En el corazón de barrio Triángulo, la secundaria 514 busca definir su identidad. La comunidad educativa del establecimiento de Garay y Larrea presentó en diciembre pasado en el Ministerio de Educación el proyecto a través del cual se pretende instaurar el nombre de Madres de Plaza 25 de Mayo al colegio.
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Aída Albarrán es una docente jubilada de la escuela y quizás la cabeza visible de un grupo de personas que pretendió dar una mano para que el establecimiento no quedara eternizado en un número. "Esta es una escuela primaria que cuando se instauró la EGB pasó a tener 8º y 9º años. Con el paso del tiempo se separó la secundaria de la vieja primaria, la Nº 518 Fray Mamerto Esquiú. Ese proceso se dio en 2008 y desde entonces no tiene nombre", le cuenta a LaCapital acompañada de las tutoras Alejandra Routaboul y Graciela Piskorz y el preceptor Mauricio D\'Agostino.
Pero, ¿por qué proponer el nombre de las Madres que todos los jueves realizan su ronda desde hace tantos años en la plaza ubicada frente a la Municipalidad? Albarrán dice que hubo algo de casualidad: "Había dando vueltas un proyecto de un libro sobre ellas, sus vivencias y sus historias. Las empecé a conocer, a frecuentar y en 2008 fueron por primera vez a la escuela. Hablaron con los chicos y a partir de allí se comenzó a forjar un vínculo afectivo. Por lo general se tiene la imagen de las Madres a través de los medios de Buenos Aires. Y entonces aparecen figuras que generan polémicas, que son más conocidas y aquí en Rosario hay un total desconocimiento de las Madres que estuvieron y están en la plaza 25 de Mayo. Diría que hay indiferencia hacia ellas porque es común que la gente que camina por ese lugar no se pare o trate de acercarse".
Derechos humanos. Casi al unísono los docentes cuentan que desde 1999, y a través del denominado Espacio de Definición Institucional (EDI), los profesores a cargo tomaron como eje de trabajo los derechos humanos, no sólo vinculados con la última dictadura, sino con una visión integral y trabajando de manera transversal. Por ello, y con ese eje conductor instalado en todo el ámbito educativo, no era de extrañar que el nombre de las Madres comenzara a sonar con fuerza.
La definición de qué nombre se iba a elegir para la escuela y el cómo se iba a realizar la votación se produjo el año pasado. "Cuando fueron las Madres creo que en nadie estaba la idea de que la escuela llevara su nombre. El año pasado, después de mucho tiempo de analizarlo, charlarlo y debatirlo, se hizo todo. Se plantearon los proyectos, los posibles nombres, se fundamentaron y salieron dos, por consenso. El nombre que ahora se pretende ponerle a la escuela salió de las charlas que precisamente teníamos con las Madres", abunda Piskorz. La compenetración con la tarea de esas mujeres fue tal que incluso un jueves, en el ritual vespertino de las rondas de la memoria, los chicos de la escuela acompañaron con su andar y la experiencia resultó inolvidable.
A su turno, Routaboul destacó el proceso de elección en el marco de "una escuela que siempre tiende a ser democrática, es decir el ejercicio de la democracia trasladado a la institución. Y la forma de enseñar la democracia es un poco practicarla".
Todos los estamentos de la 514 se pusieron en marcha. Comenzaron campañas de difusión, charlas, reuniones, debates. "El proceso fue abierto a la comunidad educativa y se fusionó todo porque para los chicos fue la oportunidad de vivir en carne propia cómo se lleva adelante un acto eleccionario", explicó el preceptor D\'Agostino.
Albarrán hace más consideraciones sobre el proceso electoral: "Hubo otro nombre propuesto y era el de Rodolfo Walsh, o sea que entre las dos alternativas no existía contradicción. Se hizo un trabajo por curso, los docentes se encargaron de informar de las dos propuestas, se crearon los padrones de votación y participaron más de 400 personas".
Esperanza. El expediente con la fundamentación del nombre propuesto para la 514 fue presentado en mesa de entradas del Ministerio de Educación el 20 de diciembre y todavía sigue allí. "Por eso nuestra intención es motorizar el pedido para ver si antes del 24 de Marzo podemos obtener la aprobación del nombre", cuentan entre todos.
"Los chicos a veces no tienen tanto interés por esto de la memoria, de saber qué pasó con los desaparecidos, de comprometerse. Y verlo en nuestra escuela es gratificante. Cada vez que fueron las Madres se escuchaba con suma atención. Es hermoso ver la responsabilidad y el compromiso con que tomaron sus visitas", acota D\'Agostino.
Mientras resaltan el entusiasmo que inundó a los estudiantes desde la votación y la elección del nombre, cuentan como una anécdota que ellos ya identifican a la escuela como "la de las Madres", que invierten su tiempo desarrollando logos, y que los que están por realizar un viaje piensan cómo van a colocar el nombre en los buzos.
Parece un trámite, una cuestión de papeleo. La 514 ya es la Escuela Madres de Plaza 25 de Mayo. Para los alumnos es así, para los docentes, para todo un barrio. Falta una firma para que se convierta en un espacio más de preservación de la memoria y de la lucha de muchas mujeres que sólo pretendieron justicia por su hijos y saber por qué cambiaron sus sonrisas por muecas de espanto y dolor.
Trabajo en equipo. Hubo mucha gente trabajando en el proyecto del nombre de la secundaria de Larrea y Garay. Guillermo Monsalve, Evangelina Gaido, Roxana Pucci, Nicolás Dusanto, Analía Moschini y la ex alumna Samanta Quintero también hicieron su valioso aporte.
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