La sanción se aplicó por tergiversar el rubro por el cual fue habilitado, entre otras cuestiones. El municipio prometió reforzar los controles. Y los vecinos están en alerta. El restobar de Roca y Zeballos no se mudará a la zona norte, como se especuló.
La Capital |
El viernes próximo, tras 40 días de clausura, Esperanto reabrirá sus puertas. Así lo confirmó a LaCapital Hernán Capucci, el empresario que controla el restobar de Roca y Zeballos que no pudo funcionar el último mes por decisión de la Justicia de Faltas. La sanción se aplicó por tergiversar el rubro por el cual fue habilitado, entre otras cuestiones. El municipio prometió reforzar los controles. Y los vecinos están en alerta.
Capucci destacó que en las últimas jornadas Esperanto concretó "muchas reservas para despedidas de año empresariales y eventos sociales, con lo cual el trabajo tras estos días de clausura, con todo lo que ello implica en términos económicos, está asegurado".
El empresario apuntó además que en adelante, el local pondrá especial énfasis en cumplir la normativa vigente para evitar sanciones. "Vamos a ser claros en el funcionamiento para que no haya problemas", apuntó Capucci, quien además negó una mudanza a la zona norte de Rosario, como había trascendido semanas atrás.
Precisamente, por los incumplimientos de Esperanto a la lógica de funcionamiento de un bar con amenización musical le labraron cinco actas. En ese marco, el 19 de octubre pasado la Justicia de Faltas ordenó colocar la faja de clausura por 40 días.
Ese plazo vence el jueves y un día después la franquicia local del famoso boliche porteño volverá a funcionar. El director de Inspección de la Municipalidad, Gregorio Ramírez, adelantó a este diario que esa noche la Intendencia reforzará los controles en la zona para evitar que haya inconvenientes y tergiversación de rubro.
"Vamos a apostar unos tres inspectores que relevarán el área, constatarán el nivel de ruido y que las mesas estén en su lugar y no se baile, de acuerdo a lo que establecen las ordenanzas vigentes", precisó el funcionario.
Los vecinos están alertas y aguardan que no vuelva a sonar la música a elevados decibeles. "Esperamos que ahora Esperanto no vuelva a afectar el descanso de los vecinos, no sólo que se evite el ruido que molesta mucho sino también que haya seguridad exterior", planteó el abogado y representante de los vecinos, Juan Cerana.
Los habitantes de la zona habían frenado en su momento la habilitación de Esperanto como boliche. Lo hicieron al juntar más del 33 por ciento de firmas negativas en el Registro de Oposición que abrió el municipio para conocer la opinión de los frentistas al emprendimiento nocturno. Luego, los empresarios decidieron tramitar la habilitación como bar con amenización musical, que finalmente les fue otorgada por el Ejecutivo meses atrás.
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