Entre el 17 y el 21 de enero de 1945, las SS alemanas obligaron a unos 56.000 prisioneros del campo de aniquilación de Auschwitz-Birkenau a moverse hacia el oeste, en parte a pie y en parte en vagones de tren, alejándose del Ejército Rojo que se acercaba. Mientras unos pocos lograron huir, en el camino murieron al menos 9.000 personas.
En Auschwitz apenas quedaron 7.000 prisioneros hambrientos y exhaustos, que días después de la partida de sus compañeros dieron la bienvenida a las tropas soviéticas. El mundo conocería entonces los escalofriantes detalles de uno de los capítulos más negros de su historia.- Foto:Archivo Agencia EFE
Agencias EFE/DPA
Hace hoy 70 años los alemanes comenzaron a evacuar el campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau ante el avance las tropas aliadas, y entre el 17 y el 21 de enero de 1945 trasladaron a otros campos a alrededor de 56.000 prisioneros en marchas agotadoras en las que murieron al menos 9.000 personas.
El próximo 27 de enero representantes de 28 países, con varios jefes de Estado y de Gobierno a la cabeza, se darán cita en el museo estatal de Auschwitz-Birkenau para conmemorar el 70 aniversario de la liberación del campo por las tropas soviéticas, que apenas encontraron a su llegada a 7.000 prisioneros.
La evacuación de Auschwitz comenzó a prepararse a finales de 1944, poco después de que las fuerzas soviéticas liberasen el primer campo de concentración importante en Polonia: el de Majdanek, cerca de Lublin, donde se estima que podrían haber sido asesinadas hasta 200.000 personas.
En enero de 1945 las autoridades nazis dieron la orden de trasladar a la mayoría de prisioneros de Auschwitz ante la cercanía del Ejército soviético, y el 17 de enero partieron las primeras columnas formadas únicamente por personas sanas capaces de resistir los penosos desplazamientos, en algunos casos a pie, que hoy son conocidos como “marchas de la muerte”.
Bajo el frío, con nieve y sin alimentos ni abrigo esas columnas llegaron a recorrer hasta 250 kilómetros.
Aunque las cifras oficiales hablan de 9.000 víctimas en estas marchas de la muerte, algunos historiadores elevan la cifra hasta 15.000 presos, muertos de frío, hambre, agotamiento o fusilados por los guardianes alemanes.
Una de las peores masacres tuvo lugar en la noche del 21 de enero en la estación de ferrocarril de Leszczyn, cerca de Rybnik (suroeste de Polonia), donde se ordenó bajar de los vagones a los 2.500 prisioneros que transportaba un convoy.
Extenuados, algunos no fueron capaces de abandonar el tren, ante lo cual los soldados nazis ametrallaron los vagones y mataron a 300 personas antes de trasladar al resto al oeste.
A lo largo de la ruta de estas marchas de muerte fueron enterrados cientos de presos, mientras que unos pocos afortunados lograron escapar y fueron escondidos por aldeanos polacos o checos hasta la llegada de los aliados.
En Auschwitz apenas quedaron 7.000 prisioneros hambrientos y extremadamente exhaustos, que días después de la partida de sus compañeros dieron la bienvenida a las tropas soviéticas que liberaban el campo el 27 de enero de 1945.
Cuando los soldados soviéticos entraron en el campo encontraron muchas de las pertenencias de las víctimas, como cientos de miles de trajes, cerca de 800.000 vestidos de mujer o más de 6.000 kilogramos de cabello humano.
El próximo día 27 de enero, el museo en que hoy se ha convertido Auschwitz acogerá la conmemoración del 70 aniversario de la liberación del campo y, junto a las delegaciones oficiales, un grupo de 300 presos supervivientes regresará al lugar para recordar aquel momento.
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