CAPTURA DE VIDEO.
Dennis Horne, de Auckland, piloteaba la avioneta que había partido desde Ardmore con destino a Whangarei, con un pasajero a bordo. Pero algo salió mal.
En medio del vuelo, el motor del Jabiru, una aeronave de seis cilindros y 120 caballos de fuerza, dejó de funcionar. En una verdadera proeza técnica, el piloto logró hacer un exitoso aterrizaje de emergencia una playa de la Bahía Martins, al norte de Nueva Zelanda.
Al revisar la avioneta, Horne notó que el problema era que le faltaba combustible a una de las dos alas. Entonces, transfirió el sobrante de una a la otra.
Luego, tras cerciorarse de que todo lo demás estuviera en condiciones, se dispuso a despegar para retomar su viaje.
Pero aunque parezca increíble, el mismo piloto que con gran destreza había logrado aterrizar sin si quiera rasguñarla, no pudo hacer lo más fácil, volver a ponerla en el aire.
Según declaró a la prensa local, sin darse cuenta, al carretear por la arena la avioneta empezó a girar hacia la izquierda, introduciéndose en el mar. Allí fue cuando el efecto de las olas sobre las ruedas desestabilizó la nave y la hizo estrellarse de punta contra el agua.
Entonces sí, el daño ya no se pudo evitar, y distintas partes quedaron severamente averiadas. Un camión tuvo que ir a buscarla para remolcarla hasta un taller.
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