Los goles del Sabalero fueron convertidos por Pablo Vegetti y Cristian Llama (2), uno de penal en el primer tiempo. Caneo descontó para los del Viaducto en el segundo tiempo. A dos fechas del final del campeonato Colón le saca cinco puntos a Chicago en la tabla del promedio.
Diario UNO |
En la previa los goles que Nueva Chicago le marcaba a Newell’s eran como puñaladas que se asestaban en el cuerpo malherido de los hinchas sabaleros que escuchaban y observaban atónitos la goleada conseguida por el elenco de Mataderos. Los futbolistas cuando arribaron al estadio Brigadier López ya estaban enterados de la situación, que los obligaba como nunca a sumar una victoria.
El gran interrogante que se presentaba era determinar el modo en que el Sabalero saldría a jugar el partido, ya que la diferencia con Chicago en ese momento era de apenas dos puntos. Incluso, con el agravante de que el conjunto rojinegro hacía ocho encuentros que no ganaba su casa.
Dudas que se multiplicaban con el correr de los minutos esperando el inicio del juego, que a esa altura revestía carácter de superfinal, aún por encima de lo que habían sido los dos Clásicos. No existía margen de error para el elenco conducido por Darío Franco y los jugadores lo sabían perfectamente.
Cualquier resultado que no fuera un triunfo desataría una crisis futbolística que no tendría manera de mensurar, habida cuenta que iban a faltar dos partidos para el final del torneo y la brecha de puntos se achicaba de manera considerable.
Pero todos aquellos interrogantes se despejaron de manera abrupta cuando a los 7 minutos Pablo Vegetti, con olfato de goleador, fue a buscar un balón dentro del área que había cabeceado Cristian Llama para poner el pie derecho y anticipar a los defensores y al arquero de Arsenal. El 1-0 actuó como un bálsamo para el conjunto local, ya que a partir de ese momento comenzó otro partido.
Fortificado por el tanto tempranero, Colón manejó la pelota en la zona media, los extremos se mostraron muy participativos y en consecuencia el Sabalero manejaba el trámite de juego, evidenciando una clara superioridad sobre su rival. Si el primer gol fue determinante para ganar en confianza, el segundo fue clave para comenzar a definir el pleito. En esta ocasión Pablo Vegetti conectó de cabeza un centro de Mauricio Sperduti, pero el balón encontró la mano de Gastón Esmerado, que cambió su rol de volante defensivo para convertirse en arquero. El árbitro rafaelino Silvio Trucco cerca de la acción marcó la pena máxima.
Se jugaban 13’ y Llama con una precisa ejecución definió al lado del caño derecho de Esteban Andrada, quien se estiró pero no alcanzó a tocar el balón. En casi un cuarto de hora, Colón resolvía un partido que asomaba complejo, más por las limitaciones y los nervios del equipo local, que por lo que significaba el rival.
Pese a la ventaja Arsenal no se adelantaba en la cancha y la posesión de la pelota seguía siendo propiedad del Sabalero que casi sin despeinarse acumulaba méritos para ampliar el resultado. Y llegó el tercero cuando se jugaban 24’. En esta ocasión combinaron Sperduti con Llama y cuando el balón parecía que sería neutralizado por Esmerado, de manera inexplicable Llama lo anticipó, le ganó en velocidad y ante la débil salida de Andrada estableció el 3-0.
Partido liquidado, pese a que faltaba una eternidad para el final, ya que Colón demostraba ser muy superior, parecía un boxeador que golpeaba a voluntad y Arsenal se defendía con la guardia baja sin alzar las manos. Vegetti tuvo la chance de marcar el cuarto tras superar a un defensor pero su remate encontró la humanidad de Andrada.
El segundo tiempo prácticamente estuvo demás, si no fuera por el descuento que consiguió Miguel Caneo cuando se jugaban 28’ , con una buena definición cruzada que venció la resistencia de Jorge Broun. Ese gol generó cierta zozobra en los hinchas y también en el equipo que en los últimos 15’ sufrió más de la cuenta.
Más por errores propios que por virtudes del rival, que en ese entonces apostaba a alguna pelota quieta con la buena altura que tienen sus futbolistas. Franco movió el banco, metió a Leys para darle mayor contención a la zona media e incluso antes del tanto de Caneo estuvo más cerca de convertir el cuarto que Arsenal de anotar el primero.
Pero falló de manera inexplicable Ruiz tras un pase de Llama, y luego nuevamente el ex-Arsenal asistió a Vegetti pero el delantero cabeceó por arriba del travesaño en una posición inmejorable. Sperduti, a la carrera, remató y el balón encontró las manos de Andrada.
El pitazo final de Trucco desató el festejo de los hinchas, que hacía casi seis meses que no podían festejar una victoria. La última había sido el 21 de abril cuando se impuso a Atlético de Rafaela por 2-1 con gol de Lucas Alario. Encima, en este semestre apenas había marcado un gol como local y en 24’ había convertido tres.
Si bien es cierto que aún no se puede festejar por anticipado, la realidad indica que el Sabalero sigue llevando una ventaja apreciable cuando restan dos partidos y que obviamente depende de sí mismo. Ganando un partido de los dos que faltan sellará su permanencia en Primera División.
Dio un paso enorme en ese sentido y en un momento muy caliente puso el pecho y sacó adelante una situación compleja que podía complicársele. Disimuló ausencias importantes como las de Germán Conti y Gerónimo Poblete y con un mediocampo por demás de ofensivo sacó provecho.
Ahora deberá viajar a Mendoza para jugar ante Godoy Cruz, sabiendo que un triunfo automáticamente lo alejará del descenso y sino deberá esperar a la última fecha cuando reciba a Gimnasia. La historia de Colón marca que este club está acostumbrado a sufrir hasta el final, por eso todos suplican que esta sea la excepción.
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