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viernes, 16 de enero de 2015

Santa Fe: En la Costanera no hay bebederos

En plena temporada de verano el espacio es visitado por cientos de santafesinos que, agobiados por las altas temperaturas, cuestionan la falta de este preciado dispositivo público.

Llega el verano con sus altas temperaturas y los santafesinos que practican deportes o visitan la costanera para recrearse solos, con amigos o en familia, vuelven a plantearse la necesidad de que se instalen bebederos que permitan la ingesta libre de agua en el lugar. Dicha demanda surge como consecuencia de las recomendaciones médicas de ingerir más líquido en estas fechas y del costo que implica adquirir este insumo en algún negocio.
Si bien en la Dirección de Deportes –ubicada en Almirante Brown al 5200– hay a disponibilidad dos baños de acceso público (donde hay canillas con el preciado líquido) y una ducha inteligente que sirve para refrescarse, ambos elementos no siempre resultan suficientes para la gran demanda de público que asiste al lugar en ciertos días y horarios.

Y es que todos los días, con más frecuencia después de la caída del sol, es usual encontrar a cientos de santafesinos que llegan al paseo con el objetivo de caminar o practicar algún deporte, recrearse o distenderse. Lo mismo pasa los fines de semana donde la afluencia es aún más significativa y la demanda de líquido refrescante para cumplir con las necesidades físicas y los consejos de los expertos en salud se hacen necesarias.

Es en esos momentos cuando la necesidad de encontrar bebederos públicos o canillas se hace presente y los cuestionamientos por su ausencia resurgen. En ese contexto vale recordar que el tema de los bebederos ya ha sido tenido en cuenta por los concejales de la ciudad en varias oportunidades, pero las posibilidades de solución nunca llegaron por anteponerse ante ellas los recurrentes hechos vandálicos a los que han sido sometidos siempre los bebederos que en ciertos momentos se han instalado en diferentes paseos.

A ello se suma el hecho de que los mismos al estar ubicados en espacios públicos no pueden asegurar un consumo puro del recurso hídrico, hecho que también se presenta como contraproducente para la población.

Fue en ese marco que en octubre del año pasado el concejal Ariel Rodríguez presentó un proyecto, que ya fue aprobado, para instalar dispénseres “antivandálicos” en esta zona y otros tantos paseos al aire libre de la ciudad (ver recuadro), pero el mismo, según verificó Diario UNO, aún se encuentra sujeto a evaluación en la Secretaría de Planeamiento Urbano.

Los hechos vandálicos también parecen ser un acto repetitivo en los baños públicos de la Dirección de Deportes de la Municipalidad que está ubicada en avenida Almirante Brown 5294, al menos esto es lo que se expuso desde el lugar a Diario UNO, motivo por el cual se aseguró que los mismos suelen estar abiertos en horario limitado de 7 a 23 (aunque hay siempre un guardia de seguridad a disposición para abrir las puertas en caso de urgencia).

Es por ello y en consecuencia que por el momento los santafesinos que visiten la Costanera deberán salir equipados con un recipiente y agua para alcanzar la saciedad o comprarla en el trayecto, pero para eso tendrán que disponer de entre diez y doce pesos para adquirir una botella.

Un proyecto que ya fue aprobado
En octubre de 2014 el Concejo aprobó una resolución para que el Ejecutivo Municipal lleve adelante los estudios necesarios para el diseño y la posterior instalación de dispositivos de carga de agua del tipo antivándalos en espacios públicos o privados de acceso público. La iniciativa –que hoy es evaluada en Planeamiento Urbano y que fue puesta en marcha en base a un proyecto presentado el presidente del bloque radical, Ariel Rodríguez– establece que los mismos debían ser instalados en las Costaneras Este y Oeste; el Paseo Escalante; los Parques Federal, Garay y General Belgrano; y en los bulevares Gálvez y Pellegrini.

Según se informó, por razones de seguridad y sanidad de los artefactos y para asegurar la pureza del recurso hídrico, los mismos no se ubicarían al aire libre, sino resguardados para evitar el contacto con cualquier tipo de elemento contaminante. Es que, según fundamenta el proyecto presentado por Rodríguez, “existe un consenso alrededor de que los bebederos son inconvenientes toda vez que facilitan la contaminación cruzada y la transmisión de enfermedades y por esto no resultan ser los elementos más adecuados para garantizar la sanidad del agua. Al mismo tiempo, su instalación en lugares al aire libre también los expone a la contaminación con agentes externos”.

Es en este sentido que para solucionar ambas cuestiones se dispuso que estos “dispositivos antivándalos”, estén alojados en espacios con resguardo y bajo una cierta vigilancia, para lo cual se faculta al Ejecutivo a celebrar convenios de padrinazgo, cooperación o colaboración con las entidades públicas o privadas que estén dispuestas a albergar los dispositivos de carga de agua segura en sitios de su propiedad que tengan acceso al público, a los efectos de que contribuyan con la protección, la seguridad y el mantenimiento de los artefactos. A su vez, deberán administrar responsablemente el uso del recurso que se pone a disposición de los ciudadanos, para evitar derroches del mismo.

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