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sábado, 21 de mayo de 2016

Cierra de local un semestre de pura alegría "Borombombom, es el equipo de Madelón"

Unión termina un torneo en el cual le ganó los dos clásicos a Colón, pasó de fase en la Copa Argentina y alcanzó un buen piso de puntos que podría mejorar. Se despide mañana a las 18.45 ante Estudiantes.

Foto: Mauricio Garín

 El Litoral
deportes@ellitoral.com

Si finalmente juega el experimentado Diego Villar o sigue Martín Rolle en el once titular ya es, a esta altura, una simple anécdota. Lo que está claro es que Unión quiere ponerle un capítulo final feliz a un libro que le dejó en este semestre pura alegría al corazón de sus hinchas. Es por eso que Leo Madelón dijo varias veces que desea ganarle este domingo a Estudiantes de La Plata para que el romance del equipo con la gente se cierre de la mejor manera. El juego arrancará a las 18.30, tendrá a Jorge Baliño como juez y el Pincha llega persiguiendo un sueño copero.

“No puedo negar que al equipo le dio un envión anímico muy importante al ganarle los dos clásicos a Colón”, reconoció ayer en rueda de prensa el entrenador tatengue. Hace seis partidos que Unión no conoce la derrota en este campeonato que este domingo se termina y que tendrá el receso mucho más prolongado por la Copa América del Centenario en los Estados Unidos.

El partido tendrá demasiadas cosas en juego. Porque así como Unión quiere cerrar de la mejor manera, Estudiantes persigue un sueño que está a la altura de su tradición copera: si gana en Santa Fe, no dependerá de los tucumanos de Atlético para terminar segundo debajo de Lanús y asegurarse un partido de quiebre para jugar la próxima Copa Libertadores de América.

Así como Madelón reconoce que hubo un antes y después de los dos clásicos ante el rival de toda la vida, también es cierto que el equipo se reinventó a partir de algunas interesantes decisiones —algunas por obligación y otras por convicción— del comando técnico:

* 1) La consolidación de Santiago Zurbriggen, lateral por naturaleza, en la cueva de marcadores centrales al lado del paraguayo Rolando García Guerreño.

* 2) La idea de transformar a Lucas Gamba, originalmente punta por derecha, en un carrilero que es capaz de recorrer todo el andarivel, marcar hacia atrás y desequilibrar para adelante.

* 3) La liberación posicional de Mauricio Martínez a partir de su sociedad con Nelson Acevedo: el “5” rojiblanco fue determinante llegando al gol y a posiciones de gol, algo que antes no hacía.

Los nuevos y los viejos

No hay dudas que Unión fue de menor a mayor y el equipo se “encontró” con algunas soluciones impensadas. Porque la no llegada de Emiliano Papa le dio chances a Bruno Pittón y demostró claramente estar a la altura de las circunstancias. Porque la lesión de Claudio Riaño le abrió la puerta a Franco Soldano y el cordobés criado en Sunchales presentó credenciales en el clásico del sur (después se lesionó gravemente).

Las desapariciones de Faccioli y Nagüel, además del bajo nivel del paraguayo Rodríguez, se contraponen con un interesante rendimiento de Nelson Acevedo y las pinceladas zurdas de Martín Rolle a la hora de analizar el acierto/fracaso de las incorporaciones.

Todo parece indicar que Unión este domingo no sólo le dará el adiós a este campeonato exprés de la alegría (los dos clásicos, la Copa Argentina) sino que además está flotando en el aire la sensación de desarme del equipo. Que Mauricio Martínez o Ignacio Malcorra sigan vistiendo la camiseta de Unión después del receso es prácticamente un imposible. Se quiere renovar con Zurbriggen y hay que ver qué pasa con Riaño (se vence el préstamo y ahora debe volver a Independiente).

El entrenador logró moldear, como pudo, un buen equipo sin grandes nombres ni demasiado presupuesto. Le puso su sello de principio a fin en este semestre de la alegría. Es el equipo de Madelón, así de simple.

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