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domingo, 9 de noviembre de 2014

Javkin sostiene que "la gestión municipal rosarina perdió impulso y perdió fuerza"

El diputado nacional traza un discurso crítico sobre la actual gestión, a la que considera estancada como consecuencia del paso del tiempo del socialismo al frente de la Intendencia. “Los rosarinos creíamos que nos conocíamos, pero se perdió la confianza por causa de la inseguridad”, razona Javkin.
La Capital | 
Javkin sostiene que

"Hay que darle un impulso distinto a la gestión, abrirse, escuchar más, pensar los problemas nuevos, que deberían estar claros para la gestión del socialismo como lo están para la ciudadanía", afirma desde el vamos Pablo Javkin, quien lanzó su precandidatura a intendente por el Frente Progresista la semana pasada.
Javkin traza un discurso crítico sobre la actual gestión, a la que considera estancada como consecuencia del paso del tiempo del socialismo al frente de la Intendencia. "Hay que establecer una idea fundamental: este un momento para renovar Rosario con equipos e ideas; como en todo proceso, una renovación siempre es mejor", sostiene el diputado nacional de la Coalición Cívica-ARI en una entrevista con LaCapital.
¿Se le puede ganar una interna a un partido que hace 25 años gobierna la ciudad? Se lo pregunto porque el peso de los aparatos resultan importantes.
—La clave de esta elección es que el Frente Progresista es mucho más que un partido. Juntó una diversidad de partidos y eso construye una mayoría, luego apareció el sector mayoritario de un partido (el socialismo) que se adueñó del conjunto del Frente Progresista. Lo que hay que defender es la pluralidad del Frente Progresista, que es lo que le hace ganar elecciones. En el diálogo con los rosarinos hay una necesidad de renovación, y nosotros queremos ser la renovación que el Frente le proponga a la ciudad.
La suya sería una opción para que el rosarino descontento siga votando al Frente Progresista y no a la oposición.
—De lo contrario el riesgo es que la gente diga que la única posibilidad de cambio está afuera del Frente. El Frente Progresista para volver a ganar Rosario necesita mostrar un cambio. Confío en un espacio de representación muy amplio adentro de la coalición. Si el Frente no entiende esto, corre riesgo de perder y de arrojar por la borda la relación con los rosarinos. Es necesario comenzar otra etapa.
¿Usted va a apoyar la candidatura a gobernador de Mario Barletta?
—Nosotros hicimos una experiencia en 2011, acompañando la candidatura de Barletta a gobernador. Si se construye una estrategia provincial en el mismo sentido, tengo toda la voluntad de acompañarlo.
¿Cuál es hoy el principal problema de Rosario? En la campaña a concejal hubo una sobreoferta y un sobrediagnóstico sobre el tema seguridad. Y, al fin, nada se hizo desde el Concejo y la Municipalidad.
—El problema no es sólo la seguridad sino también la convivencia. Los rosarinos creíamos que nos conocíamos, y eso tenía que ver con el alto grado de confianza en el otro que teníamos. Eso hoy se perdió. Uno se retrae del espacio público y se aleja del que está al lado. Por supuesto que la causa principal es la inseguridad. Es inconcebible que el intendente no pueda opinar sobre quién será el jefe de policía de la ciudad. Y luego está la actitud de gestión: el intendente tiene el peso suficiente como para parar con esta historia y exigir soluciones, o para sentarse con un fiscal y preguntarle cómo evolucionan las investigaciones de los delitos principales.
¿Por ejemplo?
—Hay una incidencia muy alta del uso de motocicletas en actividades delictivas, con alto impacto en la inseguridad, y el municipio tienen un gran poder de policía sobre la circulación de las motos. Las experiencias de otras ciudades registran un gran aporte del municipio. La gente tiene miedo de usar los espacios públicos frente al río por lo que le genera la inseguridad.
¿No quedó viejo el discurso progresista sobre inseguridad?
—En la Argentina hay un debate ideológico falso y abstracto sobre la inseguridad. No hay progresismo sin ley. La seguridad no se construya con otra cosa que no sea con normas. Las mejores experiencias en materia de seguridad pública están ligadas a gobiernos con concepción progresista pero que defienden el espacio público con uñas y dientes. Rosario tiene que defender y ganar el espacio público. Rosario cambió su perfil, y hay que trabajar urbanísticamente y cuidar a la gente en los espacios públicos.
Hay un lamentable "dejar hacer, dejar pasar" en el centro rosarino.
—Si alguien ocupa una vereda y el municipio no hace nada, si alguien ocupa un terreno público y lo convierte en basurero, y no se hace nada, todo eso tiene que ver con la seguridad. Y esas son tareas del municipio.
¿Y por qué Fein no hace eso?
—Porque estar 20 años en el mismo lugar hace que se pierda el impulso. La gestión municipal perdió impulso, perdió fuerza. No es un problema personal de la intendenta, pero evidentemente los equipos de gestión no tienen el ímpetu de antes. Paralelamente hay problemas nuevos, que no se afrontan. Gestión municipal es administrar lo cotidiano. Nadie va a resolver el problema de la inseguridad si no resuelve el problema de la vereda, de la basura, de la frecuencia del transporte público. Si el rosarino espera 25 minutos un colectivo tiene más riesgo de que venga alguien a hacerle un arrebato. Seguridad es también que el colectivo pase más rápido.
Hace poco tiempo se consideró como una gran noticia que los funcionarios vayan a trabajar en colectivo. Hoy nadie se imagina a la intendenta esperando el servicio público.
—A eso hay que hacerlo y no decirlo. Ahí está un punto del desgaste: el transporte público. Eso es decisivo en materia de seguridad. El Transmilenio de Bogotá con sus cámaras en el sistema de transporte tiene un enorme monitoreo sobre la ciudad. Nosotros acá tenemos cámaras y se discute si podemos usarlas. Lo primero que un intendente tiene que hacer es formar un equipo, arremangarse y estar todo el tiempo mirando la ciudad. Y eso se perdió. Hoy se perdió el impulso de estar mirando cada rincón todo el tiempo.
¿Si viene Fein y le dice: "Mire Javkin, en vez de criticarme, venga por un día acá y tome una decisión", qué haría?
—Hay que jerarquizar el rol del intendente a la hora de cuidar a los rosarinos. La primera decisión es evitar que cierre un centro de salud porque no tiene custodia policial, y al que los vecinos no pueden llegar porque les roban. A eso la intendenta lo puede evitar. También iría a ver al comisario de la zona donde ese centro de salud tiene que dejar de funcionar. Por ejemplo, veo en la gestión de José Corral, en la ciudad de Santa Fe, un impulso que deberá darse en Rosario: el intendente es una persona menor a los 40 años con un impulso, ímpetu y gestión que en Rosario se perdió. Todo tiene un ciclo en la vida, el mundo ha cambiado. Yo tengo 42 años, fui concejal, recorrí los clubes, las escuelas. Es el momento de dar ese impulso.
¿Hay un ejemplo comparativo de la caída en la gestión?
—Sí. Tome el primer gabinete de Binner, ahí había una apertura muy grande a sectores de la ciudad que no venían del socialismo.
¿Y por qué cambió esa tendencia?
—Porque los grupos se van cerrando, y se rasca la olla con los propios. Además mucha gente se fue a la provincia. Tienen que admitir que hay problemas nuevos, incorporar nueva gente. Ahí se verá que los resultados son distintos. Si eso no se logra la ciudadanía va a castigarnos a todos los del Frente Progresista.
¿Se imagina compitiendo con Fein en la interna?
—Sería lo más lógico.
¿Si Giustiniani se lanza como candidato a intendente, usted mantiene su candidatura?
—Yo voy a hacer candidato a intendente en la interna del Frente Progresista construyendo el espacio más amplio posible.


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