Se llama Las Reinas, lo fundaron en los 90 y hoy juegan un torneo en el parque Irigoyen porque les usurparon el sitio donde practicaban. Quieren recuperar unas canchitas en el sudoeste.
La Capital |
El nombre surgió casi por descarte. Querían ser "Las Leonas", pero como el seleccionado nacional de hockey les ganó de mano se pusieron "Las Reinas". Lo que sí tenían claro estas mujeres, todas de barrio La Boca (zona sudoeste), era el trabajo que tenían por delante: jugar al fútbol por jugar y emprender un proyecto de inclusión social por necesidad. Así, a mediados de los 90, fundaron el primer club de fútbol femenino del país y ahora la segunda generación de jugadoras redobla la apuesta. Quieren recuperar una de las últimas canchitas que todavía sobreviven en el sudoeste rosarino, prolífica cuna de jugadores.
El corazón del equipo son unas 15 chicas, la más pequeña de 12, Macarena, y la más grande de 30, Liliana. Todas muy guapas que, además de practicar tres veces por semana, estudian, trabajan, militan y, algunas, también tienen hijos. Las reinas madres del club, primera generación de jugadoras, son Ana María (51 años) mamá de Belén (24); Liliana (40) mamá de Verónica (17) y Paola (31) mamá de Brenda (15), que no sólo legaron a sus hijas la pasión futbolera sino el lugar en la cancha. Aunque "ellas tienen más manejo de la pelota y más piernas", destacan con orgullo las veteranas.
Pero Las Reinas no son sólo un equipo de fútbol femenino. Son el primer y, hasta hace poco, único club de fútbol femenino del país. En el 95, las chicas empezaron a hacer sus primeras asambleas, eligieron autoridades y redactaron el estatuto de la entidad, que sólo puede tener presidentas, vices y tesoreras mujeres.
Hasta hace dos años, el club tenía además su cancha, con césped, arcos y vestuarios en un predio cercano a Avellaneda al 4200. La toma de terrenos que en enero de 2012 llevó a ese sector del distrito sudoeste a la tapa de los diarios, hirió también fatalmente a la sede social. "Nosotros íbamos siempre caminando a entrenar allá y se empezó a poner áspero, tuvimos algunos inconvenientes", cuenta Belén y el final es conocido: varias familias armaron sus casillas en el potrero.
Con apoyo. Este año, Las Reinas fueron uno de los grupos juveniles favorecidos por la convocatoria del Ministerio de Cultura y el gabinete joven de la provincia (ver aparte). Recibirán unos 13 mil pesos con los que podrán comprar remeras, buzos y pelotas, pero por sobre todo avanzar con el proyecto de recuperar su cancha de fútbol.
"No es fácil, porque en el barrio casi ya no quedan terrenos libres", advierte Ana María, parada sobre un descampado de poco más de un cuarto de manzana de Gaboto y Lima, que bien podría llamarse el último refugio futbolero de barrio La Boca.
Es martes y el sol pega fuerte, las chicas estiran las piernas antes de empezar a jugar. Por las calles cada tanto pasa un auto o alguna motito, es la hora en que las madres van a buscar a los chicos a la escuela. Una camioneta de Gendarmería cumple su ronda a pocas cuadras. Las mujeres dicen que desde la llegada de "los verdes", el barrio "está más tranquilo".
La canchita de Gaboto y Lima tuvo en algún tiempo los colores verde y blanco del club Avellaneda Oeste.
"Funcionaba bien, estaba cerrada con luces y banquitos, pero quedó abandonada desde hace más de diez años", cuenta Belén. Ahora quedaron apenas dos arcos y un alambrado inconcluso que Las Reinas quieren recuperar para el barrio.
Todas juegan. Ni bien una pelota empieza a rodar en la cancha para la producción fotográfica de esta nota, decenas de mocosos le salen alegremente al encuentro.
Entre los varones el buen desempeño en el fútbol suele ser una promesa de prosperidad económica, para las mujeres el envión pasa más por pertenecer a un grupo, por sumar actividades fuera de la rutina hogareña.
"Acá lo importante es jugar, que las chicas participen, que estén incluidas, que no estén en la calle. Hay chicas con problemas, se separan de sus novios, se arreglan. Acá nos acompañamos, tratamos de que vuelvan a la escuela. Por eso somos Las Reinas, porque somos lindas por dentro", remata con una carcajada Ana María.
Ser parte de un equipo es también un espacio de contención y una oportunidad de destacarse. Por eso, las chicas quieren jugar como Messi o como Agüero, "no hay referentes mujeres", dicen. Y los torneos pueden ser incluso más ásperos que los de sus pares varones.
"En los torneos de pibes no ves tanta fuerza, estas chicas están locas, se golpean, se traban, pelean mucho más la pelota", advierten los hinchas masculinos.
Las Reinas juegan todos los domingos en el predio del parque Irigoyen.
Del torneo participan ocho equipos con nombres como Las Africanas, NN, Las Canarias o Amistad. Y, según dicen, no hay un clásico; sino que todos los partidos que las tienen como protagonistas, son un clásico.
Un programa que "las banca"
El programa "Ingenia Bancamos tus ideas" es un fondo provincial para el desarrollo de iniciativas juveniles mediante la financiación de proyectos socioculturales. Este año se presentaron 575 proyectos de 134 localidades, de las cuales fueron seleccionadas 329 iniciativas de 114 rincones del territorio provincial. Cada grupo recibió un monto de hasta 13.000 pesos para poder llevar adelante su iniciativa. El grupo Las Reinas fue uno de los seleccionados.
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