocar a las empresas interesadas en desarrollar el plan que permitirá la instalación de vías y máquinas. Omar Migliore es urbanista y Bruno Plumey ingeniero. Ambos trabajan para la consultora francesa especializada en ingeniería de transporte ferroviario Egis Rail, contratada por la Secretaría de Transporte de la Nación para estudiar el recorrido propuesto para el tranvía. Egis Rail explota 1.000 kilómetros de vías tranviarias y 500 de metro en Francia y otros lugares del mundo. Además, Migliore trabajó como consultor en distintas ciudades galas y en Portugal, Australia, Brasil y Canadá. Hace dos semanas, los profesionales recibieron la propuesta elaborada por el Ente del Transporte de Rosario (ETR) para el recorrido de los coches que unirán el norte y el sur de la ciudad. En principio se delineó un trayecto de 20 kilómetros, desde Alberdi y Puccio hasta el parque Urquiza, con unas quince paradas intermedias (ver infografía). Pero el plan contempla también la posibilidad de extender los rieles hasta Granadero Baigorria y Villa Gobernador Gálvez. La inversión para echar a rodar el tranvía correrá por cuenta del gobierno nacional y, sólo para la primera etapa del proyecto, alcanzará los 120 millones de dólares, apenas un tercio de lo que se estima como costo total de la iniciativa. En marcha. Pero todo a su tiempo. "Estamos en una etapa de diagnóstico del plan trazado (por el municipio) y después, si encontramos puntos de conflicto, haremos una propuesta para mejorarlos", explicó Migliore. De este modo, intentarán establecer si el trazado puede ser realizado o existen problemas físicos como la posibilidad de giro, la altura necesaria de las catenarias, el ancho de las dársenas u otros impedimentos. Una vez establecidos el recorrido y las paradas, se sugerirá el tipo de coches y tecnología a emplear. El trabajo ya empezó a mostrar sus frutos: después de recorrer varias veces el trayecto, los profesionales ya propusieron dos cambios del trazado para aprovechar mejor algunos lugares de la ciudad con alta concentración de personas. "Lo primero que nos saltó a los ojos fue la necesidad de aprovechar algunos puntos de intermodalidad, como la terminal de ómnibus, la futura estación de trenes (en el cruce Alberdi, más conocida como Patio Parada) y la ciudad universitaria (Riobamba y Beruti) porque, además de concentrar muchos usuarios del transporte público, tiene una posición estratégica al estar ubicada cerca al acceso sur", comentó Plumey. Más allá de estos detalles, en lo que acuerdan los profesionales franceses con los del ETR es que el tranvía es una excelente alternativa para descongestionar el tránsito. "Un buen sistema, con una buena traza, inserción urbana, frecuencia y velocidad comercial elevada puede reemplazar a 180 autos. Esto es alucinante y, además, genera para la ciudad nuevos espacios libres que pueden ser peatonales o predios verdes, con el plus de que no producen humo ni ruidos y mejoran el confort del viaje y la calidad urbana de la ciudad", sostuvo Migliore. “La masividad del auto puede paralizar la ciudad” Omar Migliore y Bruno Plumey son especialistas en el desarrollo de proyectos de tranvías urbanos, pero además están convencidos de la necesidad de buscar medios de transporte públicos alternativos al auto. “La ciudad tiene un límite de espacio y, si no toman medidas, quedará paralizada”, afirma Migliore, quien remarca: “Estamos obligados a privilegiar el transporte común, sea cual sea el sistema”. Plumey destaca que los tranvías “pueden llevar entre 2.000 y 6.000 personas por hora por sentido, una cifra a la cual sólo se llegaría poniendo muchos buses”, además de apuntar otros beneficios como el escaso ruido, la no emisión de gases contaminantes o el confort. “El auto fue quizás un signo de evolución, de nivel social y de libertad, pero cuando crece tanto su uso se acaba la libertad. No sirve como sistema de transporte para todo el mundo, mucho menos para una ciudad”, concluye. Según datos del ETR, se movilizan diariamente 784.533 personas. El 40 por ciento de los viajes son en vehículos motorizados individuales, el 29% en transporte no motorizado y el resto en el servicio público masivo.
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