Familiares, amigos y miembros de organizaciones sociales marcharon este jueves a la noche a Tribunales, donde este año serán juzgados los acusados de la masacre de tres militantes sociales de Villa Moreno. Se cumplieron dos años del brutal asesinato de Jere, Patom y Mono. Fue una de las marchas más emotivas que organizaron.
Rosario 12 |
Calle Moreno, desde Presidente Quintana hasta Pellegrini, se convirtió anoche en la calzada de las luces, del fuego y el reclamo de justicia por Jere, Mono y Patom. A lo largo de casi dos cuadras, y tras 25 de caminata y cánticos, los familiares, amigos y miembros de organizaciones sociales llegaron a los Tribunales provinciales, donde este 2014 serán juzgados los acusados de la masacre de tres militantes sociales de villa Moreno, y los imputados como encubridores de uniforme azul. Es que a dos años del triple crimen que conmovió a la ciudad el 1° de enero de 2012, cientos de personas cercanas a las víctimas encabezaron una marcha de velas y antorchas, con el cielo despejado, pese a la lluvia que durante más de la mitad de la jornada trajo alivio en pleno enero, al agobiante calor que arrastró diciembre. Los fuegos artificiales cerraron el acto en las escalinatas de lo que llamaron "el palacio de la injusticia", al grito de "Jere, Mono, Patom, presentes, ahora y siempre".
La marcha fue una de las más emotivas de las más de 24 que se realizaron en los dos años de lucha, donde las lágrimas trasladaron una vez más el sentimiento de tristeza y dolor, pero la motivación por la lucha que se viene en lo que llamaron "el año del juicio" fue lo que más se destacó en el acto. En el contraste, las banderas y camionetas del Rally Dakar que se instaló en Rosario causaron malestar en los manifestantes.
"Esta es una noche de luz", gritó Eduardo Trasante, padre de Jeremías, de 17 años, asesinado junto a sus amigos de 19 y 21, en la canchita del Club Oroño. "Esta es una Rosario oscura, pero hoy hay luz y lo logramos nosotros", continuó su discurso el pastor, que mencionó pasajes bíblicos. "Y tu crees que por tu malobrar vas a quedar sin castigo?", dijo, y mencionó al principal acusado del hecho, Sergio "Quemado" Rodríguez.
Antes, Pedro "Pitu" Salinas agradeció a los compañeros del Movimiento 26 de Junio, y a las organizaciones que acompañaron: Giros, el Movimiento Evita, el PTS y ATE, levantaron sus banderas durante la larga caminata. También recordó que el triple crimen fue un punto de inflexión en la ciudad y se esperanzó con que también lo sea el proceso y el resultado del "anhelado juicio" para los acusados de los homicidios y para los policías imputados por encubrimiento. "Que logremos los resultados que venimos persiguiendo hace 24 meses", reclamó. Y le dio la palabra a los padres de los pibes asesinados, a quienes calificó como "los tres pilares de esta lucha".
Lita Gómez, la mamá de Claudio Suárez, apretó en su pecho el cartel con la N de "Mono" --como le decían al joven-- que llevó en sus manos a lo largo de 25 cuadras. "Ya no me cabe el corazón en el pecho de tanto orgullo, y en estos dos años hemos venido con lluvia, con viento y hemos luchado en la calle y en barrio. Muchas veces me quise quedar en mi casa porque no tuve fuerzas, pero tengo una familia y compañeros que me ayudaron para que me levante y salga a la calle, para pelear porque esto no le pase a nadie más. Voy a seguir saliendo y luchando, porque este dolor no tiene comparación con nada".
Ignacio, el papá de Adrián Rodríguez --le dicen Killer-- es un hombre de pocas palabras, aunque sus ojos expresan mucho. "Estoy muy agradecido a todos los que nos acompañaron en estos dos años, y les quiero pedir que lo sigan haciendo hasta que llegue el momento del juicio. Gracias a todos los que nos dieron fuerzas para andar por la calle".
Trasante recordó a su hijo y a su esposa fallecida a mediados de 2013. Dijo que la muerte de Jere "afectó tanto la vida" de su mujer que "su salud se fue apagando". "Cómo comenzar este nuevo año? Esta señal que estamos trayendo a la ciudad habla de algo que va a marcar un cambio, una luz". Y continuó: "Nuestros hijos no eran soldaditos de nadie --tal el nombre del libro publicado en 2013-- y derramaron su sangre injustamente; pero si vale la pena la sangre de nuestros hijos para que cambie la realidad de Rosario, que viva la sangre y la memoria de nuestros hijos".
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