El medio español titula “El narcotráfico asfixia Rosario” y explica cómo ha hundido a la ciudad en un espiral de violencia sin precedentes. Además, cuestiona seriamente tanto al gobierno provincial como al nacional.
/El Litoral |
Ello sumado a las escuchas telefónicas conocidas durante esta semana en donde el sargento de policía Germán Almirón, detenido por facilitar la fuga de un integrante de Los Monos junto con otro preso estudiaban la opción de matar al juez Vienna y al fiscal Guillermo Camporini mediante un sicario apodado “Anteojito”.
—Lo único que te pido es que me consigas dónde vive. Dónde vive, nada más. Y el auto que tiene, que después yo me encargo.
—¿De salchicha?
—Sí.
“Salchicha” es el juez Juan Carlos Vienna, quien investiga a la banda de Los Monos.
En otro tramo de la conversación el policía afirma:
—Nunca pasó en la historia de Santa Fe que mataran a un fiscal o a un juez. Hasta que no pase todo va a seguir igual. Los dueños del poder son los jueces y los fiscales porque nunca les pasó nada.
El artículo explica: “Argentina en general y Rosario en particular están viviendo en los últimos años demasiadas situaciones relacionadas con el narcotráfico que parecían exclusivas de México o Colombia. El diario rosarino La Capital, estrechamente ligado al poder provincial del socialismo, fue baleado hace meses durante la madrugada. El periódico silenció el suceso y algunos de sus empleados no se enteraron hasta esta semana, aunque aún puede apreciarse el impacto de una bala en la puerta de hierro y otros en la fachada. También han sido rociadas con balas de ametralladora las tiendas concesionarias de autos de lujo. Los soldaditos de un búnker comentan que algunos concesionarios les deben dinero a Los Monos. En enero murió una niña de cinco años que jugaba en la calle cuando se produjo un tiroteo entre bandas, esta semana enterraron a una joven de 15 a la que también alcanzó una bala perdida... Cada mañana trae una sorpresa que cada vez sorprende menos”.
Cuestionamiento
Acerca del papel del gobierno frente a la situación rosarina, si bien reconocen que se trata de un problema complejo, el diario sentencia: “Mientras los narcos ofrecen a los niños la fuerza del grupo, el arma y el estatus, el Estado cada vez parece más lejano” y explica cómo se han abandonado las políticas sociales en los barrios mientras los narcos les ofrecen una identidad a los chicos.
“El País” también afirma: “Cuesta pensar que hace dos años en esta ciudad murieron 183 personas de forma violenta. Es difícil creer que el año pasado se cometieron 264 asesinatos y que la tasa de homicidio ya es de 22 muertos por cada 100.000 habitantes, la más alta de Argentina, cuatro veces mayor que la media del país”.
A la hora de hacer balances, el artículo manifiesta que si bien no todo está perdido aún para la Argentina en su lucha contra el narcotráfico, sí hace falta una política más contundente a la hora de enfrentar a este flagelo: “La buena noticia es que en Argentina la penetración del narcotráfico en las estructuras del Estado solo parece incipiente. Aún no ha llegado, por ejemplo, la práctica del secuestro exprés, común en México o Venezuela. La banda de Los Monos no llega a ser ni una caricatura del cártel mexicano de Sinaloa o el de Medellín. La mala es que el narcotráfico se sigue usando como arma arrojadiza electoral y no se vislumbra ninguna política de Estado por parte del Gobierno de Cristina Fernández. Y tampoco desde la oposición”.
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