El rector Héctor Floriani quiere "centrar la atención en el desarrollo de una cultura de calidad" y plantea vincular con más fuerzas a las unidades académicas con la sociedad, en particular en lo tecnológico, para valorizar el conocimiento.
Rosario 12 |
La Universidad Nacional de Rosario (UNR) cumple mañana 47 años desde que se desprendió de la Universidad Nacional del Litoral (UNL). En este marco, el rector Héctor Floriani dialogó con Rosario/12 sobre el presente y futuro de una Universidad, que en los últimos años consolidó su oferta académica y la infraestructura necesaria para formar e investigar en sus 12 facultades, las tres escuelas medias, y los 12 institutos de doble dependencia UNR-Conicet. "Debemos hacer algo más para ampliar y aggiornar nuestra oferta formativa, hacer un esfuerzo por trascender los compartimientos de las unidades académicas para vincularlos con la sociedad, en particular la vinculación tecnológica, para la valorización del conocimiento, que logre fertilizar el tejido productivo de la región", señaló Floriani al comentar los objetivos más relevantes de su gestión. Además, el rector se refirió a la relación con el gremio docente, que hace unas semanas eligió a su conducción. También celebró la continuidad de Lino Barañao en el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación (ver aparte).
El nuevo aniversario de la UNR actúa como disparador de una extensa conversación con Floriani, un reconocido urbanista que en el pasado mes de mayo fue consagrado rector por el oficialismo, una alianza entre radicales y kirchneristas que gobierna la universidad desde el 2007 cuando asumió el entonces decano de la Facultad de Humanidades, Darío Maiorana. "Nuestra Universidad tiene dos fechas de nacimiento, un dato que puede sonar extraño, pero hay que subrayarlo. Fuimos primero Universidad Nacional del Litoral, su fundación es la nuestra también. No es cierto que existimos desde el 68, la universidad pública estatal en Rosario se creó en 1919. En el 68 se formaliza el desprendimiento. la independización de la UNL que estaba en la ciudad, deberíamos celebrar las dos fechas", indicó el rector.
-¿Cuáles serán los objetivos de su gestión?
-Pretendo centrar la atención en el desarrollo de una cultura de la calidad en todo lo que hacemos. Está claro que la nuestra es una de las universidades más importantes, tiene una diversidad de temáticas, iniciativas y propuestas impresionantes que son motivo de orgullo, pero tenemos muchísimo margen para mejorar. En relación a la oferta formativa, debemos hacer algo más para ampliarla y aggiornarla. Sería bueno que en este período la comunidad pueda reconocer que hemos avanzado un poco en el desarrollo de nuestra capacidad de escuchar, de relevar qué hace falta en la sociedad en relación a nuestra oferta, y poder dar una respuesta a esa demanda. Estamos demasiados acostumbrados a que las facultades contienen toda la oferta formativa, creo que llegó el momento de animarnos a articular propuestas que tengan en cuenta recorridos parciales en más de una unidad académica.
-¿Podría señalar algún ejemplo?
-Debemos superar esta tradición de imaginar a la universidad como una sumatoria de estos recorridos verticales que no se tocan, vinculados a carreras tradicionales, y animarnos a imaginarnos recorridos transversales que tenga en cuenta quizás algo de Bellas Artes y algo de Arquitectura, proyecto, diseño, arte. Podemos imaginarnos algún recorrido vinculado a las ciencias básicas pero que pueden ser físicas y que están en nuestra Facultad de Ciencias Exactas, pero también naturales, y entonces pueden estar en Bioquímica. También puede haber otras vinculaciones, como el periodismo científico.
-¿Estos recorridos transversales generarían un mayor interés en la sociedad?
-No podría asegurarlo, estoy respondiendo a su pedido de ejemplos. Hay que estar más atentos a lo que demanda la sociedad. Si nosotros relevamos demandas, tengamos el coraje de innovar, haciendo recorridos diferentes que puedan sumar capacidades de distintas unidades académicas sin la necesidad de crear nuevas.
-De todos modos, en los últimos años, la UNR ha tenido un crecimiento que no puede soslayarse.
-Es muy importante, los institutos generados conjuntamente Universidad-Conicet, el número de investigadores, la producción científica, la inversión en infraestructura a partir de una voluntad del Estado de apostar e invertir en esto. Huelga decir que hacemos votos de que este tipo de decisiones hayan adquirido las características de políticas de Estado y que no estén sujetas a los vaivenes de la alternancia, que por otra parte considero saludable en democracia. Además, soy optimista en este sentido. Pienso que hay procesos que responden a una elaboración de la sociedad, sin duda liderada por las acciones de sus representantes, pero si son buenas y están bien ancladas en la realidad, no son sólo obra de los gobernantes. Creo que en el proceso que iniciamos en el 2007 se produjo una inflexión que puso a la UNR en un camino un poco más acelerado de crecimiento, una política que vamos a continuar. Hay que hacer un esfuerzo por mantener lo que construimos.
-¿El cambio de gobierno, más allá de confirmarse la continuidad de Barañao, le genera alguna expectativa?
-Creo en las instituciones de la República y apuesto a un avance en este sentido, como rasgo de un proyecto de convivencia respetuoso de la diversidad. También creo en la alternancia, soy refractario a los planteos mesiánicos con vocación hegemónica en la política. Espero que las buenas cosas que se hicieron en los últimos tiempos podamos asumirlas como logros de la sociedad argentina, y no decisiones de un gobierno. Un incremento en la inversión en el desarrollo científico y tecnológico, en la educación general y en la Universidad en particular, deben asumirse como decisiones mayoritarias y ampliamente consensuadas.
-Hace unas semanas la COAD eligió a su conducción que responde al oficialismo. ¿Cómo está la relación?
-En primer lugar, les hago los augurios de buena gestión. También es cierto que hay una historia de desencuentros en este sentido. Yo soy trabajador docente; como integrante de ese colectivo, no hablo como rector, confieso que rara vez he coincidido con el modo de gestionar la cuestión gremial de la conducción de los últimos períodos. Tengo una visión distinta del modo en que, a mi juicio, debería conducirse una asociación gremial. Como rector, congratulaciones a quienes tienen ahora la responsabilidad, con los que tenemos un trato cordial. Tengo la intención de mantener una relación institucional franca y correcta. Estamos avanzando en la implementación del Convenio Colectivo de Trabajo (CCT), y más allá del debate que generó, ya quedó convertido en norma legal vigente que nos obliga y viene a reparar un cierto desorden del que las Universidades son corresponsables.
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