Bajo el título "Argentina 200 años atrás", un equipo de docentes de la UNR lleva adelante un programa que apunta a "producir instancias concretas de democratización del conocimiento histórico" y estimular el trabajo de investigación académica.
Docentes e investigadores de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), pertenecientes a la carrera de Historia de la Facultad de Humanidades y Artes, crearon un espacio para promover la investigación, la transferencia y la divulgación científica de temas referidos a la historia argentina del siglo XIX. Acercar la historia a un público no especializado y ofrecerle otra mirada a los acontecimientos históricos importantes en la vida del país son parte fundamental de este programa. Desde el 2010, diversos medios de comunicación e instituciones convocaron a los especialistas del proyecto para ofrecer al público otras miradas sobre efemérides. "La historia producida en los centros universitarios y de investigación luego del advenimiento de la democracia en los años 80 en nuestro país cumple un papel fundamental y se han venido haciendo diferentes esfuerzos para contribuir al debate abierto sobre el pasado llegando al público en general", señaló Ignacio Martínez, uno de los coordinadores del proyecto.
Bajo el título Argentina 200 años atrás, el equipo de docentes e investigadores, que dirige Elsa Caula y coordinan además de Martínez, Marcela Ternavasio y Alejandro Eujanián, propone estimular el trabajo de investigación académica logrando su articulación con actividades de extensión universitaria. Otra premisa del grupo es proporcionar instrumentos para pensar los acontecimientos históricos. El equipo de trabajo, integrado por alumnos, docentes e investigadores de las Cátedras Historia Argentina I y Corrientes Historiográficas Argentinas y Americanas, a la par de su formación académica, trabajan en la difusión de sus investigaciones y brindan aportes actualizados de la historiografía.
Sus investigaciones y debates se relacionan con temas de historia política, eclesiástica y económico?social desde el período colonial hasta avanzada la segunda mitad del siglo XIX. "Recuperando tanto la etapa de transición de la colonia a las independencias hispanoamericanas y sobrepasando el tradicional corte de sanción constitucional, estos estudios se proponen dar cuenta de las continuidades y rupturas del proceso histórico analizado, como asimismo de los conflictos suscitados por la implementación de reformas de fines del siglo XVIII, por el desenlace de la revolución de comienzos del XIX y por la posterior construcción del Estado nacional argentino", precisó Martínez.
El objetivo del programa apunta a "producir instancias concretas de democratización del conocimiento histórico, poniendo al alcance de la comunidad análisis y explicaciones que combinen el rigor académico más actualizado con la claridad que exige un público no especialista y herramientas para pensar históricamente". En ese sentido, Martínez agregó que el desafío es "llevar la academia a la gente", y destacó que el interés por la divulgación es propio de los historiadores pero "se incrementó fundamentalmente con los festejos de los bicentenarios, en un contexto de renovado interés por la historia en el conjunto de la comunidad".
De acuerdo a los fundamentos de su espacio, los especialistas estiman que en la actualidad, existe un boom editorial de la ensayística, la novela histórica y una divulgación vehiculizada en diversos formatos gráficos y televisivos. No obstante, según los investigadores "el material que vemos reactualiza con frecuencia imágenes simplificadoras y dicotómicas de la historia nacional reescribiendo crónicas protagonizadas por `héroes\' o `villanos\' y reinstalando viejos supuestos historiográficos que han sido revisados y problematizados por la investigación académica".
Martínez puso como ejemplo el 25 de mayo de 1810. "El relato que aprendemos desde la escuela afirma que en ese momento nació la patria. A partir de allí, todos los que hacen historia con esa certeza, comienzan a identificar quiénes defendieron o no a la patria. Entonces nos preguntamos, ¿a qué patria se están refiriendo?, ¿qué entendían por patria en 1810?".
El investigador apuntó a que "la revolución no fue para todos necesariamente antimonárquica e independentista, y que las identidades que movilizaban a la lucha no eran la identidad argentina que conocemos hoy. Ese tipo de conclusiones, si lo pensamos bien, lejos de desmerecer a la revolución, la hacen más revolucionaria, porque sus protagonistas no tenían un camino concreto que recorrer: no había una nación que independizar, ni un pueblo que libertar. Había tantas naciones y pueblos posibles como los que pudieran y quisieran crear. Y esa reflexión, traída al presente, es potencialmente más liberadora que la búsqueda de héroes y culpables en el pasado, que tanto se parecen a los de la actualidad".
Martínez planteó finalmente que las intervenciones que realizan "no sólo significan dar a conocer a la ciudadanía nuestro `oficio\'; es decir, cómo se hace historia, informar sobre los procesos históricos, sino que además intentamos desnaturalizar realidades, narraciones y desmontar interpretaciones canónicas".
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