Hasta el momento resulta difícil para la Justicia determinar la existencia de amenazas. La causa va camino a ser archivada.
Pocas certezas aportó a la investigación una serie de nuevos peritajes en el marco de los episodios ocurridos en la cuadra del domicilio de Jorge Lanata, interpretados y denunciados por el periodista como intimidatorios luego de que difundiera en su programa Periodismo para todos un informe en el que vinculaba a Aníbal Fernández con el narcotráfico.
El jueves pasado se realizó el peritaje de las vainas encontradas cerca de un contenedor de basura a pocos metros del edificio donde vive Lanata. El trabajo no arrojó resultados positivos para la querella, que estuvo presente durante el peritaje. No se encontraron rastros de huellas dactilares en los casquillos ni se pudo determinar cuándo fueron disparados. Ese mismo día iba a realizarse otro examen para conocer si todas (son cuatro y fueron manipuladas por distintas personas antes de quedar en poder de la Justicia) fueron disparadas con la misma arma, pero por falta de tiempo, se pospuso para la semana próxima. De todos modos, reconocen, se tratará de un resultado poco revelador para el caso.
La fiscal Genoveva Cardinali continúa a la espera del análisis cuadro por cuadro del video del ataque a la garita de seguridad del domicilio de Lanata. Tratarán de identificar al agresor que, según descripciones, sería una de las tantas personas que viven en la calle, en las cercanías de las estaciones de trenes de Retiro. En tanto, otro peritaje arrojó que los daños que presentaba la otra garita, ubicada a varios metros del edificio de Lanata, fueron ocasionados en la misma madrugada del 4 de agosto. La agresión se produjo por dos “linyeras” tapados con frazadas, según coincidieron en su relato un asistente del encargado de edificio de Libertador 3756 y otro empleado de seguridad que trabaja en un consorcio de la misma cuadra (al 3780). Los testigos, que fueron citados a declarar la semana próxima, también coincidieron en que no lograron individualizar a ninguno de los dos agresores.
Hasta el momento resulta difícil para la Justicia determinar la existencia de amenazas. Aunque desde la fiscalía no quisieron admitirlo, la causa va camino a ser archivada.
Fuente: Perfil.
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