Lo expresó la Directora Provincial de Niñez y Adolescencia, Carolina Galcerán. Además, consideró que la resolución de la Cámara en el caso Serra puede llegar a afectar la transparencia del sistema.
Esta semana, la Cámara de Apelaciones en lo Civil de Feria –sin resolver la cuestión de fondo– hizo lugar al pedido de los abogados patrocinantes del matrimonio Serra y paralizó el trámite de adopción de la pequeña MJ con el principio de no innovar. Además, dispuso que la niña conviva en la casa de los Serra hasta que el juzgado de familia Nº 5 inicie los trámites de guarda pre- adoptiva.
La decisión de los camaristas apaciguó el fuerte reclamo impulsado por Ezequiel Serra y Luciana Bietti, que logró tapar las profundas irregularidades legales sobre por qué la niña convivía con ellos, y también dio lugar a que la Subsecretaría de Niñez de la provincia de Santa Fe explicara cuál fue su intervención en el caso en particular.
En diálogo con Diario UNO, la directora provincial de Niñez y Adolescencia, Carolina Galcerán, consideró que la resolución de la Cámara de Apelaciones podría llegar a afectar, a futuro, el funcionamiento del Registro Único de Aspirantes Guarda Adoptiva (Ruaga).
—¿Qué análisis hacen del fallo de la Cámara de Apelaciones y qué consecuencias podría provocar?
—Nosotros somos respetuosos de las decisiones de la Justicia y hemos colaborado de todas las maneras posibles. Creo que las consecuencias de este caso tan particular van a incidir más en el Ruaga que en la Subsecretaría de Niñez. Hoy en la provincia de Santa Fe no hay ningún bache legal en lo que adopción se refiere, existen todos los caminos legales para llegar a la adopción de un niño.
—¿Habían detectado irregularidades en la situación de guarda de MJ?
—En el caso de MJ, nosotros habíamos pedido que se declare su estado de adoptabilidad cuando tenía seis meses. No se pudo realizar porque ella no tenía documentación. Lo volvimos a pedir y el estado de adoptabilidad de MJ finalmente se declaró en diciembre de 2011. Hasta ese momento llega nuestra competencia, lo único que podemos hacer después es un monitoreo. Cuatro meses después, en abril de 2012, el Ruaga ya había presentado ante la Justicia el listado de familias candidatas a recibirla en adopción. Sólo estábamos esperando que la Justicia hiciera la evaluación final y la diera a una de esas familias seleccionadas.
—¿Los Serra estaban en ese grupo de familias posibles para MJ?
—Tengo entendido que no, que ellos no integraban ese listado de candidatos posibles. De todas maneras, quiero resaltar que nosotros no intervenimos en la selección de las familias, justamente está separado del Ruaga, y la decisión final de los jueces para que sea un sistema más transparente.
—¿Cuál era la información que tenía la Subsecretaría sobre dónde vivía la nena?
—Yo me entero en julio del año pasado, a partir de un informe que realizan de profesionales de la Subsecretaría y que indica que la niña vivía con la familia Serra. Sin embargo, la familia de Hogares en Tránsito (la familia Traverso), quienes tenían el cuidado de la nena por convenio de la Subsecretaría sostuvieron en aquel momento, y lo hacen también ahora, que MJ vivía con ellos.
—¿Por qué ese informe no fue presentado a la Justicia?
—Porque no lo requirieron. Recién lo solicitaron en el mes de diciembre, cuando la niña ya tenía estado de adoptabilidad declarado y ya había sido presentado por el Ruaga el listado de las familias candidatas a la adopción.
—¿Si MJ debía estar con los Traverso, y es la Subsecretaría de la Niñez la que regula el funcionamiento de los hogares en tránsito y detectaron una situación anormal, por qué no intervinieron?
—Sí intervinimos. Pero la familia Traverso nos decía, y aún sostiene que la niña vivía con ellos. Nuestro informe detecta que la nena no vivía con ellos a partir de julio del año pasado.
—¿Y no podían revertir la situación, para que la nena volviera con los Traverso?
—Es que el estado de adoptabilidad ya estaba declarado. Y estábamos a la espera de la decisión judicial desde hacía más de seis meses. La decisión de que el Ruaga no dependa de la Subsecretaria de Niñez hace que el proceso sea transparente, por eso no tenemos contacto con esas familias, porque si no podemos estar influenciando una decisión que debe ser lo más imparcial posible y que el juez debe resolver libremente.
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