Control de precios “on line”, beneficios para las cadenas comerciales que mantengan precios congelados y castigo a las firmas que pongan avisos en medios no alineados.
El secretario de Comercio Interior de la Nación sugirió ayer a cámaras y representantes de la industria alimentaria, que el gobierno pondría en marcha en un par de meses, una tarjeta de crédito para concentrar el mercado de ventas en supermercados, que podría extenderse a cadenas de electrodomésticos.
La tarjeta sería emitida por el Banco Nación y sería operativa con carácter condicionante -sino excluyente- de manera que los comercios que la adopten no “deberían” operar con otros plásticos.
La idea del funcionario es reducir las comisiones que se cobran tanto a grandes cadenas como a supermercados chinos por el uso de tarjetas. Actualmente, se llevan una comisión máxima de un 3 por ciento que está fijada por ley. Pero el gobierno, la reduciría al 1 por ciento con el nuevo plástico.
Con ese enorme beneficio relativo, la nueva tarjeta irrumpiría en el mercado con fuertes ventajas para los consumidores. La intención del gobierno es contar además con una gran base de datos “on line” que le permitiría visualizar en tiempo real los precios de los productos de consumo masivo y monitorear la efectividad del “congelamiento” de precios.
A nombre de ese congelamiento, el gobierno presionó a las grandes cadenas comerciales para que no promocionen sus ofertas, lo que de hecho sumó una virtual intervención sobre el libre mercado publicitario. La medida se sumó a la discrecional distribución de la pauta publicitaria oficial, que se concentra en los medios adeptos a la Casa Rosada.
Moreno anticipó además a los empresarios de “la escuelita”, a los que reúne los viernes en sus oficinas capitalinas para enseñarles la política oficial, que podría prolongar el congelamiento de precios al menos hasta octubre. En agosto, serían las elecciones primarias y el 27 de octubre los comicios para renovar la mitad de la Cámara de Diputados de la Nación y un tercio del Senado.
La “Morenocard”, así bautizada en las redes sociales, generó no pocos temores entre las grandes cadenas. Es que de concentrar mercado por imposición estatal, la herramienta podría darle a la Casa Rosada un poder discrecional para hacer acuerdos de descuentos con algunas firmas privadas en detrimento de otras.
Según trascendió, la semana que viene representantes de cámaras del sector mantendrán un encuentro con los equipos técnicos de Comercio Interior para avanzar en la implementación del sistema. Participarían los miembros de la Asociación de Supermercados Unidos (ASU) (Carrefour, Walmart, Coto y Jumbo) además de la Cámara Empresarial de Desarrollo Argentino y Países del Sudeste Asiático (Cedeapsa) y la Federación Argentina de Supermercados.
La tarjeta sería emitida por el Banco Nación y sería operativa con carácter condicionante -sino excluyente- de manera que los comercios que la adopten no “deberían” operar con otros plásticos.
La idea del funcionario es reducir las comisiones que se cobran tanto a grandes cadenas como a supermercados chinos por el uso de tarjetas. Actualmente, se llevan una comisión máxima de un 3 por ciento que está fijada por ley. Pero el gobierno, la reduciría al 1 por ciento con el nuevo plástico.
Con ese enorme beneficio relativo, la nueva tarjeta irrumpiría en el mercado con fuertes ventajas para los consumidores. La intención del gobierno es contar además con una gran base de datos “on line” que le permitiría visualizar en tiempo real los precios de los productos de consumo masivo y monitorear la efectividad del “congelamiento” de precios.
A nombre de ese congelamiento, el gobierno presionó a las grandes cadenas comerciales para que no promocionen sus ofertas, lo que de hecho sumó una virtual intervención sobre el libre mercado publicitario. La medida se sumó a la discrecional distribución de la pauta publicitaria oficial, que se concentra en los medios adeptos a la Casa Rosada.
Moreno anticipó además a los empresarios de “la escuelita”, a los que reúne los viernes en sus oficinas capitalinas para enseñarles la política oficial, que podría prolongar el congelamiento de precios al menos hasta octubre. En agosto, serían las elecciones primarias y el 27 de octubre los comicios para renovar la mitad de la Cámara de Diputados de la Nación y un tercio del Senado.
La “Morenocard”, así bautizada en las redes sociales, generó no pocos temores entre las grandes cadenas. Es que de concentrar mercado por imposición estatal, la herramienta podría darle a la Casa Rosada un poder discrecional para hacer acuerdos de descuentos con algunas firmas privadas en detrimento de otras.
Según trascendió, la semana que viene representantes de cámaras del sector mantendrán un encuentro con los equipos técnicos de Comercio Interior para avanzar en la implementación del sistema. Participarían los miembros de la Asociación de Supermercados Unidos (ASU) (Carrefour, Walmart, Coto y Jumbo) además de la Cámara Empresarial de Desarrollo Argentino y Países del Sudeste Asiático (Cedeapsa) y la Federación Argentina de Supermercados.
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