El Sabalero y el Tiburón juegan este sábado desde las 17,10 en el Minella con arbitraje de Juan Pablo Pompei. El DT de Colón, Darío Franco, no confirmó el equipo pero hará dos cambios.
El Litoral |
No viene bien Colón y cuando esto pasa, al margen de las incógnitas y el clima de dudas que genera, crecen las exigencias en cuanto a la necesidad de conseguir un buen resultado. Y esto es lo que debe procurarse mañana en la Feliz, cuando los sabaleros visitarán a Aldosivi, un equipo que tampoco atraviesa un buen momento más allá de que tuvo un pasaje interesante en este torneo, de la mano de Teté Quiroz.
Darío Franco no confirmó el equipo, pero los movimientos de pieza que hizo dan lugar a que se concluya en que algún retoque desde lo táctico y lo estratégico puede haber. Su idea ofensiva no le ha permitido conseguir resultados. Cosechó un solo punto de los 12 que disputó, ante el peor equipo del torneo: Nueva Chicago. Después, iba ganando con Lanús y con River, pero se lo dieron vuelta; y estaba jugando un partido cerrado ante Independiente, que también perdió. El 3-4-3 del partido con Chicago y el 4-3-3 de los otros tres encuentros, no se repetirá mañana. La idea será la de jugar con dos volantes defensivos y una línea de tres un poco más adelante, con Villarruel por derecha y Llama por izquierda, más Alan Ruiz jugando en una posición suelta como enganche y detrás del único punta neto, que será Pablo Vegetti, quien buscará gritar su primer gol con la camiseta de Colón.
Por eso se hace imperioso que Colón se traiga algo de Mar del Plata; y si es la victoria, mejor. Los cuatro partidos que faltan hasta el clásico, pueden darle cierto respiro a Franco en la medida en que se aprovechen convenientemente. Además de visitar a Aldosivi, recibirá a un Vélez de juveniles y con una floja campaña, luego irá a jugar contra un Newell’s que perdió el rumbo y recibirá la visita de Sarmiento de Junín. Hay que sumar, porque esa es la mejor manera de encontrar un poco de tranquilidad. Algo tan necesario como el agua para que Colón tenga vida.
Darío Franco no confirmó el equipo, pero los movimientos de pieza que hizo dan lugar a que se concluya en que algún retoque desde lo táctico y lo estratégico puede haber. Su idea ofensiva no le ha permitido conseguir resultados. Cosechó un solo punto de los 12 que disputó, ante el peor equipo del torneo: Nueva Chicago. Después, iba ganando con Lanús y con River, pero se lo dieron vuelta; y estaba jugando un partido cerrado ante Independiente, que también perdió. El 3-4-3 del partido con Chicago y el 4-3-3 de los otros tres encuentros, no se repetirá mañana. La idea será la de jugar con dos volantes defensivos y una línea de tres un poco más adelante, con Villarruel por derecha y Llama por izquierda, más Alan Ruiz jugando en una posición suelta como enganche y detrás del único punta neto, que será Pablo Vegetti, quien buscará gritar su primer gol con la camiseta de Colón.
Ese supuesto 4-2-3-1 podría transformarse en un 4-4-1-1 o en un 4-4-2 de acuerdo a la posición que ocupe Alan Ruiz. Lo cierto es que Llama y Villarruel retrocederán en el campo de juego para arrancar desde atrás y para darle un poco más de marca a ese sector, que de por sí tendrá dos volantes de corte defensivo por el medio como Leys y Ballini.
Los lesionados no tienen fin en Colón, al punto tal que no llegará Clemente Rodríguez a este partido (se espera que esté para el de Vélez), se desgarró Ledesma y también Poblete y Callejo se sumaron a la lista en estos últimos días. Una sucesión de lamentos que se suman a los problemas físicos incontables que tuvo este plantel desde que arrancó la temporada, primero con Merlo y luego con un Javier López que, pese a las críticas y a la mirada de reojo que había en torno a su trabajo, ha cosechado 17 puntos en menos de la mitad de los partidos de la temporada, sin haber armado el equipo, ni incorporado refuerzos ni habiendo conducido la pretemporada.
La intención de un juego más ofensivo por parte de Franco no es para desechar, pero está claro que si no hay eficacia de nada sirve. La búsqueda de esa eficacia —que se traduce en resultados— es el principal objetivo de los entrenadores. Por eso, cuando no se da de acuerdo a lo planificado, es inteligente saber cambiar a tiempo. Colón no puede darse ciertos lujos. Y si bien también hay que respetar algunos tiempos y permitir que Franco pueda trabajar, el fútbol es muy ingrato en ese aspecto y la paciencia tiene un principio y un final: los resultados.
Por eso se hace imperioso que Colón se traiga algo de Mar del Plata; y si es la victoria, mejor. Los cuatro partidos que faltan hasta el clásico, pueden darle cierto respiro a Franco en la medida en que se aprovechen convenientemente. Además de visitar a Aldosivi, recibirá a un Vélez de juveniles y con una floja campaña, luego irá a jugar contra un Newell’s que perdió el rumbo y recibirá la visita de Sarmiento de Junín. Hay que sumar, porque esa es la mejor manera de encontrar un poco de tranquilidad. Algo tan necesario como el agua para que Colón tenga vida.
Varias fechas sin ganar
Colón lleva siete partidos sin conseguir victorias y ya queda en el olvido, prácticamente, aquel 3 a 2 en mayo pasado ante Defensa y Justicia en Florencio Varela, que se constituyó en el último grito de triunfo de los sabaleros.
La realidad para Aldosivi es la misma. Después de vencer a Boca en la Bombonera por un contundente e histórico 3 a 0, el “Tiburón” inició una serie de derrotas consecutivas ante Racing (1-2), Tigre (1-2), ante Rosario Central (1-3), ante Olimpo (1-3), empatando luego sin goles frente a Temperley y perdiendo en la Perla del Oeste ante Atlético.
Su campaña es rara, porque antes de jugar con Boca, había caido 3 a 0 de local ante Banfield, pero previamente había ganado tres partidos consecutivos frente a San Lorenzo, Arsenal y Argentinos Juniors.
Es decir que este equipo de Quiroz se dio el gusto, en este torneo, de ganarle a los dos principales protagonistas hasta ahora, como Boca y San Lorenzo. Además, sus fluctuaciones defensivas fueron muchas. Por ejemplo, en la seguidilla de tres triunfos no le hicieron goles, pero tanto Gimnasia como Banfield, le marcaron, antes y después de esos tres partidos, cuatro y tres goles respectivamente. Una rareza.
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