El municipio adquirió desfibriladores externos que distribuirá en distintos espacios públicos con afluencia masiva de personas. Además, pondrán en marcha un programa de capacitación, para lo cual se adquirió un aparato de entrenamiento.
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Con la instalación de desfibriladores externos en edificios públicos, San Lorenzo busca dar un primer paso para convertirse en una ciudad cardioprotegida. Así lo expresó el intendente Leonardo Raimundo, quien esta semana presentó los aparatos automáticos que permitirán realizar maniobras de reanimación cardiopulmonar.
La incoporación de estos dispositivos se inscribe en el programa municipal de lucha contra la muerte súbita. La idea contempla la creación de un centro de capacitación comunitaria para reanimaciones cardiopulmonares y la distribución de desfibriladores externos automáticos en el Palacio Municipal, el Polideportivo, el Centro de Atención al Turista, el Centro Cultural, el Centro de Integración Comunitaria de Barrio Mitre y la Secretaría de Desarrollo Social.
Según explicaron las autoridades, el uso de los aparatos es sencillo, ya que tan sólo cuentan con dos botones: uno que orienta al rescatador a lo largo de todo el procedimiento y otro para activar la descarga eléctrica. Además, los desfibriladores son inteligentes, ya que a partir de la detección del ritmo cardíaco indican a la persona que está brindando la asistencia cuáles son los pasos a seguir, disminuyendo a cero la posibilidad de una descarga indeseada.
Aunque el uso de los dispositivos es didáctico y no reviste mayores dificultades, el Municipio llevará a cabo una campaña de capacitación, que arranca febrero con el personal de salud municipal y se extenderá luego a los empleados de los edificios públicos:
Con este fin, el municipio adquirió un aparato de entrenamiento y cinco maniquíes que, de acuerdo a lo expresado por el presidente del Concejo Municipal, Gustavo Oggero, recrean con fidelidad la situación de rescate.
Efecto multiplicador. "En una segunda instancia, la idea es abrirlo a la comunidad utilizando como vehículo a las asociaciones intermedias", explicó a La Capital Gustavo Oggero, autor del proyecto.
El concejal recordó que el proyecto original pretendía que los desfibriladores no fueran sólo provistos a edificios municipales, sino a todo espacio de concurrencia masiva y a los establecimientos educativos. Sin embargo, no se puedo consensuar su implementación, que se topó con cierta resistencia del sector privado, pero sobre todo con trabas administrativas de la cartera educativa. "Para que no se demorara, decidimos darle forma con los edificios públicos", contó a este diario, aunque confía que una vez implementado, el sistema tenga "un efecto multiplicador" en otros sectores.
Por su parte, el secretario de Salud del municipio, Héctor Roberto Ríos, destacó el aporte vital que efectuará la ejecución del programa: "El Municipio, la Secretaría de Salud, el intendente y el presidente del Concejo están muy contentos con este logro, porque gracias a estos pequeños equipos y al correcto entrenamiento podremos salvar vidas".
Finalmente, Raimundo subrayó el carácter excepcional de la iniciativa emprendida por el Municipio: "Estamos incorporando equipos de última generación avalados por las instituciones mundiales que regulan la prestación de salud. En una experiencia inédita en la provincia de Santa Fe", afirmó, aunque en Rosario existe desde hace tres años una ordenanza que la convierte en ciudad cardioprotegida, cuya implementación, cuestionan, es lenta.
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