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sábado, 15 de diciembre de 2012

La ciudad de Pérez le pudo decir adiós a una hija desaparecida


Inhumaron los restos de Alicia Tierra, secuestrada por la dictadura el 31 de diciembre de 1976 y asesinada días después. Integró un grupo de militantes que "lo dio todo y dejó huellas que se pueden tocar y palpar".
La Capital | 

La ciudad de Pérez le pudo decir adiós a una hija desaparecida
Con lágrimas y nudos en la garganta, no fue una despedida, sino acaso una bienvenida la que la comunidad de Pérez le dio a su hija desaparecida Alicia Tierra. Es que sus restos mortales fueron entregados ayer a sus familiares e inhumados en el cementerio San Carlos de esta ciudad, con el acompañamiento de no menos de 200 personas; entre ellas, representantes de organizaciones defensoras de los derechos humanos, autoridades y agrupaciones políticas, y familiares de otros jóvenes secuestrados y asesinados durante la última dictadura militar.
"Conmueve mucho. Ojalá nos hubiera pasado a todos", comentaban emocionados familiares de Cuqui Nieri y de Luis Tovo —ambos desaparecidos e integrantes del grupo de los 16 jóvenes raptados, de los cuales sólo 3 fueron liberados—, justo antes de iniciar ayer por la tarde una conferencia de prensa encabezada por Ana Tierra y Rubén Tion, hermana y cuñado de Alicia; y por Nélida Deheza, sobreviviente y militante de Pérez, y ex diputada fueguina consagrada a la búsqueda de sus compañeros.
Precisamente ésta última arrancó la rueda, destacando este "hecho trascendental que empieza a sanar heridas. El regreso de Alicia es un acto de justicia, que va más allá del juicio y la condena de los responsables, algunos de ellos juzgados y otros no. Y hay una parte que no se condena, que es el silencio de los que decidieron hacer un pacto. Por ello es tan importante la protección de la memoria y nuestro trabajo, por la deuda enorme de los sobrevivientes de hallar a los que desaparecieron. Y por ello sentimos una profunda alegría, porque con la aparición de Alicia les ganamos a aquellos jueces que al inicio planteaban que no había pruebas de lo ocurrido", enfatizó.
El grupo de militantes que "lo dio todo y dejó huellas que se pueden tocar y palpar", dijo Deheza en alusión a la labor social de estos jóvenes en el barrio Terraplén y en el Cabín 9, donde crearon la escuela Nº 1209. El Eempa que funciona en este establecimiento se llamará desde hoy "Raúl García", fusilado en la vía pública el 15 de diciembre de 1976, mientras que hace tiempo su laboratorio se llama Juan Carlos Gauseño (fusilado en Granadero Baigorria) y Miguel Angel Gauseño (desaparecido).
Sentimientos encontrados. "En 36 años de búsqueda no bajamos los brazos. No esperábamos hallarla con vida, pero sí defendimos nuestro derecho de saber dónde estaba. Hoy es un día de sentimientos encontrados: estamos contentos porque esto pasó y porque se hizo justicia", expresó Ana, la hermana de Alicia.
"No es un día de duelo, es de felicidad, aunque parezca paradójico, porque ella está de vuelta, aunque nunca nos dejó. Alicia tenía una voluntad y un coraje inquebrantables y cometió el "pecado" de tener un proyecto político distinto, de inclusión social, y que iba en contra de los intereses de los grandes capitales apañados por las juntas militares", agregó Tion, cuyo hermano Alberto, alias "Tatín", fue asesinado en 1977 y ya habrían dado con sus restos en el cementerio La Piedad.
Luego Deheza destacó que Tierra estaba embarazada de cinco meses, por lo que se considera que este bebé en gestación es un nieto recuperado en el marco de las averiguaciones emprendidas oportunamente por Abuelas. "Amábamos la vida y una muestra de ello es que Alicia pensó con Tatín un hijo. Ella estaba llena de vida, era muy alegre, reía a carcajadas", evocó.
Camino de regreso. "Ella fue quien abrió este camino de regreso. Sentimos emoción, orgullo y satisfacción por ello, y esta noticia es una esperanza para todos los familiares de desaparecidos", dijo Tion, y agradeció, al igual que Ana y Nélida, el compromiso de las autoridades municipales, los medios de difusión locales y de la región, colaboradores y especialmente la labor de Verónica, hija del desaparecido Juan Carlos Gauseño. Asimismo, destacaron y mostraron su gratitud hacia el Equipo Argentino de Antropología Forense, especialmente a su titular, Miguel Nievas.
Tarde gris. Entre aplausos, ingresó la urna con los restos de Tierra a la plaza Por la Paz y la Memoria de Pérez, donde se realizó a partir de las 18 de ayer un acto formal para honrar a la militante desaparecida. Desde la primera fila, su mamá, Ebilda Leguizamón (98), asistida por sus sobrinas escuchó atenta las adhesiones y la bendición del pastor Cristian Pereyra (también sobrino de Alicia). "Todas las obras malas y en oculto van a salir a la luz", dijo el religioso citando a Jesucristo, y remarcó que "la Justicia de los hombres tiene un tiempo, pero la de Dios es infalible. Perdonar no es olvidar, es liberar el propio corazón". También rogó por que "las familias de los que no saben dónde están (los desaparecidos) hallen consuelo y fortaleza".
Luego, la hermana de Alicia recordó el último momento en que la vio con vida, cuando ella le dijo "me voy porque me siguen". Después vino la búsqueda y "hoy estás aquí, hermana, volviste. Es mi esperanza que algún día nos reencontremos y que tu alma esté en paz, por fin. En las alocuciones la siguió Tion, quien remató con un "gracias Alicia por todo lo que nos diste", y luego le tocó a Deheza, quien agradeció a todos los presentes su asistencia y a "los que se dedicaron a arañar la tierra palmo a palmo, y especialmente a Verónica Gauseño, "espejo de esta posta que dejamos", definió.
Un "hasta siempre". Humildemente, la ex legisladora fueguina se dirigió a su compañera desaparecida y le dijo que vino a Pérez "a saludarla, a abrazarla, a reconocerme en ella, a decirle que nunca dejamos de buscarla. La verdad duele, aunque uno sabe que siempre estuvo ahí. Volvés desde lo profundo de la historia a tu pueblo, para que te conozcan los jóvenes, para poner en valor este presente sin miedo y que a pesar de los muertos y los desaparecidos, no nos han vencido".
Con un "hasta siempre, compañera", y quebrada por el llanto, Deheza dejó de hablar y se fundió en abrazos entre los presentes. Luego, los familiares y compañeros de Alicia cubrieron la urna con una bandera argentina, al grito de "presente, ahora y siempre". Y en medio de un interminable aplauso los restos partieron hacia el cementerio.
El caso. Alicia Tierra tenía 27 años y estaba embarazada de cinco meses cuando fue secuestrada el 31 de diciembre de 1976. Murió el 15 de enero de 1977.
Sus restos fueron hallados en 2011 en una fosa común en el cementerio La Piedad, e identificados en octubre último por el Equipo de Antropología Forense. También fueron hallados en el mismo sitio otros restos que podrían ser presumiblemente de Alberto Tion, su compañero, aunque todavía falta comparar los datos genéticos con los de su primer hijo.
Ambos formaban parte de un grupo de 18 jóvenes militantes, de los cuales 16 fueron secuestrados, cuatro fusilados y los otros desaparecieron.
Reconstrucción
En octubre de 2011, el Equipo de Antropología Forense halló restos NN en la sepultura 273 del solar 75 de La Piedad. En los registros figuraba como un cuerpo femenino ingresado el 19 de enero de 1977. Era Alicia.

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