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domingo, 18 de octubre de 2015

Santa Fe Madres y profesionales santafesinas, cuando dos pasiones se unen

Ante la llegada de la maternidad, son muchas las mujeres que afrontan la decisión de retrasar o de poner en pausa sus carreras para dedicarse a la familia. Historias en primera persona de tres santafesinas que lograron combinar con éxito los dos aspectos.
Diario UNO | 
 En la actualidad, ser madre ya no es sinónimo de retirada o recesión laboral. Con el paso de los años, tanto los estudios médicos como los clichés sociales han ido derribando mitos y poco a poco se despojó el prejuicio que indicaba que las mujeres debían optar entre la maternidad y el trabajo, ya que se consideraba “que era imposible hacer las dos cosas al mismo tiempo”, y se comenzó a dar lugar a la posible combinación de tareas.
En ese contexto, cada vez son más las que se animan a compaginar sus profesiones con el mágico momento de la maternidad y logran hacerlo con éxito. Si bien en general, la mayoría asegura que la tarea no es para nada sencilla y que requiere en varios aspectos de paciencia y esfuerzo, las experiencias demuestran que la realización de ambas puede ser compatible si lo que prima es la pasión y las ganas. 
En el Día de la Madre, Diario UNO dialogó con la periodista Silvina Cian, madre de Camila (4); la cantante Luciana Tourné, mamá de Magdalena (9) y Gina (1); y la pesista Malvina Verón, madre de Agustín (5), quienes se prestaron a contar en primera persona cómo coordinan sus profesiones con la maternidad, y lo que significó para ellas tomar la decisión de afrontar los dos roles al mismo tiempo.
Las tres profesionales relatan cómo fueron sus primeros pasos junto a sus hijos, el rol que le dieron sus colegas y familiares, la importancia del apoyo de sus parejas y lo privilegiadas que se sienten al tener profesiones que les permiten disfrutar su trabajo y sus retoños al mismo tiempo. Tres historias diferentes que reúnen muchas similitudes, tres ejemplos que pueden servir para hacer reflexionar a quienes ya transitan esos caminos, lo proyectan, o lo ven como algo muy lejano.
“La maternidad me tomó por sorpresa, pero fue lo más lindo que me pasó en la vida”. Con esas palabras, la pesista santotomesina Malvina Soledad Verón (26) –quien logró en 2009 la medalla de bronce en el Mundial Juvenil realizado en Rumania, levantando 77 kilos de arranque, 97 de envío y un total de 174– le contó a Diario UNO cómo logra llevar adelante sus dos anhelos: tener una carrera deportiva exitosa y formar una familia.
“Cuando me enteré que esperaba un bebé recién había llegado del Mundial, y si bien no era lo que esperaba en ese momento, por lo que significaba como deportista, lo disfruté desde un inicio y lo viví como una pausa para mi carrera, aunque al principio me generó miedos respecto de lo que implicaba el haber entrenado cuando no sabía de la noticia”, relató la joven, quien detalló que el pequeño Agustín nació en buen estado de salud el 5 de marzo de 2010.
“Esas vacaciones largas me sirvieron para pensar en qué iba a hacer con mi carrera una vez que naciera, además de ver cómo proyectaría los nuevos ingresos que demanda un niño. Por suerte las cosas se fueron dando y a poco de que el nene cumpliera un mes de vida ya estaba entrenando de nuevo con seguimiento progresivo, porque había subido 18 kilos y me costaba mucho al principio. Por eso comencé con caminata y después le sumé agilidad hasta que pude incorporar nuevamente las pesas”, relató la especialista en halterofilia y completó: “No fue fácil volver a las competencias tampoco, ni a lograr mi marca personal, pero una vez que logré acomodarme en mis tiempos y también en los del nene, que más de una vez fue a entrenar conmigo, alcancé mi meta”.
Por otro lado, la deportista comentó que más allá de haberse encontrado muchas veces sin apoyo, producto de algunas decisiones políticas a nivel nacional, hoy a cinco años de vivir su pasión en conjunto con la maternidad, sigue proyectando su futuro.
“Yo trato siempre de combinar mis horarios para que Agustín disfrute también de su niñez. Si bien es cierto que va con nosotros a todos lados (habla en plural porque su marido y papá del nene es Alejandro Acosta, su entrenador), y en repetidas ocasiones nos dice que está cansado y quiere irse, yo intento después dedicarme a él y hacer cosas que nos gusten a ambos”, comentó Verón y agregó: “Igualmente estoy segura de que cuando él sea grande lo va a entender y lo verá de otra manera”.
Por otro lado, en referencia a lo que implica ser mujer y madre y dedicarse al levantamiento olímpico de pesas, la santotomesina aseguró: “Para todas las deportistas es difícil combinar la maternidad, pero si uno se organiza se puede lograr transitar los dos caminos”.

Luciana Tourné comenzó a forjar su carrera profesional como cantante de tango a los 13 años, la cual siempre fue en ascenso, aun en las oportunidades en que transitó por los embarazos de sus dos hijas: Magdalena (9) y Gina (1). “Durante ambos embarazos seguí proyectando shows. Con la primera me fui hasta el Festival de Tango de La Falda con una panza de ocho meses; y con Gina durante el mismo tiempo de gestación me tocó participar del homenaje que se le hizo a Piazzola con la Jazz Ensamble”, dijo la cantante, que también es actriz, y aseguró que lo pudo hacer porque aprendió a manejar la respiración, punto clave para una artista de su talla.
Y siguió: “Si bien el embarazo es un momento mágico para cualquier mujer desde donde se lo mire, yo creo que lo disfruté el doble porque en forma paralela al transitar todas esas hermosas emociones viví y crecí en mi carrera, con todo lo que ello implica”.
En esa línea, consultada respecto de cómo se maneja con los tiempos de ensayos, teniendo en cuenta que su familia en general vive en Reconquista, de donde es oriunda, y no puede ayudarla a diario en el cuidado de las niñas, la joven artista comentó que trata de coordinar con su marido y padre de las niñas, Esteban Tesolín. 
“Sin su apoyo nada sería igual. De hecho creo que sigo teniendo hijos y ojalá pueda tener más, por cómo nos llevamos tanto para dividirnos las tareas como para determinar qué hacer en cada momento. Cuando nació Magdalena yo era muy chica, estaba en pleno trabajo y no tenía tampoco mucho dinero para contratar una niñera, por tanto ella venía conmigo a todos lados, lo que significó algo muy positivo para las dos en cuanto al vínculo que forjamos y las ganas suyas de seguir acompañándome siempre que puede”.
En ese sentido, y al hacer mención a su niña más pequeña, Luciana comentó que también la lleva a ciertos lugares, y que de hecho hay oportunidades en las que ambas niñas opinan de lo que ella hace. “Me ha pasado de estar haciendo arreglos vocales y que me digan lo que les parece, o hasta se sumen cantando también”.
Para finalizar, la cantante plasmó también su opinión respecto de los prejuicios sociales que aún persisten, y en ese sentido dijo: “Entiendo que aún pesa socialmente la cuestión de los roles que tiene que tener una mujer y lo que corresponde al hombre; de hecho conozco a muchas mujeres que sufren esa recarga de obligaciones que quizás no las deja transitar bien sus profesiones. En mi caso personal, no tuve esa presión porque tengo un buen compañero y eso es muy significativo para mí. Creo que es ese sostén el que me ayuda a disfrutar mucho más de mis hijas y a estar agradecida a la vida por ello”.

A la reconocida periodista de Canal 13, Radio Nacional y conductora del Quini 6, Silvina Cian, la maternidad le llegó a dos meses de cumplir los 40 años, más precisamente el 15 de marzo de 2011 cuando dio a luz a Camila Belén Anselmino.
El camino de adaptación no fue para nada fácil para Silvina, con una agenda muy apretada de compromisos laborales, una casa y esposo para dividir su tiempo. Pero la misión no fue imposible y resulta, según sus propias palabras, “muy placentera y enriquecedora”.
 “Todos los días siento que aprendo un poco más a ser mamá, y a los desafíos me los pone la nena y también me los impongo yo misma”, relató la comunicadora social y siguió: “Más de una vez me planteé dejar algo de trabajo para dedicarme más a ella, pero después me di cuenta de que es la calidad del tiempo que uno le da lo que en verdad es importante, y no las horas en sí”.
En ese contexto, Silvina contó que cuando Camila era bebé hizo algo que quizás es muy criticado en las escuelas de psicología, pero que para ella significaba recuperar el tiempo perdido: dormían juntas.
“Decidí ponerla a dormir en el medio de la cama, con el afán de que sintiera mi protección y calorcito; y si bien fue complicado sacarla cuando fue más grande, no me arrepiento porque siento que sirvió para lograr el vínculo que hoy tenemos”, dijo, al tiempo que comentó que siempre le explicó a su hija que ella trabajaba y en la actualidad intenta compensar sus horas de ausencia con llamadas telefónicas, mensajes o emoticones por whatsapp o Facebook.
“En general cuento con mi mamá para que la cuide, y un tiempo también me ayudó mi cuñada y una chica”, contó la profesional y siguió: “Igualmente, cada vez que puedo la llevo conmigo a mis actividades y la verdad que es una compañera increíble, que sabe muy bien todos los códigos y los disfruta como un juego. Para ir al Quini me pone siempre de condición que la pinte porque le encanta, y allá mira el sorteo desde la platea como una espectadora más; y en la radio sabe que cuando se prende la lucecita roja no puede hablar porque estamos al aire. Es decir que en ambos lugares siento que disfruta lo que hace y lo que yo hago también, está acostumbrada a eso y a mí me encanta que así sea”.
Por otro lado, al igual que las otras dos entrevistadas, Silvina destacó en su rol el apoyo fundamental que tiene de parte de su marido e hizo mención al hecho de que la maternidad ya no es un compartimento estanco, sino que ha superado todos los prejuicios sociales. 
“Como cualquier pareja donde los dos trabajan, con mi marido nos organizamos para dividir las tareas que tienen relación con ella y también con la casa, por supuesto. Obviamente que a veces pensamos en lo lindo que sería poner el pie en el freno y decir: «vivamos en la campiña», pero sabemos que hay que adaptarse a los ritmos que hoy se viven e intentamos disfrutarlo de la mejor manera”, aseguró Silvina y concluyó: “Creo que en la vida lo más difícil es lograr un equilibrio entre lo que te gusta hacer y ser madre, pero creo que las dos cosas son importantes y hay que intentar compensar esa balanza para no ser una mujer frustrada en lo vocacional o en la maternidad. Por eso, por más que es difícil y uno siente muchas veces que está al borde del colapso, es bueno ver que se puede hacer lo que a una le gusta y después llegar a casa y compartir con tu hija el resto del día”.

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