Resultados. Cuál es el trayecto para que se conozca al ganador / Foto: José Busiemi - Uno Santa Fe
Cuando el reloj marque las 18 este domingo, se habrá terminado el acto eleccionario y comienza el recuento de votos para conocer al ganador. Se realizan tres escrutinios: el de Mesa (también conocido como provisorio), el Recuento Provisional de Resultados (RPR) de Mesa; y el Definitivo. Vale recordar que en estas elecciones hay boletas preimpresas, lo que erróneamente se llama “boleta sábana” y el votante elige una opción determinada que en general conlleva arrastre, aunque se llevan a cabo campañas relacionadas con el corte, muy pocas veces esto sucede.
Diario UNO dialogó con el abogado especializado en Derecho Constitucional, Domingo Rondina quien dio detalles de los distintos recuentos de votos. En el escrutinio de mesa lo primero que se hace es verificar la cantidad de votantes, según el padrón electoral, y después se abre la urna. La potestad en ese momento es solamente del presidente, auxiliado por el/los suplente/es, con vigilancia de los fiscales acreditados.
Previo a su apertura se constata que no esté adulterada la caja que contiene los votos. Luego se procede a abrir, se extraen todos los sobres y se contarán con el fin de confrontar este número con el de los sufragantes. Se examinan todos los sobres, separando los que estén en forma legal y los que correspondan a votos impugnados. “Si todo coincide se empieza a abrir sobre por sobre y el único que puede tocar es el presidente pero a la vista de los demás. Se anota en el pizarrón cada categoría, qué opción tiene ese sobre y así con todos. Es un trabajo bastante tedioso, no es tan complejo como es con la boleta única –sistema que posee Santa Fe–, pero sí agotador y se debe hacer con mucha prolijidad”, dijo Rondina.
Según establece el Código Nacional Electoral, si hay una diferencia de más o menos cinco entre la cantidad de sobres que salen con la cantidad de electores que sufragaron puede derivar en la impugnación de la mesa o ser anulada posteriormente. “Con estas cuestiones graves se labran actas y en definitiva queda sujeto a la decisión que tome la Junta Electoral”, agregó el profesional.
Una vez terminado el recuento, se controla y transcriben los datos del pizarrón al acta. “Luego se mete un acta en la urna, junto con todos los votos utilizados, se cierra de nuevo, se faja y nuevamente se pone en una bolsa. Se hace una copia del acta que va por fuera de la urna. Además de esas dos actas el presidente completa el telegrama que manda por el Correo Argentino; y firma las copias de las actas que hacen los fiscales como resguardo para más tarde enviar a su apoderado nacional”, detalló más adelante. De esta manera, el trabajador del Correo se lleva la urna y el telegrama al Centro de Cómputos –si está cerca– sino usa otro mecanismo para transferir la información.
Mesa por mesa y telegramas
Cuando llegan los telegramas, comienza el Recuento Provisional de Resultados (RPR). “No es un escrutinio, sino lo que hacen ahí es levantar todos los telegramas que vienen de las mesas y van tirando una tendencia que puede ser errónea, parcial, pero solo una tendencia, no tiene valor electoral. Ese RPR fue el que nos trajo tantos problemas en Santa Fe. Es el que yo llamo también escrutinio web”, explicó Rondina y siguiendo esta línea aclaró: “Solo se suben los telegramas, pero a veces fueron mal confeccionados o salió borroso o cargan una mesa sí y otra no porque no llegó o cualquier otro motivo, es decir que el RPR puede estar equivocado. Es por eso que no hay que jugarse si la diferencia es muy poca”.
Luego viene el escrutinio definitivo que comienza al otro día cuando empiezan a llegar todas las urnas del país a la Junta Electoral Nacional. Allí la constatación de actas que labró el presidente de mesa con la de los fiscales puede durar varios días. “Esta elección por sus características tiene dos posibilidades. Una es que el primera obtenga más del 45% en la categoría de Presidente y ya ganó en primera vuelta; o si obtiene más del 40% y 10 puntos porcentuales de diferencia con el segundo. Si las diferencias son escasas este domingo a la noche no hay que apresurarse porque el escrutinio web no es oficial, no decide, no determina”, agregó Rondina. Es por eso que el constitucionalista aconsejó “tener prudencia, mantener la calma porque la tranquilidad posterior al acto eleccionario es trascendente a los efectos de la paz social”.
Lo que establece el Código
“En el escrutinio definitivo solo se abren las urnas donde hay diferencias”, dijo el abogado y como ejemplo contó: “Viene el fiscal de mesa del partido azul y dice que según su fiscal que estaba en esa mesa, salió 100 a 50. La autoridad electoral mira que el presidente de mesa mandó un acta que dice 100 a 50. Entonces estamos todos de acuerdo y esa urna no se abre, porque no hay objeciones ni nada que discutir”.
Luego continúo: “El problema surge cuando el acta que mandó el fiscal no coincide con el que el presidente de mesa labró. Este dijo 100 a 50 pero el otro no vio ese número sino 100 a 80, entonces ahí corresponde abrir la urna de esa mesa”.
En referencia a cuándo se debe abrir una urna, Rondina contó que existen algunos criterios que establece el Código Nacional Electoral y que se deben tener en cuenta. “En principio la diferencia tiene que ser de más o menos cinco para abrirse. Hay otro caso más que permitiría abrir urnas que es cuando hay evidente alteración de los instrumentos materiales por ejemplo la urna esta rota, está abierta, las fajas violentadas, entre otras. Es decir que por más que a todos les coincidan las actas si hay una evidencia de este tipo, para evitar sospechas de esa mesa, se puede abrir esa urna”.
Una vez terminado el recuento, se controla y transcriben los datos del pizarrón al acta. “Luego se mete un acta en la urna, junto con todos los votos utilizados, se cierra de nuevo, se faja y nuevamente se pone en una bolsa. Se hace una copia del acta que va por fuera de la urna. Además de esas dos actas el presidente completa el telegrama que manda por el Correo Argentino; y firma las copias de las actas que hacen los fiscales como resguardo para más tarde enviar a su apoderado nacional”, detalló más adelante. De esta manera, el trabajador del Correo se lleva la urna y el telegrama al Centro de Cómputos –si está cerca– sino usa otro mecanismo para transferir la información.
Mesa por mesa y telegramas
Cuando llegan los telegramas, comienza el Recuento Provisional de Resultados (RPR). “No es un escrutinio, sino lo que hacen ahí es levantar todos los telegramas que vienen de las mesas y van tirando una tendencia que puede ser errónea, parcial, pero solo una tendencia, no tiene valor electoral. Ese RPR fue el que nos trajo tantos problemas en Santa Fe. Es el que yo llamo también escrutinio web”, explicó Rondina y siguiendo esta línea aclaró: “Solo se suben los telegramas, pero a veces fueron mal confeccionados o salió borroso o cargan una mesa sí y otra no porque no llegó o cualquier otro motivo, es decir que el RPR puede estar equivocado. Es por eso que no hay que jugarse si la diferencia es muy poca”.
Luego viene el escrutinio definitivo que comienza al otro día cuando empiezan a llegar todas las urnas del país a la Junta Electoral Nacional. Allí la constatación de actas que labró el presidente de mesa con la de los fiscales puede durar varios días. “Esta elección por sus características tiene dos posibilidades. Una es que el primera obtenga más del 45% en la categoría de Presidente y ya ganó en primera vuelta; o si obtiene más del 40% y 10 puntos porcentuales de diferencia con el segundo. Si las diferencias son escasas este domingo a la noche no hay que apresurarse porque el escrutinio web no es oficial, no decide, no determina”, agregó Rondina. Es por eso que el constitucionalista aconsejó “tener prudencia, mantener la calma porque la tranquilidad posterior al acto eleccionario es trascendente a los efectos de la paz social”.
Lo que establece el Código
“En el escrutinio definitivo solo se abren las urnas donde hay diferencias”, dijo el abogado y como ejemplo contó: “Viene el fiscal de mesa del partido azul y dice que según su fiscal que estaba en esa mesa, salió 100 a 50. La autoridad electoral mira que el presidente de mesa mandó un acta que dice 100 a 50. Entonces estamos todos de acuerdo y esa urna no se abre, porque no hay objeciones ni nada que discutir”.
Luego continúo: “El problema surge cuando el acta que mandó el fiscal no coincide con el que el presidente de mesa labró. Este dijo 100 a 50 pero el otro no vio ese número sino 100 a 80, entonces ahí corresponde abrir la urna de esa mesa”.
En referencia a cuándo se debe abrir una urna, Rondina contó que existen algunos criterios que establece el Código Nacional Electoral y que se deben tener en cuenta. “En principio la diferencia tiene que ser de más o menos cinco para abrirse. Hay otro caso más que permitiría abrir urnas que es cuando hay evidente alteración de los instrumentos materiales por ejemplo la urna esta rota, está abierta, las fajas violentadas, entre otras. Es decir que por más que a todos les coincidan las actas si hay una evidencia de este tipo, para evitar sospechas de esa mesa, se puede abrir esa urna”.
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