El Sumo Pontífice encabezó el rito religioso en la Plaza de San Pedro. Hubo alrededor de 800.000 personas. La presencia del papa emérito Benedicto XVI convirtió a la ceremonia en "el día de los cuatro Papas".
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En el llamado "domingo de los cuatro papas",Juan Pablo II y Juan XXIII fueron proclamados santos en una ceremonia multitudinaria en la Plaza de San Pedro del Vaticano. Los oficios estuvieron encabezados por el papa Francisco. En las primeras filas, el pontífice emérito Benedicto XVI fue también parte de la celebración.
Centenares de personas durmieron toda la noche en los aledaños del Vaticano hasta que a las 05.30 hora italiana (12.30 de Argentina) se abrieron los accesos y en grupos fueron acompañados a la Plaza San Pedro por alguno de los 23.000 voluntarios que hay en el lugar.
La Via de la Conciliazione, la avenida que une Roma con la ciudad del Vaticano, estaba repleta de peregrinos llegados desde todas las partes del mundo desde primeras horas de la madrugada. Incluso, muchos durmieron en algún sitio cerca de la Santa Sede.
Para esta canonización histórica están en San Pedro delegaciones de 92 países, con 24 jefes de Estado y Gobierno y 23 ministros, entre ellos los reyes de España y de Bélgica, además de los presidentes de Paraguay, Honduras, El Salvador, Ecuador, Albania, Croacia, y Polonia, entre otros.
La organización logística a cargo de la Obra Romana de Peregrinaciones (ORP) del vicariato de Roma informó de que se esperaban entre 500.000 y 800.000 personas, pero podrían llegar hasta un millón.
Ante la imposibilidad de que todos los fieles puedan entrar en la plaza de San Pedro hay 17 pantallas gigantes distribuidas por toda Via de la Conciliazione y en otros puntos de Roma como plaza Farnese, Plaza Navona y los Foros imperiales.
La misa fue oficiada por el papa Francisco y concelebrada por entre 130 y 150 cardenales llegados de todo el mundo para esta ocasión, así como 1.000 obispos y 870 sacerdotes se encargaron de dar la comunión.
Los más cercanos al Papa serán el cardenal vicario de Roma, Agostino Vallini, el cardenal polaco e histórico secretario de Juan Pablo II, Stanislao Dziwisz, y el obispo de Bergamo, Francesco Beschi, procedente de la ciudad natal de Juan XXIII. Pero también estuvo presente Benedicto XVI, que ocupó un puesto con el resto de cardenales en el sector izquierdo.
La ceremonia comenzó con el rezo de la Coronilla de la Misericordia a las 9 hora italiana (4 de Argentina), ya que este domingo se celebra la Divina Misericordia, fiesta de la Iglesia católica que proclamó el papa Juan Pablo II.
Después se rezó la Letanía de los Santos y a las 10 hora italiana (5 de Argentina), Francisco dio inicio a la misa.
La parte más importante y esperada de la ceremonia fue el rito de la canonización, cuando el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Amato, presentó a Francisco "las tres peticiones" para ambos papas: primero con "gran fuerza", después con "mayor fuerza" y, por último, con "grandísima fuerza".
A continuación, el Papa pronunció la fórmula: "En honor de la Santísima Trinidad, por la exaltación de la fe católica y el incremento de la vida cristiana, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo y de los santos apóstoles Pedro y Pablo, después de haber reflexionado largamente e invocado la ayuda divina y escuchando el parecer de muchos de nuestros hermanos obispos, declaramos santos a Juan XXIII y a Juan Pablo II".
Finalmente, Francisco pidió que los papas sean inscritos en el libro de los Santos.
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