El centro de monitoreo realiza un control las 24 horas. Si se activa la alarma de una escuela, avisan al 911 y a los directivos escolares. Las escuelas están conformes con su funcionamiento.
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Alrededor de 50 instituciones educativas de la ciudad (40 escuelas y 10 jardines municipales) conectaron sus alarmas al Sistema de Monitoreo Municipal, que controla la posible intrusión de esos edificios escolares durante las 24 horas. Además de las rejas y custodios policiales que protegen algunas escuelas de barrios periféricos, las alarmas son una herramienta fundamental para desalentar el delito.
El Centro de Monitoreo de la Municipalidad de Santa Fe fue creado en 2009 y funciona en el Palacio Municipal con nueva tecnología para prevenir el delito. “Comenzamos con las cámaras de videovigilancia de la peatonal, luego se colocaron las del corredor que va hasta la estación de ómnibus, y desde el año pasado, se están incorporando al monitoreo las alarmas de escuelas primarias y secundaria, más los jardines municipales”, explicó Adriana Molina, secretaria de Gobierno de la ciudad.
La funcionaria señaló que en algunos casos, las escuelas ya tenían alarmas instaladas por lo que se amplió su alcance dentro del edificio y se colocaron los sensores. En otros establecimientos, se gestionó y financió a través del Fondo de Asistencia Educativa (FAE) la adquisición de todo el sistema de alarma completo. Las necesidades van llegando al FAE o bien a la Secretaría de Educación municipal que está en vinculación permanente con las escuelas a través de sus programas educativos.
“Una de las ventajas del monitoreo es que la directora de la escuela evita tener toda la responsabilidad cuando se dispara una alarma. Antes, al sonar en sus domicilios particulares, tenían que cortar sus actividades para ir a ver qué pasó en la escuela ubicada en la otra punta de la ciudad. En cambio, con este sistema, una vez que se activa la alarma, el personal del Centro de Monitoreo -que es gente especializada- se contacta directamente con las fuerzas policiales del 911”, explicó Molina.
Los sensores de movimiento colocados en el interior de los establecimientos se distribuyen estratégicamente en las áreas críticas -la dirección escolar, el comedor o la sala de computación- donde las instituciones guardan objetos de valor como computadoras, proyectores, mercadería.
Mayor seguridad
Algunas instituciones consultadas por El Litoral, destacaron que desde que funciona el sistema de alarmas interconectado, se redujeron los robos y actos de vandalismo en sus establecimientos.
“Desde que tenemos la alarma nos olvidamos de los robos”, aseguró Ruth Cudde, directora de la escuela Mateo Booz, ubicada en la Vuelta del Paraguayo (Alto Verde). “Antes eran constantes los delitos. Nos robaron de todo, entraban como si nada y al otro día nos dábamos cuenta de que nos faltaba el DVD, por ejemplo. Desde que pusimos la alarma y las rejas, se solucionó todo”, aseguró.
En enero de 2012 se logró impedir un robo a la escuela Nº 76, Camila Cáceres de Ballarini, ubicada en Hipólito Vieytes 5345. En esa ocasión, el sistema detectó movimientos en diferentes espacios del edificio escolar y permitió dar aviso a tiempo al personal de la Seccional 10º, que detuvo a tres menores que habían ingresado. “Realmente en forma continua suena la alarma y, al mismo momento, llegamos los directores junto con la policía”, dijo María Laura Ruiz Díaz, directora de la Ballarini.
La misma apreciación hizo Luz Marina Quaranta, directora de la escuela Colón. “Funciona bien la alarma, es una gran seguridad y nos deja más tranquilos en cuanto a que los bienes de la escuela se encuentran resguardados”, señaló.
Por su parte, desde la escuela Ravera, del barrio San Agustín, dijeron que “la alarma funciona muy bien. Años atrás había muchos inconvenientes con la seguridad pero este último tiempo, la situación cambió radicalmente”, indicó la vicedirectora Adela Bonnet.
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