El subsecretario de Ordenamiento
Territorial, Eduardo Castellitti, se refirió al derrumbe del balcón en
la Peatonal santafesina. “En este caso nos encontramos frente a un
incidente que tuvo como motivo una desaprensión del mantenimiento del
edificio, con el agravante de que ésto quedó oculto por distintas capas
de elementos que se fueron superponiendo a lo que originariamente había
sido un alero”, indicó el funcionario.
Esta semana, en plena Peatonal santafesina (a la altura del 2.100) se
derrumbó el balcón de un inmueble en cuya planta baja funciona un local
comercial. En relación a este suceso, el subsecretario municipal de
Ordenamiento Territorial, Eduardo Castellitti, explicó: “En este caso
nos encontramos frente a un incidente que tuvo como motivo una
desaprensión del mantenimiento del edificio, con el agravante de que
ésto quedó oculto por distintas capas de elementos que se fueron
superponiendo a lo que originariamente había sido un alero”.
En cuanto al historial de este inmueble, el funcionario señaló que “hay antecedentes que datan del año 56, en el cual se ve claramente esta situación; y el último plano presentado del inmueble al municipio es de 2010. Toda reforma o agregado que se hizo a posteriori de 2010 no fue registrado”.
“Por un lado, hubo una sucesión de inquilinos que fue efectuando reformas, pero siempre en orden de una cuestión estética; y nunca se apuntó a la estructura del inmueble en su integralidad. Según el expediente, en 2010 hubo una intervención de inspectores municipales que clausuraron una parte posterior del inmueble que estaba muy deteriorada”, agregó.
—¿Cómo es la situación general del resto de los edificios que forman parte del patrimonio de la ciudad?
—Nos encontramos con situaciones graves que son puntuales, no tan generalizadas, como por ejemplo en el caso del inmueble ubicado en La Rioja y San Martín (frente a la Basílica del Carmen). Allí el municipio tuvo que intervenir drásticamente. Hace meses tuvimos que clausurar los locales que funcionaban en ese lugar, lo cual trajo también situaciones conflictivas, pero se tomó esa decisión porque el inmueble se encontraba en una situación de colapso y presentaba riesgos. En conclusión, administrativamente es muy difícil también intervenir sobre la propiedad privada.
El inventario
“Tenemos en la ciudad la ordenanza 10.115, que determina un inventario aún vigente y que incluye 200 inmuebles como patrimonio cultural santafesino. Genéricamente, esa normativa también protege a todo inmueble que tenga más de 80 años”, manifestó el subsecretario municipal de Ordenamiento Territorial.
—De todas maneras, la ordenanza no habilita a la Municipalidad a intervenir directamente sobre el inmueble por sobre los propietarios...
—No. Además, lógicamente todo instrumento es bueno, y sobre todo uno que atañe a la preservación del patrimonio cultural, pero tiene sus límites cuando entra en conflicto con la propiedad privada.
Más allá de las particularidades de la ordenanza 10.115, Castelliti aclaró que “todo ciudadano propietario de inmueble, sea o no patrimonio cultural, debe atender al mantenimiento y conservación del mismo y más aún si impacta en la vía pública, tal como está normado en el reglamento de Edificaciones Privadas”. En el caso de no cumplir con esta disposición, la Municipalidad tiene la potestad de proceder a la clausura.
—Dentro de las 200 propiedades que forman parte del inventario del patrimonio arquitectónico, ¿algunas están en condiciones de riesgo?
—Lamentablemente sí. Hay circunstancias complejas en algunos casos. Hay bienes que se han deteriorado por la situación de abandono. En otros casos, por falta de recursos o distintos motivos y de manera clandestina hubo demoliciones por parte de sus propietarios. Hay edificios en estado ruinoso. Como ejemplos: en Bulevar y Alvear hay un inmueble del cual hoy, a causa del abandono, no está quedando prácticamente nada.
—En una recorrida por la zona céntrica realizada por un reportero gráfico de Diario UNO, aparecieron inmuebles que sufrieron ya demolición de balcones, por ejemplo; y hoy sólo se observan los tirantes que los sostenían. Es el caso de una casa ubicada en San Jerónimo y Juan de Garay, aunque se repitió en otras. ¿Esto es obra del municipio o de particulares?
—No, es obra de particulares. Esa esquina es una preocupación, porque conocemos que las propietarias del inmueble no están en condiciones de efectuar el mantenimiento. Hay que tener en cuenta que en la mayoría de estos inmuebles se trata de numerosashabitaciones y con una altura muchos más elevada que la que se utiliza hoy, lo cual agrava la posibilidad de restauración. En ese caso, lamentablemente, por prevención tuvieron que desmantelar los balcones.
Entre lo público y lo privado
“También tenemos otros inmuebles, como es el caso de San Jerónimo y Monseñor Zazpe, que han sido restaurados de una manera digna. Lo mismo ocurre en la esquina de 25 de Mayo y Primera Junta. Hay una gran cantidad de inmuebles que, por suerte, son rescatados. El complejo ubicado en San Martín casi en la esquina con Juan de Garay, también. Por suerte, es más el patrimonio que se rescata y se pone en valor que el otro”, expresó el arquitecto.
Además, destacó el papel del municipio en determinadas restauraciones: “La administración municipal, con un esfuerzo importante, porque presupuestariamente son obras de gran impacto, ha puesto en valor la Estación Belgrano, al igual que la obra que se hizo en el edificio municipal. Pero eso no quita que estemos atentos permanentemente a los inmuebles que están en mayor grado de riesgo”.
Por último, consignó que “también hay operaciones que permiten el rescate de estos inmuebles. Es el caso de la esquina de 25 de Mayo y Corrientes, donde una empresa privada se hizo cargo del rescate del inmueble y construyó a su vez para producir una renta, que dentro del negocio inmobiliario, permitió la preservación del bien. Hay herramientas para que la misma dinámica del mundo privado pueda proceder al rescate de estas edificaciones”.
La caída
El miércoles el desmoronamiento de un balcón en plena peatonal santafesina fue el comentario de los transeúntes que transitaban en el paseo comercial, al observar una gran cantidad de escombros sobre la vereda. Cerca de las 15.30 la estructura que se encontraba en el frente del negocio de indumentaria femenina Romincka se desmoronó por completo. Sergio Romero, propietario del local estaba aún aturdido cuando Diario UNO le consultó sobre el suceso. “Por suerte no había nadie”, señaló el comerciante.
En cuanto al historial de este inmueble, el funcionario señaló que “hay antecedentes que datan del año 56, en el cual se ve claramente esta situación; y el último plano presentado del inmueble al municipio es de 2010. Toda reforma o agregado que se hizo a posteriori de 2010 no fue registrado”.
“Por un lado, hubo una sucesión de inquilinos que fue efectuando reformas, pero siempre en orden de una cuestión estética; y nunca se apuntó a la estructura del inmueble en su integralidad. Según el expediente, en 2010 hubo una intervención de inspectores municipales que clausuraron una parte posterior del inmueble que estaba muy deteriorada”, agregó.
—¿Cómo es la situación general del resto de los edificios que forman parte del patrimonio de la ciudad?
—Nos encontramos con situaciones graves que son puntuales, no tan generalizadas, como por ejemplo en el caso del inmueble ubicado en La Rioja y San Martín (frente a la Basílica del Carmen). Allí el municipio tuvo que intervenir drásticamente. Hace meses tuvimos que clausurar los locales que funcionaban en ese lugar, lo cual trajo también situaciones conflictivas, pero se tomó esa decisión porque el inmueble se encontraba en una situación de colapso y presentaba riesgos. En conclusión, administrativamente es muy difícil también intervenir sobre la propiedad privada.
El inventario
“Tenemos en la ciudad la ordenanza 10.115, que determina un inventario aún vigente y que incluye 200 inmuebles como patrimonio cultural santafesino. Genéricamente, esa normativa también protege a todo inmueble que tenga más de 80 años”, manifestó el subsecretario municipal de Ordenamiento Territorial.
—De todas maneras, la ordenanza no habilita a la Municipalidad a intervenir directamente sobre el inmueble por sobre los propietarios...
—No. Además, lógicamente todo instrumento es bueno, y sobre todo uno que atañe a la preservación del patrimonio cultural, pero tiene sus límites cuando entra en conflicto con la propiedad privada.
Más allá de las particularidades de la ordenanza 10.115, Castelliti aclaró que “todo ciudadano propietario de inmueble, sea o no patrimonio cultural, debe atender al mantenimiento y conservación del mismo y más aún si impacta en la vía pública, tal como está normado en el reglamento de Edificaciones Privadas”. En el caso de no cumplir con esta disposición, la Municipalidad tiene la potestad de proceder a la clausura.
—Dentro de las 200 propiedades que forman parte del inventario del patrimonio arquitectónico, ¿algunas están en condiciones de riesgo?
—Lamentablemente sí. Hay circunstancias complejas en algunos casos. Hay bienes que se han deteriorado por la situación de abandono. En otros casos, por falta de recursos o distintos motivos y de manera clandestina hubo demoliciones por parte de sus propietarios. Hay edificios en estado ruinoso. Como ejemplos: en Bulevar y Alvear hay un inmueble del cual hoy, a causa del abandono, no está quedando prácticamente nada.
—En una recorrida por la zona céntrica realizada por un reportero gráfico de Diario UNO, aparecieron inmuebles que sufrieron ya demolición de balcones, por ejemplo; y hoy sólo se observan los tirantes que los sostenían. Es el caso de una casa ubicada en San Jerónimo y Juan de Garay, aunque se repitió en otras. ¿Esto es obra del municipio o de particulares?
—No, es obra de particulares. Esa esquina es una preocupación, porque conocemos que las propietarias del inmueble no están en condiciones de efectuar el mantenimiento. Hay que tener en cuenta que en la mayoría de estos inmuebles se trata de numerosashabitaciones y con una altura muchos más elevada que la que se utiliza hoy, lo cual agrava la posibilidad de restauración. En ese caso, lamentablemente, por prevención tuvieron que desmantelar los balcones.
Entre lo público y lo privado
“También tenemos otros inmuebles, como es el caso de San Jerónimo y Monseñor Zazpe, que han sido restaurados de una manera digna. Lo mismo ocurre en la esquina de 25 de Mayo y Primera Junta. Hay una gran cantidad de inmuebles que, por suerte, son rescatados. El complejo ubicado en San Martín casi en la esquina con Juan de Garay, también. Por suerte, es más el patrimonio que se rescata y se pone en valor que el otro”, expresó el arquitecto.
Además, destacó el papel del municipio en determinadas restauraciones: “La administración municipal, con un esfuerzo importante, porque presupuestariamente son obras de gran impacto, ha puesto en valor la Estación Belgrano, al igual que la obra que se hizo en el edificio municipal. Pero eso no quita que estemos atentos permanentemente a los inmuebles que están en mayor grado de riesgo”.
Por último, consignó que “también hay operaciones que permiten el rescate de estos inmuebles. Es el caso de la esquina de 25 de Mayo y Corrientes, donde una empresa privada se hizo cargo del rescate del inmueble y construyó a su vez para producir una renta, que dentro del negocio inmobiliario, permitió la preservación del bien. Hay herramientas para que la misma dinámica del mundo privado pueda proceder al rescate de estas edificaciones”.
La caída
El miércoles el desmoronamiento de un balcón en plena peatonal santafesina fue el comentario de los transeúntes que transitaban en el paseo comercial, al observar una gran cantidad de escombros sobre la vereda. Cerca de las 15.30 la estructura que se encontraba en el frente del negocio de indumentaria femenina Romincka se desmoronó por completo. Sergio Romero, propietario del local estaba aún aturdido cuando Diario UNO le consultó sobre el suceso. “Por suerte no había nadie”, señaló el comerciante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario