La periodista colombiana que escribió una de las investigaciones más reconocidas sobre el narcotráfico, Martha Soto, llegó a Rosario para hablar del tema. Dijo que el perfil es similar al cartel de Cali. “Deben preguntarse si sus fronteras están blindadas para soportar la embestida narco”, aconsejó Soto.
La Capital |
La periodista colombiana que escribió una de las investigaciones más reconocidas sobre el narcotráfico llegó a Rosario para hablar del tema. Contó y compartió experiencias y trazó una filiación inquietante: "En esto nosotros somos sus hermanos mayores, me hubiera gustado que fuera en el fútbol, pero es en el narcotráfico", explicó Martha Soto al abrir la conferencia que dio en la Universidad Nacional de Rosario. Su último libro, "Los caballos de la cocaína", una foto de la mafia y el poder, se agotó en su país y a pesar de que en los pliegues de su charla se intuye que sobran datos, se mostró muy cauta al evaluar a Rosario y la Argentina frente a estos delitos.
"Les puedo acercar lo que está pasando en Colombia, los aciertos y los errores, para que ustedes comparen con lo que sucede acá antes de que sea tarde", aclaró desde el principio en una actitud que no se cansó de calificar como "respetuosa". Prevención aparte, Soto dejó en claro que el mapa del narcodelito cambió desde los años 80, cuando Colombia fue capaz de generar tres perfiles del negocio de la "plata fácil y sin preguntas".
Así, enumeró el cartel de Medellín y su ferocidad con asesinatos de congresistas, políticos, jueces y periodistas; el refinado de Cali permeando a la sociedad como nadie con el cinismo de la corrupción y la versión recombinada de "lo peor de ambos, el narcoparamilitarismo". En ese devenir de tres décadas Colombia se abismó en muerte y terror. Como un terremoto malsano, en los últimos años ese epicentro mutó a México para extenderse a Estados Unidos, Europa y buscar "países víctimas" como Argentina, Venezuela, Ecuador, Perú y Bolivia, en los que se conjugan un par de condiciones que potencian el narconegocio: grandes niveles de consumo, posibilidad de lavar activos o funcionar como tránsito o peaje para direccionar grandes cargamentos de droga.
Frente a esto, Soto es contundente. "El narcomapa se reacomodó, los mecanismos para combatirlos quedaron obsoletos y ahora hay que repensar como enfrentarlos". Claro que esta hoja de ruta tiene tanto de complejo como de desafío: el último bastión es la sociedad decidida y con la guardia alta.
Aunque modificado, el narcomapa da señales. "En Colombia a los búnkers se les llama ollas y el mismo día en que acá llegaron los gendarmes, allá el gobierno tomaba la decisión de destruirlos y coincidieron en mover cargamentos de cocaína líquida", narró.
La duda que quema. "En Argentina preguntan si se están colombianizando, y les digo que es lo mejor que les puede pasar, porque es la forma consciente de hacerle frente", señaló Soto. Y explicó que el narcotráfico humilló tanto a Colombia que por reacción la convirtió en un laboratorio para enfrentarlo, con sus bombas atemorizantes y sus ejecuciones.
"Pero la sociedad colombiana dijo basta, comenzó la lucha contra el lavado de activos y las extradiciones de los narcos, entre otras medidas", contó la periodista y dijo que también participó el sector sano de la policía, "el que no fue contaminado". E insistió en legar esa experiencia para los rosarinos: "Ojalá la colombianización llegue para ustedes a esos términos, porque significará que le están haciendo frente y que las grandes estructuras mafiosas comienzan a desmontarse".
¿A qué perfil narco se enfrenta Argentina? Según Soto, al del cartel de Cali, que compra voluntades y sella labios a cal y canto y no queda área de la sociedad sin infiltrar con la corrupción. Claro que este escenario no llegó del azar. En lo que enumeró como "llamativas coincidencias", la investigadora repasó la historia fresca cuando el cimbronazo que la propia sociedad le dio a Colombia produjo la diáspora mafiosa.
"Muchos narcos eligieron Argentina cuando tuvieron que sacar a sus familiares de Colombia, o compraban propiedades y hasta se denunció que fue sede de una cumbre mafiosa en el 2008", argumentó Soto y recordó que "acá capturaron a personajes famosos como Mi Sangre, mataron pistoleros y hubo operativos gigantescos".
Una vez desestimada la casualidad, para Soto queda la pregunta clave: ¿Por qué se pudo llegar a plasmar esta matriz mafiosa? "Respetuosamente, deben preguntarse si el Estado es suficientemente fuerte, si sus fronteras, puertos y la economía están blindadas para aguantar la embestida", recomendó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario