Si bien falta que el DT Lucas Bernardi lo confirme, pero todo parece indicar que de nuevo por el Parque habrá dos delanteros de área juntos: Lucas Boyé e Ignacio Scocco.
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El fútbol se recicla. Sus postulados tácticos, obviamente, también. Muchos habían augurado la desaparición de los wines, por ejemplo, allá por los 90 y de golpe están reapareciendo. Se habla poco de los carrileros ahora, término tan de moda desde que Bilardo se adjudica haberlos puestos de moda allá por el Mundial 90. Y hasta la verdad del doble 5 tambalea, cuando se había instalado con fuerza en el balompié local de fin de siglo y principios de este. Y cuando ya se había también establecido que adelante había que jugar con un externo, el nuevo término, y un centro, la polémica se hizo muy viva en la selección argentina: ¿debían jugar Batistuta y Crespo juntos? Sí, el doble 9 también fue materia de análisis de todo tipo y esa posibilidad táctica, que de los 80 para atrás no tiene casi registros porque el 9 era "el" 9, se fue reciclando en distintos momentos y vuelve a llegar a Newell\'s. Falta, claro, para que Lucas Bernardi lo confirme, pero todo parece indicar que de nuevo por el Parque habrá dos delanteros de área juntos: Lucas Boyé e Ignacio Scocco.
Todo un desafío. Toda una gran oportunidad de que la puedan consolidar, porque hace mucho tiempo que en Newell\'s no está instalada esa posibilidad táctica. De hecho, desde Martino para acá, excepto por el período de Américo Gallego, siempre se jugó con un solo 9 y dos extremos, que por lo general en sus carreras perfilaron siempre como volantes ofensivos.
Habrá que ver entonces, de confirmarlo, cómo los para Bernardi porque uno de los dos puede ir por las bandas, aunque más que jugar por ahí ambos se caracterizan por buscarla afuera del área, pivotear e ir a buscarla adentro. Boyé parece más dispuesto al choque en el mano a mano, a pelearla de alto. Scocco busca más el espacio para maniobrar, pero ambos están para la puntada final en los dominios de los arqueros rivales.
Por eso mismo supone un desafío para el técnico saber explotarlos. Es común, cuando juegan dos 9, que sean los únicos faros en ofensiva de los equipos, no que haya otro que los acompañe. Por eso habrá que ver cuál sería la propuesta que propondrá Bernardi y si Maxi Rodríguez será ese tercero en discordia o bien bajará unos metros en el mediocampo.
Scocco volvió recién contra Nueva Chicago (entró un par de minutos antes, frente a Huracán), y defeccionó como todo el equipo pero al menos le sirvió para entrar en ritmo de nuevo tras la lesión muscular que lo dejó afuera desde Defensa y Justicia para acá. Antes de eso, había levantado su producción. Y no coincidó aún en cancha con Boyé, porque ante el Globo lo echaron y por eso se ausentó en Mataderos.
A Nacho no le fue muy bien cuando compartió ataque con otro de características similares, pero el valor de esa estadística también es relativo como todo dato numérico. Desde su regreso al Parque, en las pocas ocasiones (ver aparte) que le tocó jugar con otro 9, al equipo no le fue bien y no convirtió goles. Pero antes, cuando formó dupla con Iván Borghello, pese a no marcar tampoco, sí tuvieron peso juntos y Newell\'s se consagró en el 2004.
Precisamente, ese es otro dato que valoriza la experiencia cuando al doble 9 se le dio continuidad. Además de esa dupla Scocco-Borghello, también se destacaron (ver "Duplas que hicieron ruido") la de los paraguayos Santiago Salcedo y Oscar Cardozo y la anterior de los últimos 20 años en el Parque, la que formaron Sebastián Cobelli y Germán Real, surgida de abajo como la primera. ¿Se viene la etapa Scoccó-Boyé?
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