La joven Sofía L. sigue imputada de encubrimiento del crimen del muchacho, ocurrido el 5 de febrero en Pellegrini y Corrientes.
La Capital |
Hasta el pasado 5 de febrero Sofía L., de 23 años, fue pareja de Maximiliano Quemadito Rodríguez. Pero ese día, poco después de las 5 de la tarde, al muchacho lo mataron en la esquina de avenida Pellegrini y Corrientes con un certero balazo en la cabeza. Desde entonces ella quedó detenida e imputada del encubrimiento del crimen. Fue hasta ayer, cuando el juez de Instrucción número 9, Javier Beltramone, le otorgó la prisión domiciliaria al entender que no habrá peligrosidad procesal, con lo que descuenta que la chica pueda fugarse o entorpecer la investigación judicial en la cual sigue imputada.
Sin peligrosidad. Al declarar ante el juez por la muerte de Quemadito, Sofía L. quedó acusada por el encubrimiento agravado del homicidio de su novio, tenencia ilegal de arma de fuego de uso civil condicional y participación necesaria de una banda dedicada a cometer delitos indeterminados. Además, el magistrado consideró que integraba junto al muchacho una asociación dedicada a comercializar drogas. "Era, y por citar una derivación menor, la encargada de cobrar la venta de drogas ilegales", indicó el magistrado en referencia a la chica.
Al pedir la excarcelación, el abogado Fausto Yrure argumentó que su clienta no presentaba "apariencia de peligrosidad procesal", y al obtener el beneficio del juez "tuvo que constituir domicilio en Rosario y comprometerse a no abandonar la ciudad, lo que es común en este tipo de resoluciones". No obstante, Yrure dijo que Sofía "no pidió ningún tipo de protección" para su residencia.
Sofía L. había sido convocada a declarar por el juez Beltramone la misma tarde del asesinato de su novio. La chica ingresó al tribunal como testigo y salió como imputada. Es que el magistrado entendió que "eludía hacer los aportes necesarios para entender el crimen" y por eso la acusó de encubrimiento. Tras ello ordenó que quedara detenida en la alcaidía de mujeres. Fue hasta ayer, cuando aceptó modificar su lugar de arresto.
Sabe y no dice. El juez concluyó tras las indagatorias que Sofía conocía más de lo que decía y, además, que la documentación hallada en el departamento que compartía la pareja en el piso 11 de Pellegrini 1425 indicaba que "se dedicaban al comercio de drogas y otros delitos".
"Estamos en presencia de criminalidad organizada y narcotráfico", dijo el magistrado. Y fuentes policiales enumeraron que al allanar la vivienda se secuestró un arma calibre 22 con cinco cartuchos intactos, documentación que "demostraba" que allí se comercializaban drogas y 1.455 pesos en billetes.
El magistrado recordó también entonces la existencia de escuchas telefónicas, tomadas el 9 de diciembre de 2011 y que fueron derivadas a la Justicia federal en las cuales "se ha establecido la vinculación directa, clara y palmaria entre Maximiliano Rodríguez y un tal Matías Pera, en orden a la fabricación, distribución y comercialización de estupefacientes".
El triple crimen. Maximiliano Quemadito Rodríguez había salido de prisión a fines de 2012. Estuvo preso poco menos de un año acusado de haber participado del ataque a balazos contra Facundo Osuna, ocurrido la madrugada del 29 de diciembre de 2011 en Dorrego al 4000. Ese hecho derivó dos días más tarde en una balacera contra el propio Rodríguez, quien terminó internado en estado delicado en el Hospital de Emergencias después de que la propia Sofía L., testigo del episodio, diera aviso al padre del muchacho.
Tras ello ocurrió la denominada masacre de villa Moreno en la que murieron tres jóvenes militantes inocentes. Es que Sergio Quemado Rodríguez, el padre de Maximiliano, se enteró del ataque a tiros contra su hijo y fue a buscar a los presuntos autores de ese hecho. Fue durante las primeras horas del 1º de enero de 2012 cuando en una canchita de fútbol de la villa Moreno mató a Jeremías Trasante, de 17 años; Claudio Suárez, de 19; y Adrián Rodríguez, de 21 años, todos militantes del Movimiento 26 de Junio del Frente Darío Santillán. Por el terrible hecho, la Justicia santafesina ya confirmó el procesamiento de cinco imputados de los homicidios y de tres policías acusados de encubrimiento e incumplimiento de sus funciones.
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