La habitación en la que se alojaban José Villar y su hija quedó destruida por un voraz incendio. Perdió todo y no recibió ayuda. Estaba por regresar a Suiza luego de unas vacaciones en la Argentina. "Los bomberos buscaban los cadáveres", relató el obstetra.
La Capital |
Las vacaciones en la Argentina del médico rosarino José Villar casi terminan en una tragedia. Como otras veces, el reconocido obstetra se había alojado en un lujoso hotel de Buenos Aires antes de regresar a Suiza, país en el que vive desde hace años. Pero un incendio de proporciones que arrasó la habitación que le asignaron a él y su hija, cambió todos sus planes.
El particular suceso se produjo el miércoles de la semana pasada en momentos en que habían salido a cenar. Cuando regresaron se encontraron con los bomberos, la policía y decenas de personas en la vereda del Château Blend, un hotel cuatro estrellas ubicado en pleno corazón de Recoleta. La escena era dantesca: el cuarto en la que se habían alojado horas antes había quedado completamente destruida por un incendio que se desató después de varias explosiones. Los bomberos que trabajaban en el lugar, y que no sabían que Villar y su hija habían salido, "buscaban los cadáveres".
Una vez que los dejaron ingresar, algo que los policías querían evitar para que no se impresionaran, presenciaron un cuadro desolador ya que el incendio había arrasado con todo. "La habitación estaba completamente quemada. Los bomberos no querían que viéramos el estado en el que había quedado para que no nos pusiéramos peor. Al mismo tiempo, estaban contentos de vernos porque pensaron que habíamos muertos", contó Villar a La Capital desde su casa en Suiza, a la que pudo llegar hace pocos días.
La denuncia policial del hecho fue realizada de inmediato. Allí consta que en el hotel Château Blend, ubicado en calle Pagano del barrio Recoleta, José Villar y Jimena Villar de Onis sufrieron daños totales en sus pertenencias, entre ellas, bolsos de mano, pasaportes, documentos de identidad, visas, credenciales de obra social, tarjetas, prendas de vestir, cámaras fotográficas, computadoras, celulares, dinero (dólares y francos suizos). "Fue una pesadilla", sentenció Villar.
Sensaciones. "Nosotros teníamos previsto el regreso para el día siguiente, así que además de perder todo lo que teníamos, tuvimos que cambiar los pasajes, tramitar documentación para poder volar y reprogramar las clases (Villar es docente en Suiza y también en la Universidad de Oxford en Londres)", enfatizó. "La verdad es que fue una situación muy fea porque en ese momento es como que se termina algo de la vida. Mi hija, por ejemplo, había estado trabajando en unos escritos para la universidad y estaba muy conmovida porque las computadoras se arruinaron totalmente".
La abogada Solange Recasens, que se hizo cargo del caso por pedido de las víctimas, dijo que además de la denuncia policial ya están haciendo los reclamos pertinentes al hotel por daños y perjuicios materiales y morales. Además de la intimación, tienen previsto elevar la denuncia al gobierno de la ciudad de Buenos Aires. "Queremos que se investigue a fondo porque hasta el momento no sabemos qué pasó ni por qué", manifestó.
Recasens expresó que "lamentablemente el hotel no ofreció explicación ni disculpas alguna y más allá de lo que le sucedió al doctor Villar queremos evitar una tragedia con heridos o víctimas fatales".
Hasta ayer no había pistas sobre lo sucedido. Las sospechas giran en torno a una explosión a causa de alguna pérdida de gas por algún problema no advertido en las instalaciones. Pero son sólo suposiciones. El Château Blend se anuncia en internet como un "hotel de lujo con suites con baño con hidromasajes" y comodidades de primer nivel. Es usual que este tipo de edificaciones, pequeñas y coquetas, muy en boga en los últimos años en las principales ciudades de la Argentina, se construyan sobre casonas antiguas. Sin embargo, hasta el momento, nadie mencionó cuál pudo haber sido el motivo del incendio.
Noche de terror. "Estaba feliz porque había pasado unos días hermosos en mi querido Rosario, había recibido el premio como uno de Los Destacados de La Capital ... todo muy emocionante, y después, casi perdemos la vida", dijo afligido el médico.
Luego dio detalles de esa noche de película. "Habíamos llegado a las 20:30 al hotel en el que ya nos habíamos alojado otras veces; salimos a comer con unos conocidos que son de California”. Al regresar, a eso de la 1, “encontramos muchos bomberos y policías que no querían que ingresáramos al cuarto”. El acta de los bomberos indica que el siniestro se produjo a las 23.30.
“Impresionados por lo sucedido, pero más aún por lo que nos pudo haber pasado ya que en el horario en que sucedió el incendio podríamos haber estado descansando, tuvimos que soportar que desde el hotel no nos brindaran ayuda de ningún tipo. No nos ofrecieron ni apoyo, ni transporte, ni nada. ¡Como si no les hubiese pasado a ellos!” , destacó.
“También me preocupa muchísimo que no vimos cosas básicas de seguridad como una alarma de humo o similar. Me pregunto si las cañerías y demás están en condiciones, si a los cielorrasos —como me explicaron conocedores del tema— no los hacen con plástico para alivianarlos. Si es así, se incendian muy fácilmente”, agregó Villar. “Esta vez sólo tuvimos pérdidas materiales y la lógica afectación anímica pero si los controles no están en regla en cualquier momento se desata un drama. Es claro: si estábamos en el cuarto no salíamos vivos”.
Villar contó que los vecinos del hotel le dijeron que dada la magnitud de las explosiones y por el modo en que las llamas salían por la ventana “esperábamos otro Cromañón”.
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