Tanto la joven como su grupo de familia aseguran que recibieron atención adecuada sólo en los primeros momentos.
Dos veces víctima.
Así puede describirse la situación por la que atraviesa Natalia Belén Arcini, la joven que fue víctima de un artefacto explosivo colocado en barrio Liceo Norte.
Tanto Natalia como todo su grupo de familia sienten que su caso sólo recibió atención en los primeros momentos. “Pasado eso, aparecieron funcionarios del ministerio de Seguridad que nos faltaron el respeto y nos llenaron de mentiras. La realidad es que estamos desprotegidos y desamparados”, dijeron.
Fue algo espantoso
Respecto de lo ocurrido Natalia recordó que “el martes yo me levanté a la mañana y me disponía a preparar unos mates. Como todos los días fui a sacar la basura cuando veo que a un costado de la puerta de mi casa había una bolsa. Fue automático, yo toqué la bolsa y me explotó en la cara.
“Alcancé a entrar a mi casa y enseguida comencé a gritar y a pedir ayuda porque me sangraba el ojo, me dolía todo, y me daba cuenta que estaba con quemaduras también. Mi desesperación era porque no veía nada. No vi ni siquiera cómo había quedado mi casa.
“Después cuando llegué a la tarde vi que mi casa estaba destrozada. Se me rompieron muebles, vidrios, se levantó el contrapiso de arriba, se desarmó el bajomesada, rompió los caños y se inundó todo. Fue algo terrible y espantoso”.
Desamparada
Más adelante Natalia se refirió a los cuidados recibidos. “Mientras duró la emergencia yo fue atendida correctamente. Pero en las horas subsiguientes lo que siguió fue una película de terror. Aquí hubo abandono de personas”, sentenció.
“Ayer a la mañana fui a pedir una curación y me dijeron que vaya el martes de la semana que viene. Lo único que me dijeron es que si me dolía la cabeza me tome un calmante. No me dieron ni un medicamento siquiera. Yo tengo la suerte que mi suegra es enfermera, entonces como tiene conocimiento del tema me compra las cremas, las gasas, en fin, lo que se necesita.
“Los únicos que se hicieron presentes de manera efectiva fueron una psicóloga y una asistente social que pertenecen al Nodo.
“Pero después nadie me da nada, nadie me ayuda en nada. Yo quedé desprotegida y desamparada”.
Espantosamente abandonada
María Alejandra Nuñez es la madre de Nicolás (el novio de Natalia).
A su turno la mujer brindó su opinión sobre lo ocurrido.
“A esta chica sólo le brindaron los primeros auxilios. Hasta el momento no hubo evaluación neurológica. Tampoco tuvo atención de un otorrinolaringólogo, que es la zona más afectada. Ella comenzó a manifestar falta de equilibrio y sordera, en distintos momentos del día.
“Esta chica fue espantosamente abandonada en todo sentido. Primero porque no hubo seguridad. Lo que ella sufrió fue un acto delictivo. Y luego porque el Estado la desprotegió y sigue sin protegerla.
“El martes a la tarde, a las 16.30 se presentó en mi casa un señor que dijo ser el secretario del ministro de Seguridad. Un tal Angel, a quien le dicen ‘Chiche’ o ‘Chicho’. No exhibió credencial ni acreditación alguna. Cuando yo le digo ‘mire señor, yo no sé quién es usted’, me contestó:
‘usted no puede decirme eso. A mí me manda el ministro. Yo tengo que ver cómo está Natalia’.
“Prometió todo, de todo y no cumplió con nada. Se comportó de manera arrogante y nos faltó el respeto a todos, a mí, a Natalia y a mi hijo a quien le dio a entender como que quería sacarse el problema de encima.
“Tampoco nos dan garantías en cuanto a su tratamiento y su recuperación. Nos dijeron ‘ustedes tiene un dispensario cerca. Llévenla allí así se evitan el problema de los traslados...
“Sabemos que si Natalia fuera la hija de un juez, o de un funcionario pesado, estaría recibiendo la atención médica de excelencia que se merece.
“Entonces seguimos siendo víctimas”, culminó.
Así puede describirse la situación por la que atraviesa Natalia Belén Arcini, la joven que fue víctima de un artefacto explosivo colocado en barrio Liceo Norte.
Tanto Natalia como todo su grupo de familia sienten que su caso sólo recibió atención en los primeros momentos. “Pasado eso, aparecieron funcionarios del ministerio de Seguridad que nos faltaron el respeto y nos llenaron de mentiras. La realidad es que estamos desprotegidos y desamparados”, dijeron.
Fue algo espantoso
Respecto de lo ocurrido Natalia recordó que “el martes yo me levanté a la mañana y me disponía a preparar unos mates. Como todos los días fui a sacar la basura cuando veo que a un costado de la puerta de mi casa había una bolsa. Fue automático, yo toqué la bolsa y me explotó en la cara.
“Alcancé a entrar a mi casa y enseguida comencé a gritar y a pedir ayuda porque me sangraba el ojo, me dolía todo, y me daba cuenta que estaba con quemaduras también. Mi desesperación era porque no veía nada. No vi ni siquiera cómo había quedado mi casa.
“Después cuando llegué a la tarde vi que mi casa estaba destrozada. Se me rompieron muebles, vidrios, se levantó el contrapiso de arriba, se desarmó el bajomesada, rompió los caños y se inundó todo. Fue algo terrible y espantoso”.
Desamparada
Más adelante Natalia se refirió a los cuidados recibidos. “Mientras duró la emergencia yo fue atendida correctamente. Pero en las horas subsiguientes lo que siguió fue una película de terror. Aquí hubo abandono de personas”, sentenció.
“Ayer a la mañana fui a pedir una curación y me dijeron que vaya el martes de la semana que viene. Lo único que me dijeron es que si me dolía la cabeza me tome un calmante. No me dieron ni un medicamento siquiera. Yo tengo la suerte que mi suegra es enfermera, entonces como tiene conocimiento del tema me compra las cremas, las gasas, en fin, lo que se necesita.
“Los únicos que se hicieron presentes de manera efectiva fueron una psicóloga y una asistente social que pertenecen al Nodo.
“Pero después nadie me da nada, nadie me ayuda en nada. Yo quedé desprotegida y desamparada”.
Espantosamente abandonada
María Alejandra Nuñez es la madre de Nicolás (el novio de Natalia).
A su turno la mujer brindó su opinión sobre lo ocurrido.
“A esta chica sólo le brindaron los primeros auxilios. Hasta el momento no hubo evaluación neurológica. Tampoco tuvo atención de un otorrinolaringólogo, que es la zona más afectada. Ella comenzó a manifestar falta de equilibrio y sordera, en distintos momentos del día.
“Esta chica fue espantosamente abandonada en todo sentido. Primero porque no hubo seguridad. Lo que ella sufrió fue un acto delictivo. Y luego porque el Estado la desprotegió y sigue sin protegerla.
“El martes a la tarde, a las 16.30 se presentó en mi casa un señor que dijo ser el secretario del ministro de Seguridad. Un tal Angel, a quien le dicen ‘Chiche’ o ‘Chicho’. No exhibió credencial ni acreditación alguna. Cuando yo le digo ‘mire señor, yo no sé quién es usted’, me contestó:
‘usted no puede decirme eso. A mí me manda el ministro. Yo tengo que ver cómo está Natalia’.
“Prometió todo, de todo y no cumplió con nada. Se comportó de manera arrogante y nos faltó el respeto a todos, a mí, a Natalia y a mi hijo a quien le dio a entender como que quería sacarse el problema de encima.
“Tampoco nos dan garantías en cuanto a su tratamiento y su recuperación. Nos dijeron ‘ustedes tiene un dispensario cerca. Llévenla allí así se evitan el problema de los traslados...
“Sabemos que si Natalia fuera la hija de un juez, o de un funcionario pesado, estaría recibiendo la atención médica de excelencia que se merece.
“Entonces seguimos siendo víctimas”, culminó.
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