Santa Fe - Con la renuncia de Oscar Bruschi como titular de la fuerza provincial se pone una vez mas en evidencia la crisis permanente que atraviesa el Ministerio de Seguridad de la mano del “insoportable”Maximiliano Pullaro y su banda de ñoquis e inútiles que incluye mas de un centenar de asesores.
Por Alberto Martinez
Pese al hermetismo y la pretendida intención de figurar una “licencia” nada mas, el titular de la Policía de Santa Fe, el Comisario general Oscar Bruschi pego el portazo y se fue cansado de un inoperante y pedante ministro que pareciera no tener frenos propios ni de quienes como el gobernador deben conducirlo.
Esta no es el único (ni será seguramente el ultimo) indicador de que las cosas andan muy mal. Recordemos que hace solo 90 días renuncio su antecesor el Comisario General Rafael Grau por motivos similares, luego de apresar a los hermanos Lanatta y “harto de este pendejo engreído” según comentaron escuchar en la última discusión. Recordemos que a su vez Grau reemplazo a otro Comisario General Omar Odriozzola solo duro desde setiembre de 2015 a Marzo de 2016 s decir solo seis meses.
En el ministerio es vox populi el maltrato no solo a personal subalterno sino a la misma cúpula, no solo por el ministro sino por sus colaboradores; hace un mes el Jefe de Operaciones en Comisario Mayor Andriozzi pegó otro portazo por idénticos motivos y se fue.
Entre portazos y portazos se han comentado varias cosas, en principio algunas escenas subidas de tono que obligaron a sus colaboradores de Pullaro a esconderlos en despachos alejados de los lugares de los encontronazos y en su propio equipo la presencia de su esposa cumpliendo funciones en la sede gubernamental por sostenidas y abonadas sospechas hacia su marido en aspectos personales nos dicen.
Las criticas en este aspecto arrecian sobre el devaluado mandamás de quien dicen: ¡Quiere manejar la policía y no puede convencer a la esposa! y se preguntan: ¿Este pìbe quiere ser el próximo gobernador?
La verdad es patética. Bruschi al igual que Grau, Odriozzola, Andriozzi no fueron sacados de la galera; son emergentes claros de una trayectoria individual pero a su vez institucional de tres décadas en la que han acopiado destrezas, conocimientos, experiencia, valores y todo lo que necesita un conductor para la alta misión que se les encomienda. El estado Provincial (es decir todos los ciudadanos) también hemos aportado no solo esperanzas en ellos sino cuantiosas sumas de dinero en esos periodos. Con esto quiero decir que cuando alguien de este nivel renuncia por estos aventureros que juegan con la conducción política y operacional de la policía los que realmente perdemos somos nosotros, la comunidad.
Mismo criterio es aplicado al Comisario General Jose Amaya y el resto de la conducción que son todos hombres valiosos y con experiencia y trayectoria que ven esta situación seguramente y se preguntaran¿Cuándo les toca a ellos?
En los escalones inferiores el malestar es marcado; en una fuerza piramidal siempre se mira para arriba y para bien o para mal todo es absorbido como pautas claras para saber donde están parados. Imaginemos lo que piensan cuando ven semejante situación que también se replican con periódicos traslados de comisarios, disponibilidades a mansalva al personal y otras medidas que constituyen lisa y llanamente un proceso organizado, sistemático y sostenido de violencia laboral.
Esto conlleva a ausentismo, escasa motivación, descreimiento, patologias graves en la salud de los trabajadores, quebrantamiento de la disciplina y porque no decirlo numerosísimos pedidos de “retiros voluntarios”. Recordemos ademas el rotundo fracaso de la convocatoria a retirados por parte de otro impresentable el ex gobernador Antonio Bonfatti años atrás.
Desde que Pullaro y los impresentables de su equipo como Di Lena, Muchut, Sain y tantos otros se han hecho cargo del área no encontraron el rumbo para siquiera mostrar un plan de seguridad coherente o un rumbo siquiera. Solo slogan, un festival de nombramientos de asesores (68 en total) que demanda mensualmente casi tres millones de pesos solo en salarios y compras millonarias con procedimientos de compras viciados de sospechas concretas y denunciadas y un festival de sobreprecios escandalosos.
Haciendo una proyección y teniendo como presupuesto que este muchacho seguirá al frente del ministerio durante el resto de la gestión Lifschiftz (gran responsable de lo que pasa) tendremos la friolera cantidad de entre siete u ocho Jefes de Policía mas.
¡Que el último apague la luz por favor!
APROPOL.
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