La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, calificó ayer como un fracaso el "Día Internacional de Luchas contra el Mundial" porque no lograron convocar a un gran número de participantes, sí hubo actos de vandalismo en San Pablo, aún más en Recife por la huelga de la Policía Militar, que se levantó la noche del jueves. Los actos de protesta de anteayer se produjeron en 17 de los 26 Estados de Brasil, y el diario paulista tituló que en esa ciudad, "con un apoyo reducido, el acto anticopa tuvo hechos de vandalismo. Los manifestantes depredaron negocios y bancos".
Por otra parte, el Ejército aún patrulla las principales avenidas de Recife, ciudad del nordeste donde se jugarán seis partidos, tras la ola de crímenes que provocó la huelga policial concluida el jueves. La Policía Civil informó que en las últimas 24 horas, al menos 234 personas fueron detenidas por delitos de robos, hurtos, tenencia ilegal de armas de fuego o asalto de propiedad privada.
Caos
Miles de autos quedaron bloqueados por activistas del Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST) que interrumpieron vías de comunicación importantes de San Pablo el jueves. A su vez, integrantes de agrupaciones de izquierda y el grupo Black Bloc atacaron bancos, comercios y ómnibus en la Avenida Paulista, centro de esa ciudad, causando caos en el tránsito, mientras en Río de Janeiro los inconformes chocaron con la policía en los alrededores de la estación Central do Brasil. Río de Janeiro también estuvo conmocionada esta semana por una huelga de transportes que afectó a millones de pasajeros.
No obstante, Rousseff aseguró que no cree que se repitan durante el Mundial de Fútbol las protestas multitudinarias que sacudieron el país en junio pasado, durante la Copa Confederaciones. La jefa de Estado aseveró que la policía y —si fuera necesario— las Fuerzas Armadas estarán preparadas para evitar actos de vandalismo y problemas para las delegaciones extranjeras que vendrán al país para el Mundial y que "no serán importunadas".
No hay comentarios:
Publicar un comentario